Aunque las condiciones de visionado no nos permiten hacer un análisis más completo del Getafe - Betis de ayer, merece la pena dejar unas breves notas sobre el buen partido hecho por los béticos:
1. El peculiar 4-3-3 bético funciona ya bien, y mejor con Edgar como pivote y con Joaquín y Fekir en posiciones simétricas a los lados del delantero.
2. Se produjo el esperado duelo de esquemas y modelos de juego: ese 4-3-3 de buen trato de balón bético chocó contra el cerrado 4-4-2 del Getafe, cuyo fútbol se basa en los pelotazos largos –desde atrás, desde las bandas e incluso desde los saques de banda–, la atención a las segundas jugadas y la fuerte presión desde un once muy físico –dobló laterales–.
3. En la segunda parte el Betis no superó esa presión del Getafe con tanta facilidad y peligro como en la primera debido a tres factores:
a) Dos problemas concretos de la salida de balón del Betis: mala orientación de algunos controles en el mediocampo –por no haber escaneado correctamente la posición de los jugadores rivales justo antes de recibir– y falta de decisión para avanzar con balón cuando uno de los defensores béticos se convertía en hombre libre: al repetirse varios intentos de salida limpia en cada jugada, el Betis acababa cayendo en la trampa getafense en alguno de ellos y jugando en largo –muchas veces Joel–.
b) La buena coordinación de la presión del Getafe, que temporizó muy
bien desde uno de los extremos cuándo saltar y cómo hacerlo sin
exponerse apenas atrás.
c) Cuando el Betis lograba salir de esa presión y girarse con peligro, el Getafe acudía a las sucias artes de su otro fútbol, para lo que contó un año más con impunidad arbitral. El escándalo final del VAR solo fue el colofón de este estado de cosas, verdadero fundamento del milagro de Bordalás.
lunes, 27 de enero de 2020
domingo, 19 de enero de 2020
Betis 3 - Real Sociedad 0 (20ª jornada de LaLiga)
BETIS (3): Joel; Emerson, Mandi, Bartra, Álex Moreno; Canales, Edgar, Guardado; Aleñá (Guido Rodríguez, m. 68), Borja Iglesias (Loren, m. 74) y Joaquín (Tello, m. 82).
REAL SOCIEDAD (0): Remiro; Zaldua (Gorosabel, m. 80), Llorente, Le Normand, Aihen; Portu (Willian José, m. 71), Guevara, Merino, Oyarzabal; Odegaard; e Isak (Barrenetxea, m. 57).
Goles: 1-0, m. 27: Borja Iglesias. 2-0, m. 44: Joaquín. 3-0, m. 95: Canales.
Árbitro: Cordero Vega. Amarillas a Llorente, Guardado, Moreno y Emerson.
Estadio: Benito Villamarín. 51.000 espectadores y muy buenas condiciones para el fútbol.
Jugó el Betis uno de sus mejores partidos de la temporada, culminado con una goleada tal vez excesiva por los méritos contraídos pero muy meritoria por el complicado rival que había enfrente.
Y es que aunque la Real no tenga fama de practicar el llamado fútbol de posición realmente sí observa los principios de ese estilo de juego, consistentemente y desde hace muchos años, y quiso mandar en el partido desde el buen trato a la pelota y la buena colocación. Los realistas se plantaron con su 4-2-3-1 moderno y de espacios bien planeados, que es realmente un 4-4-2 en defensa para liberar de responsabilidades a Odegaard pero que pasa a un ordenado 4-3-3 en ataque al dar un paso adelante Mikel Merino para repartirse con el noruego los interiores, izquierdo y derecho respectivamente. Los realistas no suelen notar demasiado las importantes bajas de Illarra y Zurutuza por dentro, pero sí pagaron hoy el escaso empuje físico de sus laterales, muy inferiores a los béticos en ese aspecto.
Rubi por su parte aprovechó la baja de Feddal para reintroducir a Edgar como mediocentro, en su ambigua posición habitual: tercer central en ataque y mediocentro de cierre en defensa, dibujando así el singular 4-3-3 que suele, con Canales y Aleñá respectivamente como interior y extremo derechos (aunque intercambiaron mucho sus posiciones) y Guardado y Joaquín en idénticos papeles por la derecha.
