Gerona, 23-10-2009
Girona: Jorquera, Galán, Almirón, Cañas, Bernaus, Matamala, Dorka, Peragón (Sarmiento, minuto 46), Moha (Juanma, minuto 70), Gerard (Xumetra, minuto 46) y Kiko Ratón.
Real Betis: Goitia; Damià, Arzu, Carlos García, Nelson; Rodri, Iriney, Juande, Capi (Sunny, minuto 72); Sergio García (Melli, minuto 88) y Mariano Pavone (Caffa, minuto 90).
Goles: 0-1, minuto 35: Sergio García. 0-2, minuto 48: Pavone.
Árbitro: Pérez Riverol, canario. Amarillas para Rodri, Bernaus, Juande, Cañas, Sunny, Almirón y Damià.
Las grotescas circunstancias en las que hube de ver el Girona-Betis (una transmisión por internet digna de un relato de Kafka) me impiden hacer un análisis más o menos completo del partido. Realmente sólo pude malver la primera y la última medias horas del partido, de modo que no pude seguir el tramo central, que al parecer fue lo mejor del Betis. Aún así trataré de analizar lo que (digamos) vi.
El Betis se presenta en un campo de juego pequeño y en dudosas condiciones con un equipo en el que no hay un solo zurdo (claro síntoma de la escasa competencia para la confección de la plantilla de Momparlet). Tapia hace caso a la opinión general de que hay que arropar más a los mediocentros: da por primera vez oportunidad como titular a Rodri en la derecha y a Capi en la izquierda. Por demás el sistema de juego sigue siendo el habitual 4-4-2, si bien Capi tiene tendencia a jugar con el balón hacia dentro, mientras que Rodri es más vertical.
En la primera media hora la presión en el centro del campo de ambos equipos, las condiciones del terreno y la escasa calidad de los jugadores ofrecen un muy mal espectáculo, típico de Segunda: pelotazos e imprecisiones constantes, barullos en el medio... Tras la fase central, en la que llegan los dos goles y buenas jugadas de Capi y Rodri, el Betis controla sin demasiados problemas el tercio final, aunque carece por completo de la ambición necesaria para rematar a un rival roto, de bajísima calidad (especialmente arriba) y cuyo presidente era abroncado por su propia grada. Tan sólo en los ultimísimos minutos y coincidiendo con los dos extraños cambios finales de Tapia llegan, casi seguidas, tres (!) ocasiones claras para el Girona.
Por líneas:
Portero: atento y bien colocado, ni se buscó problemas ni se los buscaron.
Defensa: con algún apuro en el centro, a los laterales apenas los encararon esta vez porque el juego del Girona nunca fluyó. A Nelson casi le vino bien cambiar de banda: pareció pensar más en defender.
Centro del campo: Rodri dio una velocidad de más y verticalidad. Los pivotes estuvieron aceptables y más ayudados: Tapia rectificó, afortunadamente, la suplencia de Juande; su presencia es una solución mucho mejor que la de adelantar a Arzu, con la que se perdería mucho atrás y se ganaría poco en el medio. Juande jugó de mediocentro izquierdo y acabó en la banda cuando Sunny sustituyó a Capi. Éste sumó minutos, dio buenos pases y perdió muchos balones, pero irá seguramente a más.
Delantera: García mostró una apatía preocupante, pero, al cabo, sumó un gol cada delantero.
Otros comentarios:
El linier de la banda derecha mostró una sospechosa contumacia en pitar extrañas faltas contra el Betis que no veía ni el árbitro, por demás exageradamente tarjetero.
Llama también la atención la decadencia de Gerard, destacado jugador de Champions en aquel Valencia tan poderoso físicamente de Cúper y hoy, con treinta años tan sólo, cambiado en el descanso en un flojísimo equipo de Segunda. Su trayectoria es semejante a las de Farinós, Mendieta y otros jugadores-milagro de aquel equipo.
