sábado, 28 de septiembre de 2019

Villarreal 5 - Betis 1 (7ª jornada de LaLiga)

VILLARREAL (5) Asenjo; Peña, Torres, Albiol, Quintillà; Zambo, Iborra, Cazorla (Manu Trigueros, m. 85), Moi Gómez (Chukwueze, m. 56); Gerard Moreno y Toko Ekambi (Ontiveros, m. 79).
BETIS (1): Joel Robles; Emerson, Bartra, Feddal, Pedraza (Tello, m. 75); Joaquín (Lainez, m. 79), Canales, William,  Álex Moreno; Borja Iglesias y Loren (Raúl, m. 79).
Goles: 1-0, m. 38: Ekambi. 1-1, m, 47: Emerson. 2-1, m. 68: Cazorla, de penalti. 3-1, m. 76: Ekambi. 4-1, m. 92: Gerard Moreno. 5-1, m. 94: Chukwueze.

Buena entrada. Estrada Fernández amonestó a Moi Gómez, Joaquín, Quintillá y Feddal.

Un tramo final en el que rozó el ridiculo arruinó el partido de un Betis más que aceptable durante una hora de juego pero que sigue jugando al filo de la navaja y mostrando una tremenda fragilidad defensiva.

Primera mitad
Y es que el Betis de Rubi sigue presentando alineaciones ultraofensivas y fiando su suerte a lograr de esos jugadores de espíritu atacante una concentración y un sacrificio que le permitan decantar de su lado partidos sin control, jugados a cara o cruz. El equipo mantiene esa intensidad en los partidos de casa pero fiar tu suerte a la intensidad sin solucionar tus problemas futbolísticos difícilmente puede sostenerse durante mucho tiempo.

Los cambios en la alineación tampoco ayudaron a mejorar el control del juego: con Feddal por Mandi y sustituido el siempre minusvalorado Barragán por un Emerson que solo lo supera en condiciones físicas, más dentro Pedraza por Guardado, el equipo ganaba en velocidad y conducción pero empeoraba mucho en lo táctico (¿había visualizado Rubi un partido a la contra?: no hubo tal).

Posicionalmente ambos equipos jugaron planteamientos asimétricos que permiten combinar un 4-4-2 en defensa con un reparto menos cuadrado en ataque. En el Villarreal uno de sus delanteros, Moreno, caía en ataque a la banda derecha para dejar pista libre a Moi Gómez en la contraria, mientras Zambo y Cazorla atacaban como interiores por delante de Iborra. El Betis se colocaba de forma similar a la del martes pasado pero esta vez la banda limpia era para Emerson, al meterse por dentro Joaquín más de lo habitual, mientras que por la contraria Álex Moreno y Pedraza jugaban ambos pegados a la banda; si a priori resultaba extraño que el cordobés jugase por detrás de Álex, la realidad del partido demostró que ante el despliegue físico y táctico de Álex Moreno Pedraza directamente sobraba: muy castigado por el público de su exestadio pidió el balón en zonas similares a las de Álex y en defensa no tapó apenas campo.

 
Primera ocasión del partido: Feddal y Álex Moreno son los primeros en llegar a defender un balón a las espaldas de Pedraza

Como efecto secundario de la posición ambigua de Joaquín (17), mucho más metido por dentro que Álex por la izquierda (15), resultó un reparto de roles entre los mediocentros poco habitual: al jugar Canales a la derecha de Carvalho, resultó que el cántabro jugó más centrado y retrasado que el portugués. Este pisó terrenos de interior izquierdo, ese sitio en el que juega mejor en la selección portuguesa tan reclamado por ciertos aficionados béticos.

Posiciones medias ofensivas del Betis anoche. Fuente: As.

Mapa de calor de William. Ataque hacia la izquierda.

El equipo tenía buenas cuotas de posesión y el partido era igualado, aunque las mejores ocasiones eran para los locales. Las buenas llegadas de Moreno por la izquierda no encontraban rematador pese a la presencia de dos puntas natos.

Minutos 45 al 60
El Betis sale muy arriba, marca pronto, y durante quince minutos se tira encima del Villarreal y acumula ocasiones por llegadas de su segunda línea.

Impulso ofensivo anoche según sofascore. Betis, azul.

Minuto 60 al final
Calleja mete a Chukweze por la derecha por Moi (que jugaba en la banda opuesta), lo que desplaza un escalón a la izquierda a su mediocampo y ataque (Zambo y Gerard Moreno juegan más centrados, Ekambi caerá a aquella banda...). El nigeriano provoca un penalti, desequilibra el sistema defensivo bético y finalmenten hará un verdadero destrozo al contragolpe por su banda. Para entonces Rubi había atrasado a Ález Moreno para dar paso a Tello y cambiado cromos con Lainez donde Joaquín y Raúl donde Loren, sin resultado alguno. Empujado por el resultado, en el tramo final el Betis intenta defender hacia delante sin fe y sin que se diesen las condiciones adecuadas, resultando una goleada excesiva y sonrojante.

