martes, 29 de septiembre de 2015

Sporting de Gijón 1 - Betis 2 (6ª jornada de Liga de Primera División)

SPORTING (1): Alberto García; Lora, Luis Hernández, Meré (Pablo Pérez, min. 81), Isma López (Guerrero, min. 61); Jony (Muñiz, min. 75), Sergio, Cases, Menéndez; Halilović y Carlos Castro.
BETIS (2): Adán; Piccini, Bruno, Westermann, Varela; N'Diaye; Joaquín (Jorge Molina, min. 77), Dani Ceballos (Petros, min. 70), Portillo, Cejudo (Xavi Torres, min. 87); y Rubén Castro.
Goles: 1-0, min. 17. Carlos Castro. 1-1, min. 46: Joaquín. 1-2, min. 57: Rubén Castro.
Árbitro: Juan Martínez Munuera (valenciano). Amonestó al local Cases y al visitante N’Diaye.

Muy buen ambiente y muy nutrida y ruidosa presencia de béticos en El Molinón.

Ganó el Betis su partido en Gijón gracias a su acierto en las áreas, en un choque tan igualado como el de pocos días antes ante el Deportivo.

Primera parte
Los sistemas propuestos por uno y otro equipo fueron muy clásicos. El Sporting presentaba un 4-2-3-1 en el que Halilović hacía la mediapunta, y que en defensa era más bien un 4-4-2, porque la emergente estrella croata retrocedía más en ataque –a posiciones de interior derecho– que en defensa. Enfrente Mel volvió a adaptar su sistema a las posiciones rivales: como en Madrid, opuso dos interiores a los –muy paralelos en ataque– mediocentros rivales, y (al igual que el Sporting) dejaba en superioridad a sus centrales ante el punta único del contrario; por esto la llegada a gol sería un problema para unos y otros, pues se obligaba a los extremos a un gran esfuerzo para pisar el área.

 
  Esquemas de Betis y Sporting en el primer tiempo

El Sporting comenzó el partido con toda la cuerda dada: presión bastante alta y, sobre todo, una tremenda intensidad que empujó al Betis contra su portería. Ahí se apreció uno de los grandes defectos del 4-1-4-1 (o 4-3-3) para este Betis: Rubén Castro no tiene suficiente presencia física arriba para cazar balones largos, de modo que el equipo, por mucha calidad técnica que tenga en el campo, lo pasa mal cuando le hacen una presión alta. No sabían además los béticos cerrar la salida rival, demasiado fácil para los centrales cuando se abrían con el balón, de modo que acababan jugando sin oposición hacia las bandas; hizo daño así Jony por la derecha, apoyado por Lora y por un muy buen Halilović que caía hacia ese lado.

La escasa llegada al remate sportinguista –sobre todo por la izquierda–, la firmeza de los centrales béticos por alto, un error arbitral en una inocente mano de Piccini y las paradas de Adán permitieron al Betis salir del primer cuarto de partido con un solo gol en contra. A partir de ahí la presión local decayó progresivamente y el Betis impuso su toque por dentro, aunque entonces fueron los béticos quienes pagaron la escasa llegada al área de sus extremos.

Segunda parte
Como en un negativo fotográfico exacto de la primera mitad, es ahora el Betis quien comienza con una presión tan fuerte como decadente con el paso de los minutos. Tuvo que ver en ello el cambio de esquema de Mel: Cejudo cambia a la banda derecha y empuja a Joaquín a la delantera, mientras Ceballos se coloca como mediocentro (muchas veces a la izquierda, por cierto, lo que permitiría –¿obligaría?– a N'Diaye a descolgarse mucho como interior en ataque). El Betis defiende en parejas en todo el campo, sin reserva de hombre de más atrás, y eso significa zafarrancho de presión, que en apenas un minuto da frutos: ahora había dos verdaderos delanteros.


Esquemas de Sporting y Betis en el arranque de la segunda parte.
El Betis presiona por parejas en todo el campo. Ceballos y N'Diaye intercambiaron posiciones.

Tras el segundo del Betis, llegado en una contra esporádica, Abelardo se la juega: mete un tanque arriba y acuesta a Halilović a la derecha, para lo que cambia de banda a Jony, ya a pie natural –y más tarde también cambiado–. El Betis da un pasito atrás: Joaquín pasa a defender por detrás de Rubén y Petros refresca el mediocentro. Los visitantes controlan el juego, no sin algún susto, y, tras prescindir Abelardo de un central, acaban otra vez en 4-1-4-1, ahora con Rubén a la derecha y Torres de ancla.