Primera parte
El encuentro tuvo las dos tópicas mitades muy diferentes. En la primera el Betis fue desde el inicio muy arriba a robarle el balón a la Real con una esforzada presión alta, arriesgada por la calidad de la salida de balón realista. El adelantamiento de Guardado emparejaba frecuentemente a Edgar con Odegaard, y Aleñá, que defendió bastante centrado (demasiado, de hecho) solía provocar la presión hombre a hombre al ir a por un central:
Muy expuestos los centrales béticos, el excelente encuentro de Mandi y Bartra en la anticipación y el escaso acierto de la Real en buscar sus espaldas redujeron riesgos para los béticos. El partido entró en el clásico círculo virtuoso –favorable al Betis– de ataques largos y presión postpérdida exitosa; muy atentos, los béticos se hacían con la mayoría de los balones divididos. Los locales hacían daño en combinaciones entre Joaquín y Álex Moreno por la izquierda; por la derecha Emerson imponía su físico con más ayuda de Canales que de Aleñá.
Segunda parte
Tras un buen arranque bético la Real toma riesgos y son entonces los visitantes quienes imponen su presión alta tras la pérdida, aunque sus bandas hacen mucho menos daño que las béticas. El Betis trata de mantener la defensa alta, pero la pérdida de fuelle del centro del campo la obliga a dar un paso atrás y los realistas merodean el área bética; sin embargo los locales saben sufrir sin balón y la Real no acierta en el último pase: crea pocas ocasiones claras.
Visto que el balón era del rival y tocaba defender el resultado Rubi hace debutar a Guido; primero mantiene el 4-3-3 con el argentino como interior derecho y subiendo al extremo a Canales, pero pronto reorganiza el centro del campo formando un doble pivote con Guardado por delante (4-2-3-1). La Real gasta su gasolina y el Betis machaca finalmente al contragolpe.
Línea por línea
Joel tuvo escaso trabajo, aunque volvió a cometer un error importante, a punto de ser convertido en gol por Merino.
El agresivo partido de Bartra y Mandi (este mucho más acertado con balón) fue clave; los acompañó muy bien Edgar, que aunque se desinfló en la segunda parte realizó en la primera de forma perfecta su trabajo: bien colocado en defensa y buen pasador a pocos toques en ataque. Si hay alguna meritocracia debe ser titular.
El tremendo empuje físico de Emerson fue importante de nuevo. Moreno también empujó mucho, aunque tiene problemas para entender el juego cuando este se pausa. Guardado ha vuelto a su mejor versión (llegó con mucha energía al tramo final), al igual que Canales, cuyo enorme despliegue físico lo convierte en omnipresente.
Borja marcó, aunque anduvo ofuscado fuera del área; Joaquín volvió a sumar un enorme trabajo a su buen juego y a un gol, que pudieron ser dos si un maravilloso córner olímpico hubiese entrado. Aleñá dejó muchas dudas: sabe manejar el juego combinativo, sin duda, pero carece de físico para el regate con arrancancada, defiende con poco rigor (... y tampoco es un fondista), y tendió por naturaleza a posiciones de interior, defecto este si juegas de extremo que suplió el despliegue de Canales, quien lo aprovechó para hacerle permutas.
Loren y Tello pelearon bien. Guido no resolvió las dudas sobre su capacidad para manejar el balón.
Rubi parece haber encontrado por fin un punto adecuado entre el modelo anterior y su alocado fútbol de principios de temporada: mucho más cercano al primero que al segundo, el juego del Betis actual ha incorporado al control del juego de la etapa del actual entrenador del Barça mejoras en algunos aspectos: la velocidad tras robo alto (un pequeño contragolpe dio el 2-0), más fiabilidad en defensa posicional, una entrega de los futbolistas siempre al límite y cierta verticalidad por las bandas, aunque esta se debe más a la incorporación de Moreno y la maduración de Emerson que al modelo de juego.
