ATHLETIC (3): Gorka Iraizoz; Bóveda, Gurpegi, Laporte (Etxeita, m. 80), Lekue; San José,
Mikel Rico; Susaeta, Raúl García (Aduriz, m. 63), Muniain (Elustondo, m.
67); y Sabin Merino.
BETIS (1): Adán; Molinero, Pezzella, Bruno, Montoya; Joaquín (Cejudo, m. 80),
N'Diaye, Petros (Ceballos, m. 51), Musonda; Jorge Molina (Fabián, m. 51) y
Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 33: Sabin Merino. 2-0, m. 44: Mikel Rico. 3-0, m. 49: Sabin Merino. 3-1, m. 85: Rubén Castro.
Árbitro: Jaime Latre (Comité Valenciano). Amonestó a Raúl García y Rubén Castro.
Buena entrada y terreno en malas condiciones en el nuevo San Mamés.
El mal partido jugado ayer por el Betis ante un Athletic disminuido se debió, sencillamente, a la falta de fútbol. Los béticos trataron de vencer con las mismas armas que al Granada, pero esta vez la buena actitud –que la hubo: no es un problema de pelotas, sino de balón– y la concentración defensiva no bastaron.
Primera media hora
Los locales reservaron para la Europa League lo mejor que tienen (Aduriz, Beñat; Williams estaba lesionado) y presentaron su habitual 4-2-3-1 con San José y Rico, bien escalonados en ataque, en el doble pivote, y Raúl García algo detrás de Sabin Merino arriba; con gente fuerte físicamente, de mucho recorrido (Rico, Susaeta) y buen juego aéreo (los dos de arriba), más un campo en malas condiciones, era previsible que los vascos optaran por el juego típicamente norteño de ritmo alto, pelotazo, segunda jugada y presión fuerte, como sucedió.
Merino propuso una vez más un 4-4-2 paralelo, pero esta vez –Ceballos al banquillo– con un doble pivote más defensivo y con extremos puros (Joaquín a pie natural y Musonda), más dos delanteros. Se supone pues que el equipo estaba diseñado para llegar rápido arriba y pelear el juego de desgaste físico que propondría el rival.
Como suele ocurrir en estos casos, pretender jugar al estilo del rival sólo convirtió a los béticos en una mala copia. El Betis fue incapaz de dar dos pases seguidos, no superó durante media hora una sola vez la presión vasca y no supo lanzar un solo contragolpe; menos aún montó un solo ataque estático decente, debido a un mal manejo del balón que empieza a ser un problema grave y no es casual, sino debido de nuevo a dos razones básicas:
1. El equipo está muy mal escalonado para tener el balón. N'Diaye y Petros (o Ceballos, porque la teórica presencia de un mediocentro ofensivo no ha arreglado esto) atacaron muy próximos y a la misma altura, y ni los dos de arriba bajaron casi nunca a la mediapunta ni los extremos se metieron por dentro, de modo que nadie se ofrecía jamás en posiciones intermedias. Eso –por tanto la falta de líneas de pase– explica que N'Diaye, con un enorme espacio vacío ante él, se viera obligado una y otra vez a salir en conducción.
El esquema ofensivo del Betis en Bilbao. No hay interiores. (realizado en sharemytactics.com)
Heatmaps generales del Betis (el primero de ellos) y del Athletic en San Mamés.
Obsérvese el impresionante agujero en la zona de mediapunta bética: el Betis no la tocó ahí una sola vez
(ataque de cada equipo: de abajo arriba; fuente: Marca).
2. No hay mecanismos de juego colectivo combinativo, ni costumbre de soltarla a uno o dos toques y ofrecerse. El juego ofensivo se reduce a balones largos (sin buenos lanzadores), conducciones e intentos de uno contra uno, mecanismos estos rudimentarios, anticuados y además inapropiados para una plantilla veterana en la que jugadores como Joaquín, Molina o Castro difícilmente van a ganar ya a nadie a la carrera; Musonda –que sí puede, y los rivales lo saben– estaba ayer vigilado por un sistema de ayudas.