Habrá que ir asumiendo que la calidad de la plantilla del Betis es escasa: ninguno de sus integrantes (ni uno solo) ha sido titular en equipos de Primera españoles de un mínimo nivel, más allá del propio e irregular Betis de estos años. La actitud del equipo, falto de carácter, de tenacidad en el esfuerzo, de ambición e incluso de líderes, deja bastante que desear (como demuestran los últimos minutos del partido de hoy), pero ocurre que a poco que baje aquélla se empieza a notar el escaso nivel individual, rematado por la falta de conocimientos tácticos en los jugadores, malentrenados por años. Realmente debiéramos esperar menos de una plantilla cuyos titulares indiscutibles son Goitia, Vega, los García, Juanma, Iriney o Pavone, todos ellos hombres de currículum objetivamente mediocre. Más que el Real Madrid de Segunda el Betis parece el Atlético de Madrid de Segunda: un equipo sobrevalorado por el entorno.
sábado, 24 de octubre de 2009
domingo, 11 de octubre de 2009
Betis 1 - Real Unión de Irún 1 (7a Jornada de Liga de Segunda División)
Sevilla, 11-10-2009
Real Betis: Goitia; Nelson, Carlos García, Arzu, Fernando Vega; Odonkor, Iriney, Juande (Sunny, 68), Caffa (Capi, 76); Sergio García (Rodri, 59) y Pavone.
Real Unión de Irún: Jáuregui; Descarga, Iglesias, Alcalá, Gurrutxaga; Beobide; Montoro (Juan Domínguez, 71), Salcedo (Durán, 61), Quero, Abasolo; y Gorka Brit (Goikoetxea, 75).
Goles: 1-0: Min. 41, Caffa. 1-1: Min. 84, Abasolo. Árbitro: Gregorio Bernabé García, murciano. Amonestó a los locales Caffa y Nelson, y al visitante Montoro.
Espantoso y preocupante partido del Betis el día que debía haber mostrado sin excusas (mala tiene que estar la cosa si las bajas de Juanma y Nacho lo son) que es un equipo mandón en Segunda. La falta de actitud primero y la de inteligencia después convirtieron un partido a priori sencillo en un ataque de nervios. El Real Unión mereció ganar porque fue mejor que el Betis, que olvidó las virtudes mostradas hasta ahora, especialmente la solidaridad y el ritmo con el balón.
Primera parte: la falta de intensidad y velocidad en el juego, y de continuidad en el movimiento de la bola, convierten al Unión en un igual que llega a puerta tanto como el Betis. Aunque el Unión (con cuatro atrás y Brit solo arriba) deja recibir con total comodidad entre sus dos líneas defensivas, en ataque se llega poco, casi siempre por las bandas debido a la nula aportación de Sergio García y el escaso acierto de Pavone. Al menos Caffa interviene con profundidad y Nelson y Odonkor, aunque no muy coordinados, consiguen llevar cinco o seis jugadas al área rival; una acaba dentro gracias a la ayuda de Gorka Brit y de la cabeza del portero. En defensa se vuelve a permitir demasiado juego al centro del campo rival: en el 4-4-2 los delanteros ayudan esta vez un poco más, pero se cometen demasiadas faltas evitables que dan tiempo a un equipo pequeño a mandar a la gente arriba y crear barullos en el área.
Segunda parte: el Betis se echa atrás inexplicablemente, dando por bueno desde el inicio un marcador muy corto: Goitia pierde tiempo desde el inicio. En lugar de tener el balón, abrir el campo y buscar la puerta rival, sólo usa la pelota (y mal) para dejar pasar el tiempo. El rival, sin nada que perder, se lo cree, llegan los nervios, Tapia manda el mensaje equivocado al cambiar a Juande por Sunny y, muy merecidamente, llega el empate. Sin balón se defiende mal: la banda derecha lo hace de una forma infantil, persiguiendo la pelota y sin ayudar a los mediocentros; Caffa está simplemente fundido, hasta que unas molestias musculares obligan a hacer un cambio que debió llegar mucho antes. En consecuencia los mediocentros vuelven a verse rebasados numéricamente ante tres hombres por dentro, y el Unión juega muy fácil para su escasa calidad.