Línea por línea
Uno de los factores preocupantes del bajísimo rendimiento defensivo de los jugadores de campo del Betis es que además de recibir muchísimos goles Joel ya ha hecho varias paradas milagrosas, como una anoche con 0-0.

El gol no justifica la inexplicable reaparición de Emerson como titular. Ni él ni Pedraza saben colocarse en defensa lo que expuso a Bartra (torpe en el penalti) y a Feddal, obligado a defender demasiado arriba para sus condiciones, a situaciones complicadas.

Canales sacó partido de su excelente conducción para sacar la pelota por el centro, pero sus condiciones no son las de un mediocentro de cierre, puesto para el que es hora de que Rubi busque una solución en su plantilla (¿Mandi?). Carvalho se sacó una buena llegada en la segunda parte, pero en su posición favorita algo más cerca del área tampoco aportó un solo pase profundo con peligro, algo exigible en un jugador que defiende poco y no marca goles. Joaquín puso calidad y Álex Moreno (pese a que sus jugadas no se culminaran) completó una semana de presentación en Liga como bético realmente deslumbrante: tiene desborde, potencia, colocación, dominio del balón y sentido del juego.

Loren y Borja Iglesias apenas comparecieron. Tello y Lainez volvieron a decepcionar: urge mucho ceder al mexicano. Raúl intervino poco.

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miércoles, 25 de septiembre de 2019

Betis 3 - Levante 1 (6ª jornada de LaLiga)

BETIS (3): Joel; Barragán, Mandi, Bartra, Álex Moreno; Joaquín (Tello, m. 77), Canales, William Carvalho, Guardado; Borja Iglesias (Raúl, m. 87) y Loren (Lainez, m. 71).
LEVANTE (1): Aitor; Coke, Postigo, Duarte, Toño; Morales, Radoja, Campaña, Vukcevic (Melero, m. 46), Hernani (Roger, m. 71); y Sergio León (Mayoral, m. 63).
0-1, m. 6: Hernani. 1-1, m. 47 (primera parte): Loren. 2-1, m. 48: Loren. 3-1, m. 66: Borja Iglesias.
Árbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro). Mostró tarjeta amarilla a Loren, William, Vukcevic y Coke.
44.500 espectadores en el Villamarín.

Jugó el Betis anoche el mejor partido de la temporada y venció merecidamente al Levante tras ser muy superior en la primera parte y pasar ciertos apuros en la segunda. Los piropos de Rubi a la grada surtieron efecto: parece que su equipo será mucho mejor al calor de una afición afín a su fútbol pasional que lejos del Villamarín.

Primera mitad
Los valencianos partieron de un claro 4-3-3 (más bien 4-1-4-1, pues tuvieron poco balón) para intentar hacer el partido a la contra habitual en sus visitas al Betis. Enfrente Rubi insistió en un equipo muy ofensivo, con solo cuatro defensas (cierto que con laterales de un perfil más equilibrado) y un mediocentro, Carvalho, muy ofensivo. De ahí en adelante, y con la baja de Fekir, pareció simplemente alinear a lo mejor que tiene y poner a cada uno en su sitio, de lo que resultó un extraño 4-3-3 asimétrico (con un extremo derecho, dos delanteros centro y sin extremo izquierdo) en el que Guardado era falso extremo izquierdo, y que defendía en estático pasando a 4-4-2: un planteamiento posicional idéntico al del Osasuna ante el propio Betis hace una semana, con la banda limpia esta vez para las subidas de Álex Moreno.





Pese a la presencia de dos puntas, que invitaba a jugar por sistema en largo, el Betis, poco presionado en la salida de balón, manejó la pelota con mucha más paciencia, equilibrio y tino que en Pamplona. Encontró así el gran punto débil del 4-1-4-1, los costados del mediocentro, especialmente gracias a las recepciones como interior derecho de Canales. Una vez cargaba el juego por ese costado y hacía bascular al rival hacia él, la pelota solía acabar en el contrario, donde un enorme Moreno se enfrentó una y otra vez cara a cara con Coke, al que deshizo. El plan bético era claro y esta vez coherente: buscar la llegada por banda para mandar envíos cruzados hacia dos rematadores puros, Loren e Iglesias, emparejados en igualdad contra los centrales y ayudados por llegadas de la segunda línea. El Betis manejó bien los tiempos (paciente en la salida de balón, ritmo alto de juego después) y presionó con mucha intensidad tras pérdida, aunque en esa fase del juego, la transición ataque-defensa, aún debe mejorar movimientos: una de las contras del Levante, tras una indecisión entre Mandi y Joel, costó el 0-1. Pese a ello el empate, corto para los méritos béticos, llegó tras una secuencia final de ocasiones consecutivas.