Jugador por jugador
Adán: Salvó al equipo con varias buenas paradas (no tan difícil como parece la de Jony de la primera parte). Su contrato debe ser asunto prioritario en los despachos.
Piccini: Tras una floja primera parte encontró más espacios para su potencia en la segunda.
Bruno: Mejoró también con el paso de los minutos. En su puesto se deben cuidar mucho los errores puntuales, como un mal despeje en la primera parte que pudo salir muy caro.
Westermann: Muy firme en general, y sobre todo por alto, se comió sin embargo dos maniobras, de Castro (1-0) y del tanque Guerrero (casi 2-2).
Varela: La potencia de Jony (buen jugador, por cierto) le hizo pasar un mal debut. O mejora en defensa (si no eres veloz al menos has de ser fuerte) o jugará poquito en Primera. Subió poco.
N'Diaye: Buen partido, con el único reproche de no haber controlado mejor a Halilović. En el primer tiempo mantuvo bien la posición y la jugó con acierto (cierto que poco presionado); en el segundo, más libre, ocupó una franja enorme.
Joaquín: Algo desconcentrado y muy presionado en la primera parte, mejoró como segundo delantero (puesto en el que por cierto ya jugó en Bruselas hace diez años).
Ceballos: Partido muy completo. Se ofreció siempre, corrió mucho y la tocó con sentido. Sorprendentemente, sigue en el escaparate.
Portillo: Corrió más que nadie, aunque esta vez tuvo poco balón.
Cejudo: Su pie firme valió el 1-1. Siempre activo. Abusa del disparo.
Rubén Castro: Definió el partido con dos toques, y trabajó antes y después. No se le debe pedir más.

Petros: Completó bien el trabajo de Ceballos, con buen toque interior.
Molina: No anda fino.
Torres: Apenas tiempo de reforzar por dentro.

Mel: De nuevo tuvo que rectificar en el descanso un planteamiento algo defectuoso, lo hizo de nuevo con acierto y, esta vez, tuvo premio.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Betis 1 - Deportivo de La Coruña 2 (5ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adán; Piccini, Bruno, Westermann, Vargas; Joaquín, Xavi Torres (Rennella, m. 74), Petros, Van der Vaart (Dani Ceballos, m. 48); Rubén Castro y Jorge Molina (Van Wolfswinkel, m. 59).
DEPORTIVO (2): Lux; Laure, Arribas, Sidnei, Fernando Navarro; Mosquera;  Fede Cartabia (Juanfran, m. 66), Juan Domínguez (Borges, m. 59), Fayçal Fajr, Luisinho; y Jonathan (Lucas, m. 63).
Goles: 0-1, m. 53: Fede Cartabia. 1-1, m. 59: Petros. 1-2, m. 72: Fayçal.
37000 espectadores en el Benito Villamarín en partido televisado por TVE. Césped algo irregular.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Joaquín, Piccini, Westermann, Jonathan, Lux, Fernando Navarro, Laure y Luisinho.

Irregular e igualado ha sido el partido de esta noche, en el que un Deportivo rácano ha arrancado una victoria muy excesiva para sus méritos y planteamiento.

Primera parte
Vista la ubicación del Betis de hoy se diría que las sutilezas posicionales que aquí hemos alabado en los primeros planteamientos de Mel esta temporada fueron en buena medida fruto de la casualidad. El madrileño hizo una alineación adecuada para los mimbres con los que contaba, aunque sorprendió que Molina, cargado de partidos, volviera a ser titular. Sobre el papel el Betis volvía a partir de un 4-4-2 defensivo que se convertiría en 4-3-3 con posesión al jugar Van der Vaart como falso extremo y Joaquín como verdadero. Sin embargo una muy mala elección de perfiles en las parejas interiores –a salvo de profundísimas razones tácticas que quien esto escribe no vio por ninguna parte– arruinó esa distribución: es sabido que Torres asume siempre el rol de mediocentro posicional que la pide entre centrales, de modo que al colocarse Petros como mediocentro por la izquierda su ubicación ofensiva se solapó una y otra vez con la de Van der Vaart.

  Primera parte. En verde, el Betis sin balón. En blanco, con posesión.

Petros no sabía dónde meterse para no juntarse con el holandés, y acabó pidiéndola demasiado cerca de los centrales o abriéndose en banda más de lo debido para sus condiciones y para Vargas, lo que además alejaba tanto de la banda izquierda a Van der Vaart que luego este sufría al volver para cerrarla. Para empeorar las cosas, Castro caía a la derecha, de manera que se juntaba también con Joaquín mientras sin embargo el extremo izquierdo quedaba vacío. Piccini tampoco encontraba el espacio debido para su enorme recorrido.

