Granada (0): Roberto; Nyom, Pamarot (Martins, min. 46), Mainz, Siqueira; Manuel Lucena, Mikel Rico; Jaime (Mollo, min. 67), Abel (Yebda, min. 46), Dani Benítez; e Ighalo.
Betis (1): Casto; Chica, Mario, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat; Vadillo (Jorge Molina, min. 51), Salva Sevilla (Pereira, min. 85), Jefferson Montero (Álex Martínez, min. 92); y Rubén Castro.
Gol: 0-1, min. 88: Rubén Castro.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Pamarot, Iriney, Dani Benítez y Dorado.
Tras el aplazamiento de la primera jornada por huelga, el Betis hizo el sábado en Granada un buen debut, premiado con la victoria.
Betis (1): Casto; Chica, Mario, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat; Vadillo (Jorge Molina, min. 51), Salva Sevilla (Pereira, min. 85), Jefferson Montero (Álex Martínez, min. 92); y Rubén Castro.
Gol: 0-1, min. 88: Rubén Castro.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Pamarot, Iriney, Dani Benítez y Dorado.
Tras el aplazamiento de la primera jornada por huelga, el Betis hizo el sábado en Granada un buen debut, premiado con la victoria.
Locales y visitantes se disfrazaron respectivamente de Real Madrid y Barcelona, por supuesto varios escalones de calidad por debajo de sus modelos. Los dos equipos pusieron un 4-3-3 con doble pivote y extremos abiertos (llámese 4-2-3-1 con mediapunta retrasado, si se desea), pero el concepto de juego fue radicalmente opuesto en unos y otros. Tal vez con el positivo recuerdo del 3-0 de la pasada temporada muy presente, el mezquino planteamiento de Fabri consistió en meter bien atrás un equipo con más físico que técnica, con un mediapunta (Abel) que era un centrocampista adelantado, dos extremos abiertos y rápidos (Jaime y Benítez, obligados a trabajar mucho) y un punta aislado para pescar alguno de los muchos pelotazos que le enviaban desde atrás (las llamadas transiciones rápidas o juego directo). La intimidación a base de patadas y golpes y la esperanza puesta en las jugadas a balón parado completaban una puesta en escena muy al modo de Mourinho –esto es, el mismísimo estilo que practicaba Clemente hace quince años–. Sólo durante el tercio medio de la primera parte, toda ella intensa e igualada pero de mediocre calidad, logró el Granada que esa apuesta funcionara; tal vez la buena presión del Betis no le dejó jugar a otra cosa, o tal vez la plantilla no le dé para mucho más a Fabri.
El Betis, por su parte, trató siempre de mandar en el partido haciendo valer sus señas de identidad de la temporada pasada, las de la escuela de Rijkaard: juego de toque desde atrás y presión muy adelantada y, sobre todo, inmediata a la pérdida de balón. Iriney y Beñat hacían en paralelo el doble pivote, con Salva Sevilla como un mediapunta muy libre, Vadillo y Montero por las bandas y Castro arriba. El Betis tocó generalmente la bola con criterio, aunque sus ataques morían bien en las carreras individuales de Montero y Vadillo, bien en tiros inocuos de un Salva que no encontraba el último pase en el bosque de piernas de la frontal del área del Granada, o en centros a la olla poco convencidos de los laterales.
El paso de los minutos –tal vez cansado de correr detrás de la pelota un Granada ya con Rico solo en el pivote– intensificó el dominio bético, que fue casi total en la segunda parte. Tras la entrada de Molina por Vadillo, que cambió la posición de Castro, y tras merecer el gol por varias vías (larguero, penalti escamoteado), Mel tuvo la valentía algo tardía de poner en cancha un delantero más, Pereira. El premio llegó finalmente.
Jugador por jugador
Casto: Hizo una difícil e importante parada al cuarto de hora, y estuvo casi siempre seguro y concentrado. Muy bien con los pies. Así da el nivel, sin duda.
Chica: Es un lateral-lateral, de los que cierran bien su banda (bailaba con la más fea, Benítez) y suben cuando pueden. En ataque poco pues, pero los defensas están para defender.
Mario: Rápido y valiente, tomó riesgos y le salió siempre cara. Tiene presencia y aprieta muy arriba, algo muy bueno para un equipo que quiere hacer una presión tan adelantada.
Dorado: En su línea seria, de buena colocación y pocos errores.
Nacho: Pasó sus habituales apuros atrás porque sube mucho y quiere ayudar en la presión y con basculaciones, pero el físico no le alcanza para cubrir tanto campo. Ataca mejor que defiende.
Iriney: Bien en defensa (aunque ya vio que en Primera los árbitros no son tan condescendientes con las tarjetas... o al menos con los visitantes), se complicó demasiado en ataque al intentar balones largos a las bandas y pases en profundidad demasiado difíciles, y que no le corresponden a él.
Beñat: Gran partido, particularmente por su criterio con el balón, por su precisión matemática en el pase y por las muchas veces que practicó su jugada favorita, el robo-sorpresa a la salida de balón del rival. A este nivel nos durará poco en el Betis.
Salva Sevilla: Trabajó en la presión a los centrales y dio fluidez al juego, pero no encontró soluciones en los últimos metros.
Vadillo: Tiene muchísimo que aprender (con dieciséis años ya podrá), pero técnica, velocidad y desparpajo para encarar no le faltan.
Montero: Buen partido. Tiene mucha facilidad para el regate, una tremenda velocidad de conducción (cuando gana un metro es inalcanzable) y mucha presencia ofensiva, pero le costó combinar y acabar las jugadas. Como Vadillo, estuvo individualista con balón y trabajador sin él. También tiene tiempo para aprender.
Castro: A los suyo: movilidad, juego de espaldas por bajo y gol.
Molina: Trató de activarse rápidamente, y es que este año jugará muchas medias horas. Más voluntad que acierto.
Pereira: Salió, cogió la pelota, se fue para la portería y dio un pase de gol. ¿Quién le pide más?
Álex Martínez: Cambio casi testimonial, para perder tiempo y estorbar.
El detalle
Pérez Lasa estuvo muy casero y permisivo con la violencia del Granada.
El detalle
Pérez Lasa estuvo muy casero y permisivo con la violencia del Granada.