Segunda parte
Visto el destrozo hecho por Álex Moreno el Levante permuta a Morales y Hernani, con la aparente intención de que este siguiera al bético y auxiliara mejor a Coke. La teoría de la manta pequeña reluce en todo su esplendor, y la inferioridad se traslada al sector contrario, donde Barragán y Joaquín, ayudados por Canales, hacen otro destrozo en el arranque de la segunda mitad, por donde llegan dos goles más y otras varias ocasiones claras.

Sin embargo la superioridad bética no era ya tan aplastante: castigados por el alto ritmo físico del partido los Guardado, Carvalho o Joaquín ya no presionan como antes y el Levante da réplica con varias contras muy claras. A los pocos minutos del 2-1 Rubi encaja a Loren en la banda izquierda para montar un 4-1-4-1 en defensa; luego el equipo junta líneas, refresca bandas y logra llegar al final sin excesivos apuros.

Línea por línea


Joel sigue midiendo mal sus salidas por arriba y por abajo, lo que estropea sus buenas acciones bajo palos.

En los laterales Barragán y un excelente Álex Moreno mejoraron mucho las prestaciones de su competencia, con más consistencia defensiva y mucho mejor control de las jugadas con balón, muy a su estilo inteligente el sevillano. Mandi blandeó, pero lo compensó un agresivo Bartra al que el banquillazo parece haber sentado bien.

Carvalho y Guardado dieron cierta continuidad al juego, aunque sufren en partidos de este ritmo. Canales maniobró con acierto en zonas difíciles, y un enorme Joaquín repartió asistencias de toda laya desde su viejo puesto de extremo.

Loren, en excelente forma física, metió dos y pudo encajar varias más. Iglesias aportó apoyos y por fin se estrenó.

La indolencia de Tello y la absoluta incompetencia táctica de Lainez explican su condición de suplentes. De Raúl se espera mucho.

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sábado, 21 de septiembre de 2019

Osasuna 0 - Betis 0 (5ª jornada de LaLiga)

OSASUNA (0): Rubén; Nacho Vidal, David García, Aridane, Estupiñán; Roberto Torres, Oier, Fran Mérida (Moncayola, m. 89), Rubén García (Brandon, m. 77); Chimy Ávila y Adrián (Rober Ibáñez, m. 70).
BETIS (0): Joel; Emerson, Mandi, Bartra, Pedraza; Javi García, Canales, Guardado (Ismael, m. 78); Fekir (Álex Moreno, m. 72); Juanmi (Joaquín, m. 67) y Borja Iglesias.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Mandi, Oier, Guardado.
15.500 espectadores y buenas condiciones en El Sadar.

Hizo un mal partido el Betis en El Sadar, fue inferior a su rival en casi todos los aspectos del juego y solo la firmeza de su portero y centrales, junto a la falta de acierto de Chimy Ávila, salvó un rácano empate.

Primeros 70 minutos
El decurso del partido fue bastante homogéneo, apenas variado en detalles tácticos por los cambios, y nos permite ya saber qué Betis es, a día de hoy, el de Rubi, transcurridos ya una pretemporada completa y cinco partidos de liga, y más allá del acierto o desacierto de momentos puntuales.

La sensación general es que este Betis no juega a nada. La afirmación es básicamente correcta en el sentido de que el equipo carece de una personalidad definida, o sea, es muy mainstream: ni entrega el balón al rival ni lo monopoliza, ni acude al pelotazo sistemático ni arriesga demasiado. Si a esto unimos los malos resultados obtenidos hasta ahora y una sensación desasosegante de regresión en el juego es lógico que el pesimismo cunda entre la afición. No obstante conviene presentar algunos argumentos en provisional apoyo de Rubi:

- Uno primero es obvio: la temporada acaba de empezar y, aunque detectemos ya qué desea hacer Rubi, es probable que aún no haya tenido tiempo de trabajar suficientemente sus ideas, diferentes de las del anterior entrenador –algo claro a estas alturas: no hay continuismo alguno–.

- Esas ideas son muy diferentes porque el equipo tenía un modelo de juego (una personalidad) muy definido y extremo, de manera que la vuelta a un juego más convencional, que en otros tiempos hubiera pasado desapercibida, resulta ahora insípida. Sin embargo, aunque el modo de jugar anterior daba una identidad atractiva (y además a nosotros nos pareciera racionalmente bueno, en sí) hay muchísimos equipos que han funcionado muy bien sin tener un fútbol de perfil muy definido.