 


Primera parte. Los jugadores del Betis se apelotonan en el interior izquierdo (Petros y Van der Vaart, siempre juntos) y el extremo derecho, facilitando así la marca al 4-5-1 coruñés. Extremo izquierdo e interior derecho quedan vacíos.
(Pinchen en cada imagen para ampliar)
 
El Dépor se metía bastante atrás, sin presionar jamás arriba, y defendía en un 4-1-4-1 que era casi 4-5-1 porque Mosquera, mediocentro, se alineaba en defensa con sus interiores. Sus extremos atacaban bastante arriba pero los gallegos llegaban muy poco. El Betis controlaba el juego pero sólo lograba progresar gracias a algunas recepciones de Molina o Castro a la espalda del interior izquierdo gallego. Poco fluido por mal situado, no aprovechaba otros espacios entre líneas que deja el 4-1-4-1, como el del otro interior o las espaldas de los extremos. Sólo una contra tras robo produjo una ocasión clarísima marrada, en posible penalti, por Castro.

Primera media hora de la segunda parte
En el descanso Mel, digamos, nos hace caso e invierte las posiciones de Torres y Petros. Castro se abre por fin a la izquierda, a veces incluso excesivamente. El extraño e inmediato cambio de Van der Vaart, lesionado, mete a Ceballos en su puesto de falso extremo izquierdo, cosa que no cambia las nuevas y mejores posiciones. Sea por estas o por las mejores prestaciones del canterano el juego de ataque bético fluye mejor, pero el Deportivo marca en una jugada aislada, acertadísima y mal defendida.

La permuta entre Petros y Torres mejora el esquema bético al punto de acercarlo mucho en ocasiones al 2-1-4-3 óptimo de maximización de distancias (debajo), descrito aquí.

 
 (Pinchen en las imágenes para ampliar)

El Betis empata, cambia de delantero centro, mete una marcha más y arriesga. El Dépor marca de nuevo en una de sus escasas contras.

Último cuarto de hora
Mel prescinde del ancla y monta una especie de 4-4-2 (casi 4-2-4) en el que Ceballos y Petros son mediocentros y Rennella y Castro se alternan para caer a la izquierda. El Betis, cansado y desordenado, ya sólo llega a empujones y pelotazos a la olla.

Jugador por jugador
Adán: Discreto con los pies, los dos goles son parables pero difíciles, más el primero por estar un poco adelantado. Apenas le tiraron más.
Piccini: La mala distribución del equipo, sin interior derecho, no le permitió enhebrar jugadas en la primera mitad. Luego sí metió empuje.
Bruno: Salvo su habitual par de despistes por sobrado y un par de pelotazos, bien.
Westermann: Como su compañero de línea demostró velocidad suficiente para poder jugar con la defensa adelantada. Buen partido.
Vargas: Una vez más jugó siempre con sentido e inteligencia, aunque no es rápido. El atasco de su banda tampoco le permitió subir.
Joaquín: Menos participativo que en los primeros partidos, intentó más que culminó. Acabó desfondado.
Torres: Como siempre, cumplidor pero sin las prestaciones debidas, ni en dinamismo ni en distribución ni en cobertura de campo.
Petros: Más luces que sombras, pero puede mejorar bastante. Se ofrece siempre, presiona muy bien tras pérdida, es dinámico y llega arriba (hoy marcó y remató más que nadie), aunque a veces no es consistente en defensa y tiene ciertos problemas a la hora de elegir cuándo arriesgar, como le sucedió en la jugada del 1-2.
Van der Vaart: En estado físico dudoso, jugó mal pero gran parte de la culpa fue del mal panteamiento posicional del equipo.
Castro: Falló la más clara del partido y luego no tuvo claridad de ideas ni de movimientos.
Molina: No anda fino, aunque aporta siempre cosas.

Ceballos: Como siempre, dinamizó el juego y lo hizo todo con intención. Por razones futbolísticas debería jugar siempre; por empresariales, nunca.
Van Wolfswinkel: Sin duda es más tipo Molina que Castro. Aparece poco fuera del área.
Rennella: Empujó y se ofreció bien.