El detalle
Las ausencias de Fekir y Carvalho no se notaron en absoulto, algo poco sorprendente números en mano: ambos jugadores aportan una innegable calidad con balón pero también dificultan el funcionamiento colectivo. No se fíen nunca de los jugadores que corren para atrás cuando sus compañeros corren hacia delante y viceversa.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
REAL SOCIEDAD (0): Remiro; Zaldua (Gorosabel, m. 80), Llorente, Le Normand, Aihen; Portu (Willian José, m. 71), Guevara, Merino, Oyarzabal; Odegaard; e Isak (Barrenetxea, m. 57).
Goles: 1-0, m. 27: Borja Iglesias. 2-0, m. 44: Joaquín. 3-0, m. 95: Canales.
Árbitro: Cordero Vega. Amarillas a Llorente, Guardado, Moreno y Emerson.
Estadio: Benito Villamarín. 51.000 espectadores y muy buenas condiciones para el fútbol.
Jugó el Betis uno de sus mejores partidos de la temporada, culminado con una goleada tal vez excesiva por los méritos contraídos pero muy meritoria por el complicado rival que había enfrente.
Y es que aunque la Real no tenga fama de practicar el llamado fútbol de posición realmente sí observa los principios de ese estilo de juego, consistentemente y desde hace muchos años, y quiso mandar en el partido desde el buen trato a la pelota y la buena colocación. Los realistas se plantaron con su 4-2-3-1 moderno y de espacios bien planeados, que es realmente un 4-4-2 en defensa para liberar de responsabilidades a Odegaard pero que pasa a un ordenado 4-3-3 en ataque al dar un paso adelante Mikel Merino para repartirse con el noruego los interiores, izquierdo y derecho respectivamente. Los realistas no suelen notar demasiado las importantes bajas de Illarra y Zurutuza por dentro, pero sí pagaron hoy el escaso empuje físico de sus laterales, muy inferiores a los béticos en ese aspecto.
Rubi por su parte aprovechó la baja de Feddal para reintroducir a Edgar como mediocentro, en su ambigua posición habitual: tercer central en ataque y mediocentro de cierre en defensa, dibujando así el singular 4-3-3 que suele, con Canales y Aleñá respectivamente como interior y extremo derechos (aunque intercambiaron mucho sus posiciones) y Guardado y Joaquín en idénticos papeles por la derecha.
Primera parte
El encuentro tuvo las dos tópicas mitades muy diferentes. En la primera el Betis fue desde el inicio muy arriba a robarle el balón a la Real con una esforzada presión alta, arriesgada por la calidad de la salida de balón realista. El adelantamiento de Guardado emparejaba frecuentemente a Edgar con Odegaard, y Aleñá, que defendió bastante centrado (demasiado, de hecho) solía provocar la presión hombre a hombre al ir a por un central:
Muy expuestos los centrales béticos, el excelente encuentro de Mandi y Bartra en la anticipación y el escaso acierto de la Real en buscar sus espaldas redujeron riesgos para los béticos. El partido entró en el clásico círculo virtuoso –favorable al Betis– de ataques largos y presión postpérdida exitosa; muy atentos, los béticos se hacían con la mayoría de los balones divididos. Los locales hacían daño en combinaciones entre Joaquín y Álex Moreno por la izquierda; por la derecha Emerson imponía su físico con más ayuda de Canales que de Aleñá.
Segunda parte
Tras un buen arranque bético la Real toma riesgos y son entonces los visitantes quienes imponen su presión alta tras la pérdida, aunque sus bandas hacen mucho menos daño que las béticas. El Betis trata de mantener la defensa alta, pero la pérdida de fuelle del centro del campo la obliga a dar un paso atrás y los realistas merodean el área bética; sin embargo los locales saben sufrir sin balón y la Real no acierta en el último pase: crea pocas ocasiones claras.
Visto que el balón era del rival y tocaba defender el resultado Rubi hace debutar a Guido; primero mantiene el 4-3-3 con el argentino como interior derecho y subiendo al extremo a Canales, pero pronto reorganiza el centro del campo formando un doble pivote con Guardado por delante (4-2-3-1). La Real gasta su gasolina y el Betis machaca finalmente al contragolpe.
Línea por línea
Joel tuvo escaso trabajo, aunque volvió a cometer un error importante, a punto de ser convertido en gol por Merino.