Tras el empate los nervios les llegan a los vascos y el Betis casi marca, más por inercia y desesperación que por otra cosa.
Jugador por jugador:
Goitia: Bien. Aunque tuvo un par de dudas en las salidas por alto, se va otra vez sin haber cometido un solo error y habiendo sacado varios balones comprometidos. Aunque los porteros altos sean poco vistosos para el público, no se entienden algunos pitos contra él.
Nelson: Un coladero en el uno contra uno e incluso en el dos contra dos. Parece no entender los rudimentos de esas jugadas; en el extremo contrario de los casos Panucci o Babic, quiere echarse constantemente encima del rival y sólo consigue que lo rebase cualquier extremo de Segunda. En ataque, bien en la primera parte y mal en la segunda.
Carlos García: Definitivamente un central típico del tándem Lopera-Momparlet, al estilo Nano. Duro de cintura y lento, aunque pegajoso y correcto por alto. Con el balón en los pies sólo piensa en largo.
Arzu: Otra vez muy bien, aunque tal vez menos participativo. No se equivocó nunca y arregló en un toque la salida del balón. La comparación con el resto de los centrales de la plantilla lo convierte casi en Beckenbauer.
Vega: Más flojo que en otras ocasiones en ataque y defensa, y otra presa de los nervios al final, pero aceptable.
Odonkor: Pese a quien pese, francamente bien en el primer tiempo, con buenos controles y llegando mucho hasta la línea de fondo; si centra bien en la mitad de esas jugadas ya hace más que otros en cinco partidos. Su falta de inteligencia defensiva y ofensiva lo convierte en un problema con el marcador a favor: no tiene el balón, se sitúa mal para defender y ayuda sólo cuando la bola se acerca a su par.
Juande: Bien mientras lo dejaron, dando un poco de ritmo al juego. Comete el error de ir a por la pelota al pie del central, algo especialmente absurdo si ese central es Arzu. Su salida empeoró al equipo.
Iriney: De lo mejor del equipo hasta mediada la segunda parte, entró en modo pánico al ver que sus compañeros no querían la pelota y perdió dos bolas muy peligrosas.
Caffa: Bien en el primer tiempo, se fundió como siempre al inicio del segundo, contribuyendo al desmoronamiento del centro del campo. Es inexplicable que no fuera sustituido antes.
Sergio García: Displicente, como demostraron algunos gestos, fue cambiado por su nula aportación en un día en que hacía tanta falta como cualquiera.
Pavone: No tuvo un día acertado y además quiso hacer la guerra por su cuenta olvidando sus limitaciones, buscando el uno contra uno lejos del área.
Rodri: Parece rápido e interesante con el balón, pero no eligió bien la jugada.
Sunny: Su entrada significó que el equipo definitivamente no sólo renunciaba a ampliar el marcador, sino siquiera a tener la pelota, algo muy preocupante en casa y ante el equipo de un pueblo guipuzcoano. Estuvo irregular.
Capi: Empujó hacia arriba e hizo un poco de pegamento en un equipo roto.
Detalle: el árbitro era bastante bueno para el nivel español de Segunda.
Real Betis: Goitia; Nelson, Carlos García, Arzu, Fernando Vega; Odonkor, Iriney, Juande (Sunny, 68), Caffa (Capi, 76); Sergio García (Rodri, 59) y Pavone.
Real Unión de Irún: Jáuregui; Descarga, Iglesias, Alcalá, Gurrutxaga; Beobide; Montoro (Juan Domínguez, 71), Salcedo (Durán, 61), Quero, Abasolo; y Gorka Brit (Goikoetxea, 75).
Goles: 1-0: Min. 41, Caffa. 1-1: Min. 84, Abasolo. Árbitro: Gregorio Bernabé García, murciano. Amonestó a los locales Caffa y Nelson, y al visitante Montoro.