 - Aspecto particular de ese estilo, seguido entre tácticos de media Europa, era la exquisita salida de balón del equipo en las temporadas anteriores, y en general su trato de la pelota. Habituado el bético (de cualquier tribu) a ese trato, una regresión a un trato de balón estándar le parece lamentable, sin ser más que lo normal en LaLiga.

Dicho todo esto en descargo de Rubi, es difícil aceptar que el equipo haya perdido tan rápidamente sus antiguas virtudes sin que a cambio se le reconozcan las supuestas nuevas. Desgraciadamente, es claro que el equipo ha dejado de entrenar –o lo hace mucho peor que antes– muchos mecanismos del juego de posición: el cuidadísimo posicionamiento en la salida de balón, los rondos de alta velocidad, la atracción de rivales antes de pasar, la búsqueda sistemática del hombre libre, el respaldo psicológico a los riesgos en la salida de balón... mecanismos que el aficionado bético medio nunca pareció comprender y que habituaban a los jugadores a manejar el balón en espacios pequeños al tiempo que agrandaban esos espacios en el juego real, lo que hacía parecer técnicamente muy buenos a futbolistas de currículum anterior en clubes solo aceptable (los Guardado, William, Canales, Mandi... por no hablar de los canteranos).

Muchos de estos mecanismos no son incompatibles con llevar el mando regulador del estilo de juego a una posición más convencional: así, una salida de balón cuidada –aun dosificada al gusto– facilitaría las lícitas alternativas a las que acude el equipo de Rubi, como la salida con velocidad por bandas o el balón dirigido al punta-tanque; hoy, mal preparadas, son más bien carreras desesperadas de Pedraza y Emerson o pelotazos sin dirección ni ventaja para el delantero (al no haberse obligado antes al rival a separar sus líneas).

El aficionado entiende ahora también que otras peculiaridades del juego bético (como renunciar a veces a contragolpes, centros al área o disparos) permitían un control del partido que evitaba llegadas del rival y cuidaba el físico de jugadores como Joaquín o Guardado, que dan ya señales preocupantes de no soportar las exigencias del nuevo estilo.

También es posible ya reconocer los esquemas que pretende, de momento, implantar Rubi. Digamos antes que el Osasuna se situó en 4-2-3-1, que en defensa era un 4-4-2 y en ataque rozaba el 4-3-3 al meterse por dentro Rubén García para dejar la banda entera a Estupiñán, mientras que por la derecha Vidal y Torres jugaban ambos abiertos. Por el Betis, aun con cambios de piezas Rubi mantuvo en ataque su singular 4-4-2 en rombo, con García flanqueado por Guardado y Canales (este a su derecha en la primera parte; luego se permutaron).


Naturalmente arriba quedaban Juanmi y Borja. Como se ve en la imagen, muy juntos los cuatro mediocampistas y poco trabajada esa fase del juego, el 4-4-2 osasunista, usando posiciones intermedias para presionar muy arriba (dos contra los dos centrales), obligaba a jugar largo al Betis  a pesar de estar los rojillos en inferioridad numérica en esa zona: 4 contra 5 más portero en el cuadrado negro.


Así que los pelotazos hacia Borja pillaban a los delanteros (óvalo rosa) en inferioridad numérica: la mala salida de balón convertía el recurso al balón largo (idealmente hacia un delantero con una sola marca) en un simple pelotazo en busca de fortuna hacia una zona en inferioridad.

Al parder el balón con facilidad el Betis tuvo cuotas de posesión mediocres, y se vio obligado durante largos tramos a defender en posicional. Ahí pasaba (y por fin tenemos aquí la información de un partido normal) a un claro 4-4-2:

Mérida, mediocentro, la tiene entre unos centrales osasunistas muy abiertos

Pero no era Fekir quien bajaba al mediocampo a defender, sino Juanmi, de modo que Canales quedaba como aparente mediocampista de banda (aunque solo en fase defensiva en realidad) y Guardado junto a García como mediocentro. Esta configuración da problemas, como ya avisamos, para seguir a los laterales rivales: Juanmi, que tenía un tremendo recorrido entre defensa y ataque, llegaba muchas veces tarde (fue cambiado, de hecho, como Joaquín otras veces en el mismo rol, muy exigente en lo físico). Afortunadamente (¿estudio previo?) la otra banda daba menos problemas al tomar Emerson directamente al solitario Estupiñán. De cualquier modo Osasuna logró llegar decenas de veces por esas vías y la solidez de los centrales béticos, junto a la ayuda de García, aguantó el bombardeo frecuente de balones cruzados. Joel, con un par de paradas decisivas, sostuvo a un equipo cuyo único plan de ataque pareció consistir en las conducciones de un Fekir vigiladísimo.