El agresivo partido de Bartra y Mandi (este mucho más acertado con balón) fue clave; los acompañó muy bien Edgar, que aunque se desinfló en la segunda parte realizó en la primera de forma perfecta su trabajo: bien colocado en defensa y buen pasador a pocos toques en ataque. Si hay alguna meritocracia debe ser titular.
El tremendo empuje físico de Emerson fue importante de nuevo. Moreno también empujó mucho, aunque tiene problemas para entender el juego cuando este se pausa. Guardado ha vuelto a su mejor versión (llegó con mucha energía al tramo final), al igual que Canales, cuyo enorme despliegue físico lo convierte en omnipresente.
Borja marcó, aunque anduvo ofuscado fuera del área; Joaquín volvió a sumar un enorme trabajo a su buen juego y a un gol, que pudieron ser dos si un maravilloso córner olímpico hubiese entrado. Aleñá dejó muchas dudas: sabe manejar el juego combinativo, sin duda, pero carece de físico para el regate con arrancancada, defiende con poco rigor (... y tampoco es un fondista), y tendió por naturaleza a posiciones de interior, defecto este si juegas de extremo que suplió el despliegue de Canales, quien lo aprovechó para hacerle permutas.
Loren y Tello pelearon bien. Guido no resolvió las dudas sobre su capacidad para manejar el balón.
Rubi parece haber encontrado por fin un punto adecuado entre el modelo anterior y su alocado fútbol de principios de temporada: mucho más cercano al primero que al segundo, el juego del Betis actual ha incorporado al control del juego de la etapa del actual entrenador del Barça mejoras en algunos aspectos: la velocidad tras robo alto (un pequeño contragolpe dio el 2-0), más fiabilidad en defensa posicional, una entrega de los futbolistas siempre al límite y cierta verticalidad por las bandas, aunque esta se debe más a la incorporación de Moreno y la maduración de Emerson que al modelo de juego.
El detalle
Las ausencias de Fekir y Carvalho no se notaron en absoulto, algo poco sorprendente números en mano: ambos jugadores aportan una innegable calidad con balón pero también dificultan el funcionamiento colectivo. No se fíen nunca de los jugadores que corren para atrás cuando sus compañeros corren hacia delante y viceversa.
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
lunes, 6 de enero de 2020
Alavés 1 - Betis 1 (19ª jornada de LaLiga)
ALAVÉS (1): Pacheco; Ximo Navarro (Martín, m. 69), Laguardia, Ely, Duarte; Aleix Vidal (Pere Pons, m. 80), Manu García, Wakaso (Burke, m. 85), Luis Rioja; Joselu y Lucas Pérez.
BETIS (1): Joel Robles; Emerson, Mandi, Feddal, Álex Moreno; Bartra; Canales, Guardado, Fekir (Aleñá, m. 80), Borja Iglesias (Loren, m. 83) y Joaquín (Lainez, m. 73).
Goles: 1-0, m. 14: Aleix Vidal. 1-1, m. 55: Emerson.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Joselu, Fekir, Wakaso, Duarte, Manu García, Canales, Luis Rioja, Ximo Navarro, Martín y Bartra. Expulsó a Feddal con roja directa en el minuto 78.
18.000 espectadores en Mendizorroza.
La táctica futbolística es un mundo tan rico que en él caben tanto tendencias que se mantienen por décadas como golpes de timón en medio de un partido. Ambas cosas sucedieron en el encuentro de ayer, en el que el Betis, aun sin hacer un gran juego, mereció ganar en el difícil campo del Alavés.
Primera media hora
Y es que el Alavés de Asier Garitano recordó ayer en sus intenciones al pasado de Abelardo: montó un cerrado 4-4-2 con el bloque colocado a una altura variable –presión alta mientras las fuerzas alcanzasen, bloque bajo cuando fuese menester– y con escasa elaboración del juego, que depositaba sus esperanzas de gol en la contra tras robo, el balón parado y la segunda jugada tras pelotazo largo: el mismo plan de juego, por ejemplo, del Alavés contra el que debutó Denilson en San Mamés hace dos décadas.