Espantoso y preocupante partido del Betis el día que debía haber mostrado sin excusas (mala tiene que estar la cosa si las bajas de Juanma y Nacho lo son) que es un equipo mandón en Segunda. La falta de actitud primero y la de inteligencia después convirtieron un partido a priori sencillo en un ataque de nervios. El Real Unión mereció ganar porque fue mejor que el Betis, que olvidó las virtudes mostradas hasta ahora, especialmente la solidaridad y el ritmo con el balón.
Primera parte: la falta de intensidad y velocidad en el juego, y de continuidad en el movimiento de la bola, convierten al Unión en un igual que llega a puerta tanto como el Betis. Aunque el Unión (con cuatro atrás y Brit solo arriba) deja recibir con total comodidad entre sus dos líneas defensivas, en ataque se llega poco, casi siempre por las bandas debido a la nula aportación de Sergio García y el escaso acierto de Pavone. Al menos Caffa interviene con profundidad y Nelson y Odonkor, aunque no muy coordinados, consiguen llevar cinco o seis jugadas al área rival; una acaba dentro gracias a la ayuda de Gorka Brit y de la cabeza del portero. En defensa se vuelve a permitir demasiado juego al centro del campo rival: en el 4-4-2 los delanteros ayudan esta vez un poco más, pero se cometen demasiadas faltas evitables que dan tiempo a un equipo pequeño a mandar a la gente arriba y crear barullos en el área.
Segunda parte: el Betis se echa atrás inexplicablemente, dando por bueno desde el inicio un marcador muy corto: Goitia pierde tiempo desde el inicio. En lugar de tener el balón, abrir el campo y buscar la puerta rival, sólo usa la pelota (y mal) para dejar pasar el tiempo. El rival, sin nada que perder, se lo cree, llegan los nervios, Tapia manda el mensaje equivocado al cambiar a Juande por Sunny y, muy merecidamente, llega el empate. Sin balón se defiende mal: la banda derecha lo hace de una forma infantil, persiguiendo la pelota y sin ayudar a los mediocentros; Caffa está simplemente fundido, hasta que unas molestias musculares obligan a hacer un cambio que debió llegar mucho antes. En consecuencia los mediocentros vuelven a verse rebasados numéricamente ante tres hombres por dentro, y el Unión juega muy fácil para su escasa calidad.
Tras el empate los nervios les llegan a los vascos y el Betis casi marca, más por inercia y desesperación que por otra cosa.
Jugador por jugador:
Goitia: Bien. Aunque tuvo un par de dudas en las salidas por alto, se va otra vez sin haber cometido un solo error y habiendo sacado varios balones comprometidos. Aunque los porteros altos sean poco vistosos para el público, no se entienden algunos pitos contra él.
Nelson: Un coladero en el uno contra uno e incluso en el dos contra dos. Parece no entender los rudimentos de esas jugadas; en el extremo contrario de los casos Panucci o Babic, quiere echarse constantemente encima del rival y sólo consigue que lo rebase cualquier extremo de Segunda. En ataque, bien en la primera parte y mal en la segunda.
Carlos García: Definitivamente un central típico del tándem Lopera-Momparlet, al estilo Nano. Duro de cintura y lento, aunque pegajoso y correcto por alto. Con el balón en los pies sólo piensa en largo.
Arzu: Otra vez muy bien, aunque tal vez menos participativo. No se equivocó nunca y arregló en un toque la salida del balón. La comparación con el resto de los centrales de la plantilla lo convierte casi en Beckenbauer.
Vega: Más flojo que en otras ocasiones en ataque y defensa, y otra presa de los nervios al final, pero aceptable.
Odonkor: Pese a quien pese, francamente bien en el primer tiempo, con buenos controles y llegando mucho hasta la línea de fondo; si centra bien en la mitad de esas jugadas ya hace más que otros en cinco partidos. Su falta de inteligencia defensiva y ofensiva lo convierte en un problema con el marcador a favor: no tiene el balón, se sitúa mal para defender y ayuda sólo cuando la bola se acerca a su par.