Minuto 70 al final
Lesionado Fekir, Joaquín acaba de mediapunta en un esquema que se parece ya más a un 4-2-3-1 convencional al aparecer Álex Moreno como extremo izquierdo. Ismael finalmente se echa a la derecha, donde ya ejercía Guardado. El Betis salva el 0-0 sin apenas crear peligro en todo el segundo tiempo.

Línea por línea
La bajada de nivel en la portería es solo en la suplencia: Joel está rindiendo al nivel de Pau, si no mejor.


Emerson y Pedraza tuvieron un mal día con balón, sobre todo el brasileño, y siguen atolondrados en defensa, sobre todo el cordobés. Afortunadamente Mandi y Bartra (gran partido de este) estuvieron duros ante Ávila.

Desaparecido Guardado y torpe en campo rival García (que sin embargo cumplió en defensa cerca de su área), Canales fue la esperanza para sacar la pelota jugada desde atrás. Fekir comenzó bien pero fue parado a base de patadas y salió finalmente lesionado.

En un mal día de Borja, Juami participó poco pero hizo un trabajo invisible y llevó peligro en el remate.

Joaquín acertó muy poco. Ismael cumplió y Álex Moreno acumuló méritos para ser titular como lateral.

Lo visto hasta ahora en Rubi da malas expectativas. No obstante es muy pronto para sacar conclusiones firmes.

Los comentarios son agradecidos y contestados (antes o después). En Twitter, @juanramonlara7.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Betis 1 - Getafe 1 (4ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Joel; Barragán, Mandi, Sidnei, Pedraza (Álex Moreno, m. 83); William; Canales, Kaptoum (Loren, m. 46); Fekir; Joaquín (Javi García, m. 87) y Borja Iglesias.
GETAFE (1): David Soria; Damián Suárez, Djené, Cabrera, Nyom; Jason (Timor, m. 69), Arambarri, Maksimovic (Enric Gallego, m. 85), Cucurella; Molina (Ángel, m. 60) y Mata.
0-1, m. 14: Mata, de penalti. 1-1, m. 72: Joaquín, de penalti.
Árbitro: González González (Comité Castellano-Leonés). Mostró tarjeta amarilla a Barragán, Mandi, Fekir, Damián, Nyom, Arambarri y Jason. Roja directa a William Carvalho en el minuto 25 y a Loren en el minuto 93.
48.000 espectadores, buen clima y césped algo irregular en el Benito Villamarín

Salió vivo el Betis de un partido que se le puso complicadísimo por sus graves carencias tácticas ante un Getafe muy corto de calidad pero que se conoce al dedillo el libreto táctico de su entrenador, y que, eso sí, pagó cara su legendaria racanería.

Minutos 1 al 25
Ese libreto de Bordalás es bien conocido: un 4-4-2 al estilo del del defenestrado Marcelino, siempre fuerte defensivamente, muy trabajado, muy zonal (raramente pierden el sitio para perseguir al hombre), con salida a la contra hacia dos puntas fuertes y dinámicos, un balón parado también bien trabajado y unas líneas defensivas bien coordinadas. Esta vez salieron con el bloque relativamente alto, a una altura media, y con cierta ambición inicial por buscar la presión alta y el robo en campo contrario al saltar alguno de sus centrocampistas sobre William Carvalho, el mediocentro bético.

Enfrente la alineación de Rubi, con la difícilmente explicable ausencia de Loren y la poco esperada presencia de Kaptoum, prometía un 4-2-3-1. Pero, sorprendentemente, el catalán repitió el esquema de hace dos semanas ante el Leganés: un 4-4-2 en rombo con Carvalho en el vértice, Canales y Kaptoum como interiores y Joaquín (derecha) e Iglesias (izquierda) en punta. Fekir haría de falso delantero centro y a cambio la supuesta misión defensiva de los dos puntas béticos cuando el ataque del Getafe se alargara sería perseguir a los dos laterales madrileños, al estilo de Villa y Pedrito en el Barça del Messi falso delantero centro; afortunadamente esa situación se vio muy pocas veces. En todo caso, salvo que veamos en este planteamiento una sutileza táctica que tratase de aprovechar la falta de calidad para la subida al ataque de Damián o Nyom (este, cierto, no muy técnico y con la dificultad de jugar a pie cambiado), la repetición del esquema del día del Leganés significa que aquello no fue, como incautamente creímos, un sofisticado plan especial contra un esquema concreto del rival, sino simplemente el esquema que a Rubi le parece bueno para este Betis. A nosotros nos parece muy malo: pretender que dos puntas sigan a los laterales rivales es, en general, un plan exageradamente optimista.