Mel: Buena alineación, mala ubicación. Luego quiso agitar pero sólo halló desorden.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

Este análisis ha sido editado el 26/09/2015 a las 13:00 horas para introducir capturas de pantalla. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

Valencia 0 - Betis 0 (4ª jornada de Liga de Primera División)

VALENCIA (0): Jaume; Barragán, Mustafi, Abdennour, Orban (De Paul, m. 65); Javi Fuego; Feghouli, Parejo, André Gomes (Bakkali, m. 46), Rodrigo (Santi Mina, m. 82); y Paco Alcácer.
BETIS (0): Adán; Molinero, Bruno, Westermann, Vargas; Joaquín (Rennella, m. 67), Dani Ceballos, N'Diaye, Portillo (Cejudo, m. 59); Jorge Molina (Xavi Torres, m. 51) y Rubén Castro.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó por doble amonestación a Dani Ceballos en el minuto 47. Mostró tarjetas amarillas a Ceballos, Vargas, Orbán, Mustafi, De Paul y Adá.
Unos 40.000 espectadores en Mestalla. Amplia presencia de aficionados del Betis. Buenas condiciones atmosféricas y buen terreno de juego.

El Betis ha arrancado un muy meritorio empate de Mestalla tras jugar, por segundo partido consecutivo, medio encuentro con un hombre menos. La sensación de solidez táctica y psicológica del equipo sigue augurando un buen año. El planteamiento del Betis en ambos tiempos fue, por cierto, prácticamente calcado al de la pasada jornada.

Primeros diez minutos
El Betis comparecía de nuevo con un equipo basado en un 70% en el plantel que Velázquez arrastraba por Segunda hace menos de un año: de los fichajes sólo Westermann, Vargas y Joaquín eran titulares, aunque hay que reconocer que los tres mejoran sustancialmente a sus predecesores. Con Torres salido de lesión, con Digard y Petros fuera, y tal vez animado por el riguroso partido jugado hace una semana por Ceballos como mediocentro, Mel situaba al equipo de nuevo en defensa y ataque exactamente como pronosticábamos al cierre del mercado, pero optaba por la alineación más arriesgada de entre las posibles que valorábamos en los comentarios de esa misma entrada de este blog: Ceballos era el elegido como acompañante de N'Diaye –este hoy pues mediocentro-ancla–, y el entrenador bético tenía la suficiente sutileza posicional (contraria a la querencia natural de ambos, pero muy correcta) para poner al canterano a la derecha; de ese modo, en el 4-4-2 defensivo transformado en 4-3-3 cuando el balón estaba en pies del Betis, Portillo y Ceballos no solapaban sus posiciones ni se veían obligados a cambios de sector para evitarlo, como sucedió hace una semana ante la Real con Petros y el malagueño:
Planteamiento del Betis en el primer tiempo.
En azul, el Betis en posición defensiva; en verde, el Betis en ataque posicional.
Las flechas indican los movimientos de transición defensa-ataque.

Rubén Castro caía, también muy correctamente, al extremo izquierdo y el equipo quedaba muy bien situado en fase ofensiva y defensiva. El Valencia de Nuno se plantaba con su usual 4-3-3 (o 4-1-4-1), en el que Fuego quedaba como mediocentro por detrás de los interiores Parejo y Gomes.

De inicio Mel, tal vez con la intención de aprovechar la tradicional impaciencia del público valenciano, mandaba a los suyos a la presión alta, con Fuego encimado por Ceballos.

Resto de la primera parte
Entre el minuto diez y el veinte el Valencia sabe salir de la presión y llega arriba en contras rápidas. El Betis recula un poco, y forma las parejas defensivas naturales en estos esquemas: Ceballos y N'Diaye toman respectivamente a Gomes y Parejo, los centrales quedan en superioridad ante Alcácer, y Fuego y los centrales valencianistas salen en tres contra dos ante Molina y Castro; tal vez demasiado vencidos estos a su izquierda, el Valencia progresa con cierta facilidad por su central izquierdo. No lo aprovecha por esa banda pero sí utiliza las basculaciones béticas para llegar por la contraria, donde Feghouli percute con peligro una y otra vez, aunque (cosas de jugar a pie natural y con un solo delantero de área) no encuentra rematador a sus centros. El Betis blandea un poco en el doble pivote pero nunca le pierde la cara al partido y, si no iguala a los valencianos en ocasiones, sí llega en buenas réplicas, sobre todo por el lado de un gran Joaquín.

Como único error importante bético podemos apuntar su abuso del balón largo, por ejemplo en los saques de puerta, algo a evitar si tu mediocampo luce jugadores como Portillo, Ceballos y Joaquín. Tal vez por ello Vargas y Molinero no tuvieron tiempo de subir y castigar las espaldas de los extremos, uno de los posibles agujeros del 4-3-3 valenciano.

Segunda parte 
Nuno arriesga de salida: Bakkali comparece como extremo y empuja hacia dentro a Rodrigo, quedando ya el Valencia en 4-4-2. De inmediato Velasco Carballo muestra a Ceballos una tarjeta tan rigurosa como la primera y el Betis se ve abocado a repetir la heroica de hace una semana.