Enfrente el Betis de Rubi parece decididamente volver –con sus matices– al modelo de juego de los últimos años, que se supone debe inspirar el fútbol de todas sus categorías e ir conformando también una tradición propia: lejos del fútbol precipitado, de conducciones individuales y caos posicional de las primeras jornadas, el equipo ha vuelto al buen trato de balón, el juego a dos toques y las posiciones estables.
Así pues veríamos un partido ya familiar para los béticos: rival que cede al Betis la posesión, con las líneas muy juntas y cerradas por dentro, y Betis que mueve la pelota con paciencia y tomando ciertos riesgos atrás. También es habitual en estos casos que el rival en cuestión eche el bloque arriba a la presión alta en los primeros minutos. Fue el caso del Alavés, que logró así maniatar al Betis de inicio y robar a media altura para lanzarse rápidamente en contras con superioridad numérica.
Esa presión, claro está, se hacía a costa de un gran esfuerzo de sus delanteros, de Wakaso (que cerraba a Bartra) y de sus otros tres centrocampistas, que como vemos arriba basculaban ante Emerson, Canales, Guardado y Moreno, dejando libre, como se suele, al lateral bético más alejado del balón; así tenían superioridad numérica en defensa (4 vs. 3). Pese a su inferioridad numérica, Borja Iglesias se las arregló para bajar algunos balones largos y amenazar muy seriamente la espalda de los centrales alavesistas. No obstante, la situación era claramente controlada por el Alavés y varios robos en el centro del campo acabaron en ocasiones, una de ellas la del 1-0.
Segunda media hora
Como hemos comentado aquí muchas veces este tipo de presión alta a base meramente de físico no suele durar más de media hora si el Betis apura las posesiones, como es ahora el caso. En efecto el Alavés se fundió a los treinta minutos; además, Fekir corrigió entonces su lamentable posicionamiento inicial y comenzó a aparecer por donde debe, esto es, en verdaderas posiciones de ataque. Llegaron así las primeras ocasiones claras del Betis, ya antes del descanso, incluido un penalti, y todas con el francés de por medio.
Tras el intermedio el escenario fue el mismo; el Betis alargaba sus posesiones, el Alavés defendía ya abajo, y Emerson y Moreno tenían tiempo de llegar muy arriba en ataque, así que los inteligentes cambios de juego del Betis hacia ellos castigaban el cerrado y basculante 4-4-2 local. Cansados y obligados a un enorme retorno para seguir a los laterales béticos, las espaldas de los centrocampistas de banda, Vidal y Rioja, eran un agujero:
Última media hora
Con Rioja cada vez más pendiente de seguir a Emerson, Garitano se percata del problema y aprovecha un parón (para atender justamente a Emerson) para cambiar ya claramente a defensa de cinco, con Navarro (luego Martín Aguirregabiria) y el propio Rioja en los carriles, y Wakaso y Vidal de interiores.
Ahí se detiene la sangría de ocasiones béticas, el Alavés recupera algo de posesión y el partido se nivela. Los alavesistas crean incluso algún peligro, pese a que la evidente falta de caldad técnica (y el cansancio) de sus jugadores les aborta varios contragolpes prometedores; un pelotazo largo provoca la expulsión de Feddal a unos quince minutos del final.
Rubi retrasa naturalmente a Bartra (hasta entonces en su ambigua posición habitual, aunque ayer más mediocentro que nunca) y monta un 4-4-1 con el debutante Aleñá por dentro y Loren arriba. El Betis aguanta muy bien la pelota ante un timorato Alavés y alzcanza el final del partido sin apenas apuros.
Línea por línea
Robles volvió a cumplir bajo palos, a jugar bien con los pies y a mostrar su pésima medición de las salidas, algo tal vez no fácil de entrenar pero que necesita mejorar mucho.
El trío de centrales (contemos a Bartra aunque atacó esta vez muchas veces por delante de Mandi y Feddal) cumplió de nuevo, pero ni el catalán está ahí a gusto ni Feddal midió bien en dos jugadas decisivas (reculó demasiado en el gol y se dejó ganar la espalda en la de la expulsión). Mandi vuelve a ser quien fue. El rendimiento defensivo de Moreno empieza a preocupar; sin embargo Emerson sigue creciendo a pasos agigantados e impone su físico por una enorme franja de campo.