Juande: Bien mientras lo dejaron, dando un poco de ritmo al juego. Comete el error de ir a por la pelota al pie del central, algo especialmente absurdo si ese central es Arzu. Su salida empeoró al equipo.
Iriney: De lo mejor del equipo hasta mediada la segunda parte, entró en modo pánico al ver que sus compañeros no querían la pelota y perdió dos bolas muy peligrosas.
Caffa: Bien en el primer tiempo, se fundió como siempre al inicio del segundo, contribuyendo al desmoronamiento del centro del campo. Es inexplicable que no fuera sustituido antes.
Sergio García: Displicente, como demostraron algunos gestos, fue cambiado por su nula aportación en un día en que hacía tanta falta como cualquiera.
Pavone: No tuvo un día acertado y además quiso hacer la guerra por su cuenta olvidando sus limitaciones, buscando el uno contra uno lejos del área.
Rodri: Parece rápido e interesante con el balón, pero no eligió bien la jugada.
Sunny: Su entrada significó que el equipo definitivamente no sólo renunciaba a ampliar el marcador, sino siquiera a tener la pelota, algo muy preocupante en casa y ante el equipo de un pueblo guipuzcoano. Estuvo irregular.
Capi: Empujó hacia arriba e hizo un poco de pegamento en un equipo roto.
Detalle: el árbitro era bastante bueno para el nivel español de Segunda.
domingo, 4 de octubre de 2009
Rayo Vallecano 2 - Betis 2 (6a Jornada de Liga de Segunda División)
Madrid, 4-10-2009
Rayo Vallecano: Cobeño; José Serrano, Pelegrín, Edu, Coke, Ángel (Míchel, 61), Movilla, Jofre (Pacheco, 77), Quero, Aganzo (Piti, 32) y Rubén Castro.
Real Betis: Goitia; Nelson, Melli, Rivas, Fernando Vega; Damiá, Juande (Caffa, 63), Iriney, (Odonkor, 72), Nacho; Emaná (Capi, 80) y Sergio García.
Goles: 0-1, minuto 9: Juande. 1-1, minuto 11: Rubén Castro. 1-2, minuto 19: Rivas. 2-2, minuto 37: Piti.
A pesar de los cambios de hombres el Betis no toca el esquema de juego, que sigue siendo un claro 4-4-2 con Juande e Iriney en línea en el doble pivote, extremos poco abiertos y dos claros delanteros, casi descargados de trabajo defensivo, arriba.
Dividiremos el partido en dos fases: el primer cuarto de éste (la primera fase de la primera mitad) y el resto.
Primeros 20 minutos: el Betis, arriesgando y muy dinámico, tiene casi siempre el balón y lo mueve rápido y bien, produciendo automáticamente peligro por la calidad de García y Emana. Además los córneres ensayados a balón parado funcionan (a la corta y al segundo palo buscando segunda jugada), produciendo goles que podían haber llegado en otras jugadas por la banda izquierda.
Resto del partido: como ya se vio tras su primer gol, el Betis se acula atrás y deja de tratar bien el balón, especialmente por parte de sus centrales; la ausencia de Pavone no permite además aprovechar los pelotazos infames de éstos. Aparecen así las virtudes y defectos defensivos: gracias a la concentración general y a la falta de calidad del rival no viene la derrota, pero el centro del campo se ve totalmente rebasado por el del Rayo, en superioridad numérica. Una vez más los dos delanteros están muy cómodos emparejados con los centrales y no trabajan apenas para estorbar al mediocampo rival, dejando a Iriney y Juande en la obligación de salir a presionar a Movilla con el consiguiente peligro a sus espaldas; si en partidos anteriores los centrales supieron solventar estas situaciones, esta vez Melli y Rivas e incluso Nelson cometen todo tipo de errores posicionales (saliendo a robar cuando procede esperar, o permitiendo disparos fáciles cuando son la única opción del delantero). El Rayo llega innumerables veces a las cercanías del área, bien por la frontal o por las bandas, y sin embargo varios jugadores desaparecen sin aportar casi nada en defensa ni dar continuidad a la posesión del balón (García, Emana, Damiá). Los cambios no mejoran el equipo, especialmente porque el experimento (forzado una semana antes) de Nacho como pivote no funciona.
