El nuevo Betis 2025/26 presenta una de las mejores y más compensadas plantillas que uno recuerda, y uno recuerda muchas plantillas del Betis desde finales de los 70.
No significa esto que el mercado de verano de Fajardo y el resto de los encargados de confeccionar la primera plantilla haya sido perfecto. Tal vez el mayor pero que se les puede echar en cara sea la tempranísima venta de Jesús Rodríguez. Muy comprensible es la de Johnny Cardoso, pero no la de un canterano que apenas ha empezado a mostrar el inmenso talento que atesora. Peligroso, sobre todo, es que el club se habitúe a deshacerse tan pronto de sus mejores promesas sin disfrutar siquiera de sus primeros años de alto nivel ni permitirles crear un vínculo con el club, como sí lo crearon Joaquín o Gordillo, por mencionar dos leyendas que solo se marcharon tras varias excelentes temporadas en el primer equipo. La tentación es grande y el riesgo existe, pero si las cosas se desenvuelven con normalidad Jesús valdrá dentro de cinco años lo mismo que ahora, si no más. Pellegrini, aunque tiene innegable ojo para detectar calidad, no es el mejor profesor para los canteranos ni sabe regular su incorporación a la élite, pero eso no debe ser excusa para mantener una política que, junto a un exceso de entradas y salidas, hace perder vínculo entre jugadores, entidad y afición.
A cambio las dos ventas multimillonarias dieron temprana liquidez para afrontar el mercado siguiendo las dos líneas de compra de los últimos años: fichar jóvenes revalorizables y oportunidades de mercado. El resultado (dejando aparte cedidos como Petit e incluyendo a Pablo García, con ficha del filial) ha sido:
En la comparación con la plantilla con la que se cerró la temporada anterior, de una calidad extraordinaria –para el nivel medio histórico del Betis– de mitad de campo en adelante, esta sale ganando, fundamentalmente por una notable mejora atrás. Se han incorporado dos porteros de nivel similar al de Rui Silva (que ya faltó en el segundo tramo de la temporada pasada), se ha mejorado sustancialmente el lateral izquierdo con Júnior, se consolidan los centrales y se mejora de facto en la banda derecha con la incorporación plena de Ortiz y el revival de Bellerín.
La incorporación in extremis de Amrabat, y la de Riquelme, hacen que las pérdidas de Cardoso y Jesús no se vayan a notar a corto plazo, en cuanto a calidad aquí y ahora, aunque a medio plazo obviamente se pierde ahí mucho capital humano. A cambio el Betis mantiene al gran Antony, con una inversión responsable (precio por debajo de mercado, jugador aún joven y revalorizable), y al resto de valores de ataque, incluidos talentos como Lo Celso, Isco, Abde... más un prometedor Deossa. Obviamente habría sido deseable incorporar un delantero más, o dar baja a jugadores como Chimy, pero la plantilla resultante ya es muy ilusionante y con un fondo mucho más profundo que el de hace un año, carencia que provocó ridículos sucesivos en la fase de liga de la Conference.
Un detalle táctico importante es que no será fácil parar a un Betis que tendrá armas para adaptarse a diferentes escenarios de partido. Si antes era temible en ataque posicional pero tenía algunas dificultades en un fútbol de ida y vuelta o cuando era presionado arriba, ahora la presencia de jugadores como Antony y Deossa, peligrosos a campo abierto, más el buen pie de Valles y Pau hará pensarse mucho a los rivales esa solución.