Un muy buen Canales solo fue bien acompañado por Guardado en la segunda parte. Joaquín tuvo tan mal día como su compañero de banda izquierda, aunque insistieron pese a ello y tuvieron premio. Fekir demostró una vez más su inanidad como mediapunta y su enorme calidad (tremenda la jugada del penalti) cuando hace daño donde debe. Borja mejoró ostensiblemente, aunque anda lento.
Entre los suplentes solo Aleñá aportó algo notable: manejo de balón; de momento los últimos minutos pueden ser un buen lugar para él.
Los detalles
El Betis sigue sacando provecho de su buena interpretación de los córneres, muchos de ellos sacados en corto, como en el gol de ayer.
La tendencia a pisar zonas de interior de Fekir y el tremendo recorrido de Emerson, que de hecho ya aparece a veces al remate como delantero por la derecha, podrían ser aprovechados por Rubi para activar la permuta a tres que tan buen resultado dio al Betis hace dos años con Fabián, Joaquín y Barragán: si Canales acude (solo a veces, claro está) a la zona Fabián de lateral derecho se completa el movimiento, que es un muy buen modo de dar movilidad al ataque y desconcertar a los marcadores sin perder buena colocación ofensiva:
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.
BETIS (1): Joel Robles; Emerson, Mandi, Feddal, Álex Moreno; Bartra; Canales, Guardado, Fekir (Aleñá, m. 80), Borja Iglesias (Loren, m. 83) y Joaquín (Lainez, m. 73).
Goles: 1-0, m. 14: Aleix Vidal. 1-1, m. 55: Emerson.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Joselu, Fekir, Wakaso, Duarte, Manu García, Canales, Luis Rioja, Ximo Navarro, Martín y Bartra. Expulsó a Feddal con roja directa en el minuto 78.
18.000 espectadores en Mendizorroza.
La táctica futbolística es un mundo tan rico que en él caben tanto tendencias que se mantienen por décadas como golpes de timón en medio de un partido. Ambas cosas sucedieron en el encuentro de ayer, en el que el Betis, aun sin hacer un gran juego, mereció ganar en el difícil campo del Alavés.
Primera media hora
Y es que el Alavés de Asier Garitano recordó ayer en sus intenciones al pasado de Abelardo: montó un cerrado 4-4-2 con el bloque colocado a una altura variable –presión alta mientras las fuerzas alcanzasen, bloque bajo cuando fuese menester– y con escasa elaboración del juego, que depositaba sus esperanzas de gol en la contra tras robo, el balón parado y la segunda jugada tras pelotazo largo: el mismo plan de juego, por ejemplo, del Alavés contra el que debutó Denilson en San Mamés hace dos décadas.
Enfrente el Betis de Rubi parece decididamente volver –con sus matices– al modelo de juego de los últimos años, que se supone debe inspirar el fútbol de todas sus categorías e ir conformando también una tradición propia: lejos del fútbol precipitado, de conducciones individuales y caos posicional de las primeras jornadas, el equipo ha vuelto al buen trato de balón, el juego a dos toques y las posiciones estables.
Así pues veríamos un partido ya familiar para los béticos: rival que cede al Betis la posesión, con las líneas muy juntas y cerradas por dentro, y Betis que mueve la pelota con paciencia y tomando ciertos riesgos atrás. También es habitual en estos casos que el rival en cuestión eche el bloque arriba a la presión alta en los primeros minutos. Fue el caso del Alavés, que logró así maniatar al Betis de inicio y robar a media altura para lanzarse rápidamente en contras con superioridad numérica.
Esa presión, claro está, se hacía a costa de un gran esfuerzo de sus delanteros, de Wakaso (que cerraba a Bartra) y de sus otros tres centrocampistas, que como vemos arriba basculaban ante Emerson, Canales, Guardado y Moreno, dejando libre, como se suele, al lateral bético más alejado del balón; así tenían superioridad numérica en defensa (4 vs. 3). Pese a su inferioridad numérica, Borja Iglesias se las arregló para bajar algunos balones largos y amenazar muy seriamente la espalda de los centrales alavesistas. No obstante, la situación era claramente controlada por el Alavés y varios robos en el centro del campo acabaron en ocasiones, una de ellas la del 1-0.