Sin embargo no fue por ahí por donde el Betis se desangró calamitosamente en estos primeros 25 minutos, sino en un posicionamiento ultraofensivo que, lamentablemente, parece ya el plan principal de juego de este Betis: una mezcla del Betis de Poyet y el primero de Setién sin la pegada arriba de este. El Betis buscaba unas veces en largo a Iglesias (emparejado con Damián para buscar superioridad ahí) pero tomaba otras veces grandes riesgos en una salida de balón mucho menos trabajada que con el entrenador cántabro; peor aún, con los laterales altísimos, un mediocentro incapaz defensivamente para esa posición como Carvalho y los centrales defendiendo casi en la línea de centro del campo pese a que los pasadores getafenses no estaban adecuadamente presionados, cada robo del Getafe significaba una llegada en igualdad o superioridad numérica, al sumarse Cucurella y Jason a los dos delanteros visitantes. Tras superar varias situaciones muy peligrosas en los primeros cinco minutos, llegan luego las jugadas del 0-1 y de la expulsión de Carvalho.

Minutos 25 al 45

Como ante el Valladolid, Rubi monta un 4-4-1 con Canales y Kaptoum por dentro y Fekir y Joaquín en las bandas. El Betis, algo noqueado y muy descolocado, pasa un mal tramo y va rehaciéndose.

Minutos 45 al final
Sea por racanería o por consciencia de las limitaciones de su equipo, Bordalás no cambia de plan y su equipo, aun con uno más, pierde tiempo, da patadas y se mete cada vez más atrás, perdiendo con relativa facilidad la pelota ante la valiente y esforzada presión bética.

Rubi mueve el banquillo al descanso y pasa a un 4-3-2 con Canales de mediocentro único (!), Fekir y Joaquín como interiores, e Iglesias y Loren como delanteros. Con Canales metido entre los centrales para hacer superioridad en la salida de balón y un Fekir tremendamente desequilibrante, el Betis alterna juego raso con balones largos hacia Borja y un acertado Loren. Las bandas son ya autopistas para los laterales del Getafe pero los visitantes, cortos de calidad técnica, casi nunca la tienen y por tanto no lo aprovechan. Loren y Fekir se inventan una jugada que acaba en penalti.

De ahí al final el Betis toma ciertas precauciones (García cierra el centro al final) y el Getafe, conformista, no va a por el partido.

Línea por línea
Robles salvó el 0-2 con una gran parada.

En mala forma física y superado por la velocidad de Cucurella, a Barragán no le alcanzó con el oficio. Mucho más incisivo estuvo Pedraza por su banda, al igual que un rápido Moreno cuando, fundido aquel, lo sustituyó. Mandi y Sidnei mantuvieron con gran firmeza una línea muy expuesta por el suicida planteamiento de su entrenador.

El equipo jugó mejor con diez que con William Carvalho, lento en la jugada de la expulsión. Definitivamente no debe jugar como mediocentro, aunque tenga evidentes limitaciones para hacerlo como interior. Canales parece haber recuperado forma física e hizo un buen partido, salvando grandes riesgos con balón en la segunda mitad. Fekir tiene una tremenda calidad con balón, que justifica, por una vez, su irregular desempeño defensivo (corre y pone voluntad, pero en muchas jugadas necesita relevo de uno de los delanteros). Mención aparte requiere Kaptoum, expuesto por Rubi a jugar en la base de la jugada, donde su mal pie para el pase es un peligro para el Betis, y maltratado por la afición; aquí insistimos en que tiene condiciones para lateral, pero no para jugar por dentro. García jugó muy pocos minutos.

Joaquín puso mucho trabajo, como un desacertado Borja Iglesias. Loren demostró que su suplencia fue injusta.

La determinación y el sacrificio de los jugadores salvan hasta ahora los muebles, pero mucho tendrá que mejorar Rubi sus planteamientos y el trato de balón de su equipo si quiere llegar a Navidad. Un equipo tan exageradamente ofensivo como el que parece pretender solo puede sostenerse con porcentajes de posesión altísimos, y eso es difícilmente compatible con el juego de alta velocidad que dice buscar, de modo que los partidos se le convierten en una ruleta rusa. Hoy al menos supo mejorar a su equipo al descanso.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Betis 2 - Leganés 1 (3ª jornada de LaLiga)

BETIS (2): Joel Robles; Emerson, Mandi, Sidnei (Bartra, m. 64), Pedraza; Canales (Javi García, m. 84), William Carvalho, Guardado; Fekir; Joaquín (Iglesias, m. 71) y Loren Morón.
LEGANÉS: Cuéllar; Marc Navarro, Bustinza (Arnaiz, m. 73), Omeruo, Siovas, Jonathan Silva; Rubén Pérez; Roque Mesa (Merino, m. 78), Óscar (Aitor Ruibal, m. 78); Braithwaite y En-Nesyri.
Goles: 0-1, m. 50: Braithwaite. 1-1, m. 53: Loren. 2-1, m. 60: Fekir.
Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Amonestó a Roque Mesa, Mandi, Jonathan Silva, Canales, Fekir y Carvalho.
48.000 espectadores y buena temperatura, lo que no impidió absurdas pausas de hidratación.

