La feliz recuperación de Isco ha puesto sobre la mesa un problema para Pellegrini: encajar en su sistema a sus dos mediapuntas, Lo Celso y el malagueño. El técnico chileno lleva prácticamente toda su carrera utilizando un 4-2-3-1 con un solo mediapunta teórico, al que da libertad total en ataque, y la presencia de dos jugadores de ese tipo le obliga a adaptar ese sistema o cambiarlo. Naturalmente, y sobre todo en meses como enero y febrero con gran carga de partidos, habrá cierta alternancia y descansos entre ellos, pero si no median lesiones convivirán muchos minutos en el campo.
Ante todo al equipo le convendrá adaptar el modelo de juego: si comparamos con los (buenos) partidos que jugó el Betis en otoño con dos delanteros (4-4-2), con Isco y Lo Celso en el campo el Betis perderá empuje físico a cambio de ganar calidad técnica. Así que deberá rehuir partidos de ida y vuelta y posesiones alternas, en los que tendría que esforzarse continuamente en una extenuante presión alta: a este Betis le convendrá descansar con posesiones largas, mover la pelota con paciencia, encerrar al rival y recuperar la pelota con una presión postpérdida fuerte y rápida. Eso producirá partidos de tikitaka, que desesperarán a los impacientes pero que darán –esperemos–sus frutos. Para ello el Betis necesita mejorar mucho su salida de balón, deficiente en los últimos tiempos; como veremos inmediatamente es probable que así ocurra.
Esquema 4-3-3
Lo que más nos gusta en este blog son las cuestiones posicionales, así que vamos a ello. Una primera manera de juntar a Lo Celso e Isco sería cambiar directamente de esquema y pasar a un 4-3-3. De hecho así ha ocurrido ya varias veces (algo hasta este año insólito en Pellegrini), como en la segunda parte del partido de Copa de Huesca. En salida de balón el equipo, con presuntos titulares a día de hoy, quedaría así:
La calidad de los tres centrocampistas resolvería el inicio de jugada. A cambio se obligaría a los dos mediapuntas a tomar responsabilidades defensivas como interiores:
Para ese equipo titular (tres delanteros) esta sería probablemente mejor solución que un 4-2-3-1 en el que Lo Celso fuese mediocentro (algo muy antinatural). Como punto positivo, con el 4-3-3 (4-1-4-1 en defensa) se ganaría un centrocampista, pues obligaría a ambos interiores a retroceder y ayudar en defensa posicional, sin descolgarse cuando les rebasara la jugada. A cambio ambos se verían obligados a trabajar sin descansos, y los costados de Johnny (los cuadrados formados entre central, lateral, interior y extremo) quedarían bastante expuestos en defensa.
Parece buen plan para situaciones de posesión muy alta, como partidos ante rivales inferiores o en intentos de remontada. Pero no parece un buen plan A.
Esquema 4-2-3-1
Lo más probable es que Pellegrini siga usando su viejo 4-2-3-1, y entonces uno de los dos mediapuntas deberá ser encajado en otra posición. Descartamos para eso la punta del ataque (una solución tal vez válida con el duro Fekir, que aguantaba bien de espaldas, pero no con estos jugadores). Como hemos dicho, colocar a Lo Celso como segundo mediocentro no sería una solución natural, y quedaría como recurso de emergencia ultraofensivo en partidos a remontar: en ataque resultaría muy similar al ya visto 4-3-3, pero en defensa el equipo sufriría excesivamente en el mediocentro
Queda pues la solución en apariencia más lógica: situar a uno de los dos como falso extremo. De hecho Pellegrini durante su carrera ha solido utilizar extremos de perfiles diferentes, uno más vertical y otro con un estilo más de mediapunta, como de hecho ocurría en 2022 con Juanmi y Canales. ¿A cuál de los dos exiliar? Como ya hemos visto, casi todas las papeletas son para Lo Celso, por varias razones: por galones (es el nuevo); por ser un jugador algo más rápido en conducción vertical (más adaptable a situaciones de banda); y, sobre todo, porque mandar a Isco a la izquierda obligaría a prescindir o enviar a su vez a la derecha a Abde, Juanmi, Jesús Rodríguez o el Chimy, todos ellos diestros y más a gusto en la izquierda.