Segunda media hora
Como hemos comentado aquí muchas veces este tipo de presión alta a base meramente de físico no suele durar más de media hora si el Betis apura las posesiones, como es ahora el caso. En efecto el Alavés se fundió a los treinta minutos; además, Fekir corrigió entonces su lamentable posicionamiento inicial y comenzó a aparecer por donde debe, esto es, en verdaderas posiciones de ataque. Llegaron así las primeras ocasiones claras del Betis, ya antes del descanso, incluido un penalti, y todas con el francés de por medio.
Tras el intermedio el escenario fue el mismo; el Betis alargaba sus posesiones, el Alavés defendía ya abajo, y Emerson y Moreno tenían tiempo de llegar muy arriba en ataque, así que los inteligentes cambios de juego del Betis hacia ellos castigaban el cerrado y basculante 4-4-2 local. Cansados y obligados a un enorme retorno para seguir a los laterales béticos, las espaldas de los centrocampistas de banda, Vidal y Rioja, eran un agujero:
Última media hora
Con Rioja cada vez más pendiente de seguir a Emerson, Garitano se percata del problema y aprovecha un parón (para atender justamente a Emerson) para cambiar ya claramente a defensa de cinco, con Navarro (luego Martín Aguirregabiria) y el propio Rioja en los carriles, y Wakaso y Vidal de interiores.
Ahí se detiene la sangría de ocasiones béticas, el Alavés recupera algo de posesión y el partido se nivela. Los alavesistas crean incluso algún peligro, pese a que la evidente falta de caldad técnica (y el cansancio) de sus jugadores les aborta varios contragolpes prometedores; un pelotazo largo provoca la expulsión de Feddal a unos quince minutos del final.
Rubi retrasa naturalmente a Bartra (hasta entonces en su ambigua posición habitual, aunque ayer más mediocentro que nunca) y monta un 4-4-1 con el debutante Aleñá por dentro y Loren arriba. El Betis aguanta muy bien la pelota ante un timorato Alavés y alzcanza el final del partido sin apenas apuros.
Línea por línea
Robles volvió a cumplir bajo palos, a jugar bien con los pies y a mostrar su pésima medición de las salidas, algo tal vez no fácil de entrenar pero que necesita mejorar mucho.
El trío de centrales (contemos a Bartra aunque atacó esta vez muchas veces por delante de Mandi y Feddal) cumplió de nuevo, pero ni el catalán está ahí a gusto ni Feddal midió bien en dos jugadas decisivas (reculó demasiado en el gol y se dejó ganar la espalda en la de la expulsión). Mandi vuelve a ser quien fue. El rendimiento defensivo de Moreno empieza a preocupar; sin embargo Emerson sigue creciendo a pasos agigantados e impone su físico por una enorme franja de campo.
Un muy buen Canales solo fue bien acompañado por Guardado en la segunda parte. Joaquín tuvo tan mal día como su compañero de banda izquierda, aunque insistieron pese a ello y tuvieron premio. Fekir demostró una vez más su inanidad como mediapunta y su enorme calidad (tremenda la jugada del penalti) cuando hace daño donde debe. Borja mejoró ostensiblemente, aunque anda lento.
Entre los suplentes solo Aleñá aportó algo notable: manejo de balón; de momento los últimos minutos pueden ser un buen lugar para él.
Los detalles
El Betis sigue sacando provecho de su buena interpretación de los córneres, muchos de ellos sacados en corto, como en el gol de ayer.
La tendencia a pisar zonas de interior de Fekir y el tremendo recorrido de Emerson, que de hecho ya aparece a veces al remate como delantero por la derecha, podrían ser aprovechados por Rubi para activar la permuta a tres que tan buen resultado dio al Betis hace dos años con Fabián, Joaquín y Barragán: si Canales acude (solo a veces, claro está) a la zona Fabián de lateral derecho se completa el movimiento, que es un muy buen modo de dar movilidad al ataque y desconcertar a los marcadores sin perder buena colocación ofensiva:
Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.