Fue más bonito que bueno el partido jugado anoche por el Betis ante el Leganés. El equipo mostró esta vez un perfil ultraofensivo, desequilibrado pero al menos afín a su plantilla.

Buenas y malas noticias para los béticos
Más allá de la victoria, importante por balsámica, el partido desveló mucha información sobre el futuro del Betis esta temporada, aunque siguen abiertas también muchas incógnitas.

Entre esas incógnitas está una fundamental: el modelo de juego. Llámese dar bandazos o flexibilidad, según se sea pesimista u optimista, lo cierto es que este Betis ha mostrado caras tan diferentes en estos tres partidos que es difícil aún saber con certeza qué propone Rubi. Ayer tocó un planteamiento muy ofensivo y un tipo de partido que recordó en muchos aspectos a los del primer Betis de Setién, con largas posesiones y riesgos en la salida de balón; para ello fue sin duda importante la presencia, por fin, de Mandi –pasador de estadísticas sobresalientes con balón–, pero también la actitud ultradefensiva (un año más) del Leganés, que prácticamente renunció a la pelota durante largas fases del partido. Así pues tendremos que darnos aún más tiempo para saber qué Betis pretende Rubi, pues ni el modelo de juego ni siquiera su estructura básica –se busca con prisa un mediocentro defensivo que permita sostener una defensa de solo dos centrales– están aún claros.

Entre las buenas noticias para los béticos está sin duda el salto de calidad dado en la delantera: Fekir es un jugador excepcional y muy desequilibrante; si sumamos el renacimiento de Loren y la calidad –ya contrastada y anoche demostrada– de Borja Iglesias, resulta un potencial ofensivo al alcance de pocos. La finura táctica mostrada anoche por Rubi, inédita hasta ahora y de la que daremos cuenta a continuación, es otra buena noticia. La mala noticia es la debilidad defensiva del equipo: con solo dos jugadores con verdadera vocación defensiva en la alineación (sus dos centrales) y con un centro del campo débil físicamente, el Betis fue de nuevo un auténtico coladero en defensa posicional, y permitió al Leganés un número de llegadas a portería desproporcionado para la escasa cuota de balón de que disfrutaron los pepineros; mejor funcionó el equipo en este aspecto cuando se instaló en campo rival y sus centrales defendieron a cincuenta metros de su portería, algo que, creemos, debe hacer reflexionar a Rubi sobre qué modelo de juego conviene a esta plantilla. 

Primera hora
Decíamos que Rubi por fin mostró un trabajo táctico fino, y también es positivo saber que se lo permitió el trabajo defensivo de Fekir y Loren, que facilitaron a Rubi ejecutar con éxito su original planteamiento.

El trabajo de scouting (estudio) táctico del rival es importante, y anoche dio la clave al técnico bético. El Leganés usó un esquema, el 3-1-4-2, bien conocido en este blog porque el Betis lo utilizó muchas veces la temporada pasada. Las propias posiciones medias de los visitantes durante el partido lo dejan ver de forma muy clara:

Posiciones medias con balón del Leganés. Ataque: hacia la izquierda.

Rubén Pérez (21) se encargaba de cerrar como mediocentro por delante de Bustinza (3), Omeruo (4) y Siovas (22); Mesa (6) y Rodríguez (27) serían los interiores tras dos delanteros de fuerte físico.

El sueño de cualquier entrenador al diseñar su esquema es lograr cerrar la salida de balón del rival logrando a la vez superioridad numérica en la propia defensa; pues bien, contra ese esquema, como hemos explicado aquí muchas veces, es posible encontrar esa panacea. Se trata de dejar como hombre libre al defensa más central del rival (Omeruo anoche), cuya salida ya está bloqueada por su propio mediocentro. Poniendo un jugador sobre cada rival en el resto del campo, más tu hombre libre donde más convenga, sale lo que planteó ayer Rubi: un curioso 4-4-2 en rombo que además distribuía inmejorablemente al equipo para el ataque:


Ciertamente durante la primera hora de juego tampoco hubo que hacer mucho uso de esa trampa contra la salida de balón del Leganés porque los visitantes se quitaron la pelota de encima sin rubor a la menor presión bética. Por su parte el Betis movía con paciencia el balón en su tres contra dos de salida hasta que bien Carvalho o bien un central lograban salir libres. Muy encerrado el Lega, que apenas trató de apretar arriba en los inicios de cada tiempo, al Betis tenía largas posesiones y hacía bascular y correr mucho a su rival, pero sin apenas ocasiones en la primera media hora.