En líneas generales el equipo funciona como tal y no se hunde en los malos momentos (algo raro en los últimos años), pero no sabe ganar el centro del campo al rival y pierde el balón con demasiada facilidad. El bajo nivel de los centrales puede ser un problema grave.
Jugador por jugador:
Goitia: Muy bien. Seguro y concentrado, estuvo rápido y bien colocado, adelántándose lo adecuado en los muchos disparos que le llegaron desde la frontal.
Nelson: Una vez más se dispersa y desconcentra, permitiendo demasiadas llegadas por su banda de jugadores que son más lentos que él, como Jofre. Va demasiado al robo, cuando su primera obligación es impedir que su par lo rebase o centre con comodidad. Al menos trata con cariño el balón.
Melli: Tan sólo aceptable en la colocación y el corte, fue una máquina de perder balones: la manda a la grada cuando debe despejar hacia delante, pega pelotazos sin sentido... Hoy es un perfecto defensa de Segunda.
Rivas: Su buen gol lo redime levemente, pero el segundo del Rayo lo retrata: recula cuando no debe y luego falla estrepitosamente un despeje fácil por no darle con la derecha. Lento y fallón, sólo va más o menos bien de cabeza.
Vega: El único defensa que lo parece.
Damiá: En su línea como centrocampista: llegadas arriba, esta vez sin suerte, velocidad en largo (hoy desaprovechada por los pasadores), muy poca ayuda a la posesión de balón y justita presencia defensiva. Es un caso similar al de Emana: no ayuda a tener la pelota y sin ésta aporta poco.
Juande: De lo mejor del equipo, trata muy bien la pelota y asume como puede la sobrecarga de trabajo defensivo que le provoca el sistema de juego, ayudando a los centrales a barrer la mediapunta rival. Su cambio sólo se explica por cansancio o lesión.
Iriney: Al igual que Juande, da fluidez al juego y recorre incluso más metros que éste.
Nacho: Hizo daño al inicio, pero luego se diluyó. Como mediocentro naufraga por su escasísimo manejo de la derecha, que apenas le permite abrir opciones de pase, y su querencia a irse a la banda. Al menos la tiene y corre.
Emana: demasiado discontinuo en su juego (defecto conocido), y falto de ritmo. Puede hacer muchísimo más en defensa y ataque.
García: muy bien cuando el equipo tiene el balón, justificando su presencia en el campo. Debe correr con más inteligencia cuando la tiene el rival.
Odonkor, Caffa y Capi: no aprovecharon el escaso tiempo que les dieron.
Rayo Vallecano: Cobeño; José Serrano, Pelegrín, Edu, Coke, Ángel (Míchel, 61), Movilla, Jofre (Pacheco, 77), Quero, Aganzo (Piti, 32) y Rubén Castro.
Real Betis: Goitia; Nelson, Melli, Rivas, Fernando Vega; Damiá, Juande (Caffa, 63), Iriney, (Odonkor, 72), Nacho; Emaná (Capi, 80) y Sergio García.
Goles: 0-1, minuto 9: Juande. 1-1, minuto 11: Rubén Castro. 1-2, minuto 19: Rivas. 2-2, minuto 37: Piti.
A pesar de los cambios de hombres el Betis no toca el esquema de juego, que sigue siendo un claro 4-4-2 con Juande e Iriney en línea en el doble pivote, extremos poco abiertos y dos claros delanteros, casi descargados de trabajo defensivo, arriba.
Dividiremos el partido en dos fases: el primer cuarto de éste (la primera fase de la primera mitad) y el resto.
Primeros 20 minutos: el Betis, arriesgando y muy dinámico, tiene casi siempre el balón y lo mueve rápido y bien, produciendo automáticamente peligro por la calidad de García y Emana. Además los córneres ensayados a balón parado funcionan (a la corta y al segundo palo buscando segunda jugada), produciendo goles que podían haber llegado en otras jugadas por la banda izquierda.