¿Cómo encajar a Lo Celso en la derecha? El argentino necesita balón y el equipo necesita que lo toque mucho, y además se siente mejor dentro que en banda, así que no conviene que juegue abierto, ni siquiera en fase de salida desde atrás. Una leve corrección de la posición del delantero centro, Vitor Roque, puede solucionar la distribución espacial ocupando adecuadamente el espacio vacante:
Como vemos, quedaría una especie de rombo en el centro del campo. No habría punta-referencia, algo que en los últimos tiempos han probado entrenadores como Guardiola (antes de contar con Haaland) o Ancelotti (en este Betis-Madrid) como antídoto contra presiones altas. Si colocamos al típico rival en 4-4-2 resultaría:
Como vemos se produciría una fuerte superioridad numérica en el centro del campo: no solo el portero y el mediocentro (Johnny) quedarían libres, sino que, fijados los mediocentros por Lo Celso y Altimira, Isco quedaría también libre, algo peligrosísimo si puede lanzar a jugadores muy rápidos como Roque y Abde, buscando los enormes espacios a la espalda de los laterales. De hecho eso sucedió, con Lo Celso como lanzador, en la jugada del 0-1 en Huesca.
Como se aprecia en la imagen, si el rival intenta resolver esa inferioridad numérica sacando a los centrales de zona (ahí solo hay uno y ha ido a por Isco, en el centro de la imagen) los pares de Abde y Roque quedarían vendidos sin ayuda en situaciones muy complicadas de defender, ante delanteros muy veloces a campo abierto y con excelentes lanzadores.
Los rivales, lógicamente, pueden intentar arreglar esa inferioridad numérica con diversas soluciones: las típicas basculaciones laterales (dejando libres a Sabaly o Perraud), saltos del lateral a por Lo Celso, etc. Pero sin punta de referencia central es casi imposible que el rival pueda pasar a situaciones de presión de uno contra uno, y en esas condiciones la calidad de Johnny, Lo Celso e Isco prácticamente garantiza una salida limpia. A cambio apenas habría un leve atasco en el centro del campo bético, con cuatro jugadores por dentro, algo que con la técnica de Johnny y los dos mediapuntas no debe ser un grave problema.
Cierto es que el modelo de juego de Pellegrini no es nada posicional, o sea, no es esperable que Johnny, Altimira, Isco y Lo Celso se sujeten a esas posiciones. De hecho podrían rotarlas, por ejemplo así:
Resultando esto, que realmente es muy similar:
En todo caso la movilidad de las posiciones de los cuatro jugadores de dentro no cambiaría el hecho de la superioridad numérica y los consiguientes problemas para el rival. Muy arriesgado tirar la presión alta, probablemente la mayoría de ellos optarían por el repliegue, lo que abocaría al escenario deseable de rival encerrado, y ciclos de posesiones largas y presión postpérdida.
Al avanzar la jugada convendría, eso sí, que Vitor Roque centrara su posición y que Abde más Isco o Lo Celso pisaran posiciones adelantadas y luego de remate, para no empeorar el problema del equipo con el gol.
En defensa, naturalmente, el 4-4-2 habitual no se vería alterado. Lo Celso no debiera alejarse excesivamente de la banda para no verse obligado a grandes recorridos en transición, aunque como hemos visto en partidos recientes Pellegrini acepta permutas defensivas para que otro jugador (como el mismo Isco) ocupe a veces su lugar defensivo si es más práctico. El esquema defensivo normal sería (es, de hecho):
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7. Y ahora estoy también en Bluesky.