A partir de ahí el cansancio hizo mella en los visitantes y aparecieron dos mecanismos de los que carecía el Betis de Setién para desatascar este tipo de partidos. Uno fue la tremenda calidad en el uno contra uno de Fekir, un regateador casi imparable que desequilibró el sistema defensivo del Lega con apariciones por todo el frente de ataque. El otro, y este sí habría sido solucionable para Setién, precipitar la jugada de ataque cuando funcionaba la presión postpérdida; esto es: el Betis movía con paciencia el balón, y cuando finalmente lo perdía durante la jugada ofensiva, no solo lo recuperaba rápidamente al aprovecharse de un rival muy encerrado (contrapresión) sino que inmediatamente reiniciaba un ataque vertical, en forma de minicontragolpe, aprovechando que el Leganés estaba abriéndose para salir. Este mecanismo ha sido explotado mil veces por el Barça de Busquets (por ejemplo tercer y cuarto gol ante el Betis hace una semana, gol de Arthur anoche ante Osasuna) y no solo es rentable en forma de goles sino que provoca pánico en el rival, que suele renunciar a siquiera intentar sacar la pelota jugada. El peligro, naturalmente, es perder el control del partido y entrar en uno de ida y vuelta, pero bien regulado es un modo inmejorable de llegar al gol ante equipos muy cerrados.

De este modo el Betis se echó encima del Leganés al final de la primera parte e inmediatamente después del 0-1, remontando rápidamente.

Última media hora de juego
Ya sin nada que perder, el antes racanísimo Leganés se echa arriba y equilibra la posesión. Borja entra en la posición de Joaquín, pero de inmediato (min. 73) el Leganés pasa a defensa de cuatro y Rubi se ve obligado a retocar sus sistema defensivo, sacrificando a Loren, tirado a la derecha desde entonces para seguir al lateral izquierdo rival. Gastados dos cambios (uno por lesión), Rubi tarda muchísimo en relevar a Canales y el Betis, con un mediocampo muy débil físicamente, concede demasiadas ocasiones, aunque tiene también opciones para marcar. Desde la entrada de García el equipo controla mejor el juego y no pasa demasiados apuros finales.

Línea por línea
El meriorio partido de Joel, con varias paradas importantes, apenas debe ser afeado por su resistencia a salir por alto y su tendencia al rechace corto hacia delante, ciertamente difícil de evitar en el 0-1.

Mandi y Sidnei se sintieron muy a gusto lejos de su portería. La tremenda velocidad en carrera del brasileño explica que Rubi lo prefiriese por delante de un buen Bartra, que tal vez mereciera un toque de atención. Emerson y Pedraza demostraron un día más atacar mejor que defender.

Carvalho dio una buena salida de balón pero una vez más su lentitud de reacción y su falta de pericia táctica en defensa le impidieron tapar el campo debido. Poco le ayudaron un Canales en baja forma física y un Guardado tremendamente voluntarioso que aguantó meritoriamente el partido entero pero que da muestras preocupantes de falta de capacidad física: en el uno contra uno nunca puede con el rival. Solo la aparición de García dio empaque defensivo a esa zona.

Fekir hizo un partido extraordinario. Su tremenda aceleración convierte su calidad técnica en devastadora, y hace muchísimo daño al rival porque además sabe ver la jugada cuando progresa. Por delante de él Joaquín supo permutarse con Canales y alternar la punta con movimientos de apoyo. Loren falló un remate imperdonable con 0-0 pero se lo hizo perdonar con su tercer gol consecutivo y con su gran trabajo defensivo: corrió muchas veces a cerrar a Rubén Pérez cuando Fekir no podía hacerlo. Borja lo superó en el trabajo de pivote para bajar balones, y estuvo muy cerca del gol.

Rubi mostró por fin una sutileza táctica no vista hasta ahora. Sin embargo quedan aún muchas incógnitas por resolver, que a nuestro modesto entender se deberían solucionar con un cambio a defensa de tres centrales y alejando a estos del área propia. Hay, en todo caso, que esperar.

El detalle
Parece que Joaquín y Fekir se están aprendiendo nuestro dos contra uno en los córneres. Promete.

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