Resto del partido: como ya se vio tras su primer gol, el Betis se acula atrás y deja de tratar bien el balón, especialmente por parte de sus centrales; la ausencia de Pavone no permite además aprovechar los pelotazos infames de éstos. Aparecen así las virtudes y defectos defensivos: gracias a la concentración general y a la falta de calidad del rival no viene la derrota, pero el centro del campo se ve totalmente rebasado por el del Rayo, en superioridad numérica. Una vez más los dos delanteros están muy cómodos emparejados con los centrales y no trabajan apenas para estorbar al mediocampo rival, dejando a Iriney y Juande en la obligación de salir a presionar a Movilla con el consiguiente peligro a sus espaldas; si en partidos anteriores los centrales supieron solventar estas situaciones, esta vez Melli y Rivas e incluso Nelson cometen todo tipo de errores posicionales (saliendo a robar cuando procede esperar, o permitiendo disparos fáciles cuando son la única opción del delantero). El Rayo llega innumerables veces a las cercanías del área, bien por la frontal o por las bandas, y sin embargo varios jugadores desaparecen sin aportar casi nada en defensa ni dar continuidad a la posesión del balón (García, Emana, Damiá). Los cambios no mejoran el equipo, especialmente porque el experimento (forzado una semana antes) de Nacho como pivote no funciona.
En líneas generales el equipo funciona como tal y no se hunde en los malos momentos (algo raro en los últimos años), pero no sabe ganar el centro del campo al rival y pierde el balón con demasiada facilidad. El bajo nivel de los centrales puede ser un problema grave.
Jugador por jugador:
Goitia: Muy bien. Seguro y concentrado, estuvo rápido y bien colocado, adelántándose lo adecuado en los muchos disparos que le llegaron desde la frontal.
Nelson: Una vez más se dispersa y desconcentra, permitiendo demasiadas llegadas por su banda de jugadores que son más lentos que él, como Jofre. Va demasiado al robo, cuando su primera obligación es impedir que su par lo rebase o centre con comodidad. Al menos trata con cariño el balón.
Melli: Tan sólo aceptable en la colocación y el corte, fue una máquina de perder balones: la manda a la grada cuando debe despejar hacia delante, pega pelotazos sin sentido... Hoy es un perfecto defensa de Segunda.
Rivas: Su buen gol lo redime levemente, pero el segundo del Rayo lo retrata: recula cuando no debe y luego falla estrepitosamente un despeje fácil por no darle con la derecha. Lento y fallón, sólo va más o menos bien de cabeza.
Vega: El único defensa que lo parece.
Damiá: En su línea como centrocampista: llegadas arriba, esta vez sin suerte, velocidad en largo (hoy desaprovechada por los pasadores), muy poca ayuda a la posesión de balón y justita presencia defensiva. Es un caso similar al de Emana: no ayuda a tener la pelota y sin ésta aporta poco.
Juande: De lo mejor del equipo, trata muy bien la pelota y asume como puede la sobrecarga de trabajo defensivo que le provoca el sistema de juego, ayudando a los centrales a barrer la mediapunta rival. Su cambio sólo se explica por cansancio o lesión.
Iriney: Al igual que Juande, da fluidez al juego y recorre incluso más metros que éste.
Nacho: Hizo daño al inicio, pero luego se diluyó. Como mediocentro naufraga por su escasísimo manejo de la derecha, que apenas le permite abrir opciones de pase, y su querencia a irse a la banda. Al menos la tiene y corre.
Emana: demasiado discontinuo en su juego (defecto conocido), y falto de ritmo. Puede hacer muchísimo más en defensa y ataque.
García: muy bien cuando el equipo tiene el balón, justificando su presencia en el campo. Debe correr con más inteligencia cuando la tiene el rival.
Odonkor, Caffa y Capi: no aprovecharon el escaso tiempo que les dieron.