domingo, 23 de octubre de 2022

Betis 1 Atlético de Madrid 2 (11ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Rui Silva; Sabaly (Aitor Ruibal 75'), Pezzella, Luiz Felipe (Víctor Ruiz 19'), Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado (Fekir 75'); Luiz Henrique (Joaquín 65'), William Carvalho, Rodri (Juan Cruz 65'); y Borja Iglesias.
ATLÉTICO DE MADRID (2): Oblak; Nahuel Molina, Savic, Giménez, Reinildo; Correa (Joao Felix 75'), Witsel, Kondogbia, Saúl Ñíguez (De Paul 86'); Griezmann (Carrasco 75'); y Morata (Matheus Cunha 59').
Goles: 0-1 (54') Griezmann; 0-2 (70') Griezmann; 1-2 (84') Fekir.
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Molina, Morata, Kondogbia, Guido y Rui Silva.
Incidencias: 50.000 espectadores y perfectas condiciones.

Es difícil saber si la causa es la pura fortuna, la calidad en las áreas o cualquier otra, pero lo cierto es que el Betis volvió perder contra el Atlético (van quince derrotas de los últimos veinte partidos entre ellos) pese a dar cierta sensación de superioridad sobre los colchoneros.

El gráfico de evolución de xG (ocasiones de gol con disparo ponderadas por probabilidad de gol) no solo respalda esa sensación (y ello sin incluir jugadas como el gol anulado a Luiz Henrique), sino que da buena cuenta de las fases que tuvo el partido:

Primeros 55 minutos (hasta el 0-1)

Con su completa línea de mediapuntas de baja (más pronto la de Luiz Felipe), Pellegrini decidió cementar al equipo y situar a William Carvalho como mediapunta central, con Luiz Henrique y Rodri a sus costados, más Sabaly en el lateral derecho. Por demás nada se alteraba en su inamovible 4-2-3-1, convertido como siempre en 4-4-2 en defensa (con Borja y Carvalho arriba), con sus habituales intentos de presión alta tras pérdida, y posesiones largas y pacientes.

Tampoco sorprendió Simeone con su planteamiento conservador de partido: su Atlético intentó, con cierto éxito, que no sucediese nada, en la confianza de que antes o después un error bético o la calidad de sus delanteros decidiese en alguna jugada suelta. Sí tuvo interés su adaptación del sistema 4-4-2 para tratar de parar a los carrileros béticos, sabedor de que una defensa de cinco los controla mejor porque evita la ambigüedad de su marca (la indecisión entre lateral y extremo). Simeone les asignó par con claridad, y para ello montó un sistema asimétrico en el que cuando el ataque bético se alargaba y Sabaly llegaba arriba, su par natural, Saúl, lo seguía religiosamente; pero por el lado contrario Correa abandonaba a Álex Moreno cuando este profundizaba, quedando al exrayista emparejado con Molina.


Así, el Atlético montaba una defensa de cinco de facto, pese a lo cual Moreno consiguió coger varias veces la espalda de Molina. Por el lado contrario Sabaly se veía taponado por la posición exterior de Luiz Henrique, que además nunca iba al espacio y siempre la pedía al pie, y la jugada solía morir en intentos de regate frustrados del brasileño ante Reinildo y el citado Saúl.

Con muy buen trato de balón, el Betis progresaba gracias a las recepciones de espaldas de un Iglesias en gran forma (finísimo en los controles) y a la elaboración de William, y recuperaba rápidamente la pelota con le actividad defensiva de Guardado y Guido. Sin embargo carecía de profundidad, escaso de desmarques a la espalda de la defensa rival (algo recurrente desde que falta Juanmi) y ante un rival especializado en conceder pocas ocasiones. Por su parte el Atlético no se acercaba casi nunca a Silva, más allá de algún centro cruzado esporádico: Witsel y Kondogbia jugaban funcionarialmente, Morata se dejaba anticipar por los centrales béticos, Griezmann no aparecía, Saúl está lejísimos de ser quien fue y solo Correa inquietaba ligeramente con sus apariciones por dentro.

Minutos 55 al 70

El Atlético marca un extraño gol de córner, baja acertadamente las pulsaciones del partido y además emboca la primera jugada que consigue realmente elaborar.

Del minuto 70 al final

Pellegrini no tira la toalla y prepara toda su artillería, incluida la reaparición de Fekir, que atrasaría a William a su posición natural de mediocentro ofensivo, ya con Cruz y Joaquín en bandas. Pero antes, y sorprendentemente, el Atlético parece relajarse y se equivoca en el ritmo de juego en casi todas las jugadas: alterna peloteos absurdos hacia atrás en los que ni siquiera trata de amenazar la portería del Betis con tramos de correcalles en los que ataca con demasiados hombres. Aumentado el efecto de estos errores tácticos con los cambios béticos, con los eléctricos Cruz, Ruibal y Fekir en cancha, el Betis comienza a acumular ocasiones de gol, marca el 1-2 y se ahoga en la orilla del breve descuento de Gil Manzano, incluso con un cabezazo al larguero de Moreno, en ocasión clarísima.

Línea por línea

Rui Silva es esta vez responsable directo de la derrota, con dos errores graves en las tres únicas ocasiones en que el Atlético creó algún peligro (la última, prácticamente al final, sí la detuvo). Sabaly cumplió, y los centrales no sufrieron como era de temer por los muchos metros que quedaban a sus espaldas. Moreno, sin estar brillante, fue otra vez el mejor argumento ofensivo del Betis. Guido controló el centro del campo con ayuda de un Guardado muy activo mientras le duraron las fuerzas. Borja Iglesias ayudó muchísimo en la progresión de las jugadas aunque tuvo pocas opciones en el área, y Carvalho se adaptó aceptablemente a un puesto en que los espacios son muy escasos. Gustaría ver alguna vez ahí a Rodri, que jugó bien con balón pero sigue sufriendo en la banda izquierda, un lugar para el que carece de condiciones físicas y desde el que jamás pica desmarques al espacio como hacía constantemente Juanmi.

Cruz tiene desborde y electricidad pero debe levantar la cabeza antes de centrar. Por la derecha Ruibal puso más acierto y velocidad que un gris Joaquín. Fekir, pese a salir de una recaída de lesión, revolucionó el partido con su chispa, marcó un gran gol y se mostró en buena forma.

Luiz Henrique merece capítulo aparte. De momento su juego es muy poco inteligente, y la duda es si esto es o no algo reversible; o sea, si se debe a una falta irremediable de capacidad para comprender el juego o si por el contrario podrá aprender al menos ciertas normas tácticas básicas. De momento saca escaso partido a sus enormes condiciones físicas y buenas condiciones técnicas: la pide siempre al pie y nunca al espacio, es previsible en los controles, elige mal jugada (en concreto, suele encarar a los rivales cuando está en inferioridad numérica), y obstaculiza las subidas de Sabaly con su empeño en pedirla a la corta y pegado a la banda, o sea, en el lugar de paso natural de un lateral en el sistema de Pellegrini (y en casi todos).

La derrota no señala a un Pellegrini que no solo supo dar el control del encuentro a su equipo durante casi todo el partido sino que también le supo cambiar el ritmo con los cambios.Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.