La falta de zurdos (Adán era el único) empeoró las cosas, pues Bruno se siente a disgusto en la izquierda y Montoya, a pie cambiado, cerraba el campo en la salida. En un mal césped y ante un Betis sin ganas de arriesgar pérdidas atrás, al Athletic le resultaba muy fácil forzar el pelotazo bético, sin siquiera necesitar emparejarse hombre a hombre: con García cerca de N'Diaye bastaba una tímida presión de Sabin Merino contra los dos centrales para recuperar el balón, pues caía a sectores de superioridad bilbaína.
Con este en sus pies, el Athletic sí combinaba bien y muy rápido, y si no marcó en este tramo fue por falta de calidad arriba (faltaba Aduriz) y por el buen partido de la defensa bética, atenta y agresiva. El Betis además (una vez más) presionaba mal arriba, pues Molina y Castro iban a por los centrales y se dejaban con frecuencia a la espalda a San José, el pivote, de forma que N'Diaye y Petros se veían en inferioridad ante este, Rico y quien cayera por dentro (Raúl García, en general), y cuando llegaba la ayuda desde la banda el Athletic llevaba el balón a esa zona para ganar la línea de fondo.
Minutos 30 al 50
El Athletic baja un poco su altísimo ritmo físico y el Betis logra subir un poco su cuota de posesión. Los vascos llegan menos pero siguen dominando el balón largo y la segunda jugada, y, tras un error de marca de Pezzella y dos sorprendentes voleas con la zurda de Rico, sentencian el partido.
Minuto 51 al final
Como en otras ocasiones Merino pega un volantazo táctico: mete ahora dos volantes ofensivos donde antes no había ninguno. Muestra así escaso aprecio por el equilibrio y, sobre todo, convierte el ataque de su equipo en previsible, pues si minutos antes no tenía más salida que el pelotazo largo, después carecía de él y se vería obligado al toque por dentro, sin alternativa. Ceballos, muy atrasado, sigue viniendo a sacarla a su zona Alonso (al fondo a la izquierda) y, relajado el Athletic, situado al final prácticamente en un 4-5-1 con Aduriz arriba, el partido vira levemente hacia el Betis en los minutos de la basura.
Jugador por jugador
Adán: Buen partido, sin culpa alguna en los goles.
Molinero: Mal. Controló como pudo a Muniain y Lekue, y, descoordinado con Joaquín, fue incapaz de subir con acierto una sola vez.
Pezzella: Su error en el 1-0 (un pelotazo larguísimo) la afea un buen partido defensivo. Con balón, sin arriesgar lo más mínimo, se ha convertido en una máquina de perder balones, empeñado con pertinacia en pelotazos que ni siquiera es capaz de enviar a regiones donde haya una camiseta verde.
Bruno: Una pérdida infame recién salido Aduriz fue su único error defensivo. Buen partido. Como Pezzella tuvo que arriesgar (y acertó) en muchos cruces.
Montoya: Puso potencia física y trató de jugar por abajo, pero nunca supo hacerlo por fuera.
Joaquín: Excelente en actitud, no se fue de casi nadie, y ocasiones tuvo. Partido decente, pero no está para noventa minutos a pleno rendimiento.
N'Diaye: En la primera media hora ganó una docena de balones y perdió al menos otros tantos. Se ve en medio de un juego ofensivo mal planeado, así que sólo aporta trabajo y recuperaciones.
Petros: Mal. Nunca supo ofrecerse. Pelea, y nada más.
Musonda: Lo que hizo lo hizo bien, pero estaba tapadísimo.
Molina: Anda más lento de lo habitual, y además nunca tuvo apoyos.
Castro: Siempre le caen a él, o será que él sí las mete cuando le caen.
Fabián: Irrelevante.
Ceballos: Mal situado, como siempre. Intervino mucho.
Cejudo: Salida testimonial.
Merino: Los mecanismos de juego posicional del equipo son espantosos. Un buen césped y la presencia de Vargas y (esperemos) Westermann mejorarán levemente las cosas, pero hasta ahora sólo hemos visto una versión mejorada del Betis alérgico al balón que pretendía Mel para esta temporada, cierto que mucho más correosa, trabajadora y mejorada defensivamente (y a balón parado). Si Damião no tuvo minutos ayer, ¿cuándo los tendrá?
Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.