Mel retira, como entonces, a Molina y monta otro 4-4-1 con Torres (izquierda) y N'Diaye en el doble pivote. Con buen criterio cambia luego a Portillo, de características poco útiles cuando se trata de correr tras los rivales, y mete a Cejudo como –digamos– extremo izquierdo; y luego, al retirar a Joaquín, opta (entendemos que también acertadamente, aunque bien pudo permutar a Castro y Cejudo) por meter a un delantero-referencia que diera salida al equipo en largo, a costa de mandar a Rubén a la banda derecha.

El Betis junta líneas ante su área y se cierra muy bien por dentro. Sus jugadores, haciendo alarde de sacrificio e inteligencia táctica, dan un verdadero curso de ayudas defensivas, y el Valencia, presionado por su siempre desmemoriado y exigente público, no sabe nunca llegar en combinaciones interiores. Sí aprovecha cambios de juego para llegar por las bandas (lógicamente descubiertas al estar el Betis muy cerrado), pero los centrales béticos lo despejan todo. Nuno mete toda la madera que tiene: Fuego acaba de central.

Con Rennella cerca de la segunda línea de cuatro el Betis casi nunca sale, pero aguanta bien y sufre, consideradas las circunstancias, poco.

Jugador por jugador
Adán: Muy buen partido, con paradas de mucho mérito (como una a Feghouli en el primer palo al inicio) y valientes salidas.
Molinero: Muy en su línea de jugador cumplidor, juegue ante el Lugo o ante el Bayern.
Bruno: Aunque con menos presencia que su pareja de línea hizo un partido prácticamente impoluto.
Westermann: Segundo partidazo consecutivo. Muy bien colocado y tal vez algo favorecido por la cerrada forma de jugar del equipo en la segunda parte (aunque a campo abierto también lo hizo muy bien), despejó muchísimo e hizo excelentes ayudas a Vargas, a Bruno y a los mediocentros. Además su manejo de la zurda es muy positivo para la salida de balón y favorece a Bruno.
Vargas: Aunque pasó apuros ante el minusvalorado Feghouli (el mejor jugador del Valencia en los últimos años), volvió a demostrar calidad y entereza.
Joaquín: Mientras le duraron las pilas fue, con diferencia, el mejor en ataque. Y cumplió en defensa.
Ceballos: La expulsión le afea un partido en el que estaba sabiendo, como hace una semana, guardar la posición en defensa y arriesgar donde debía en ataque. En fase ofensiva, además, se colocó debidamente, o sea, no vino a quitarle el balón a los centrales. Sin embargo, quien esto escribe opina que no debe volver a jugar mientras no renueve; y eso creíamos que pensaba (o que habían obligado a pensar a) Mel: estábamos equivocados.
N'Diaye: Calcó el partido de la Real: excelente despliegue físico y el único lunar de un par de pérdidas algo inocentes cuando (pocas veces) se descolgó. Puede ser muy buen mediocentro posicional.
Portillo: Cumplió sin alardes cuando el Betis la tuvo, pero fue desapareciendo del partido y lo hizo del todo cuando el físico fue determinante.
Molina: Ante defensas de Primera se le nota cierta lentitud. Buenas recepciones.
Castro: Tuvo poco suministro. Debe asociarse más con Vargas, aunque para ello falta que este suba más.

Torres: Apenas tocó el balón, pero su misión era cerrar el centro y lo hizo junto a N'Diaye.
Cejudo: Dio alguna salida al equipo, cosa meritoria.
Rennella: Como Cejudo, gracias a su pelea el equipo tuvo un poco más de posesión.

Mel: Muy buen planteamiento posicional y buenos cambios. Para el jueves –partido trampa: viene un buen Dépor– tendrá que refrescar mucho el equipo: oportunidad para los Torres, Petros, Van der Vaart y Van Wolfswinkel.

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domingo, 13 de septiembre de 2015

Betis 1 - Real Sociedad 0 (3ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adán; Piccini (Molinero, m. 76), Bruno, Westermann, Vargas; Joaquín (Cejudo, m. 66), N'Diaye, Petros, Portillo; Molina (Ceballos, m. 46) y Rubén Castro.
Rulli; Elustondo, Diego Reyes, Mikel González, De la Bella (Agirretxe, m. 70); Rubén Pardo (Canales, m. 80),
Illarramendi; Bruma, Vela,  Xabi Prieto (Chory Castro, m. 46); y Jonathas.
1-0 (m. 41): Rubén Castro.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (catalán). Amonestó a De la Bella, N'Diaye, Rubén Pardo, Bruno, Diego Reyes, Ceballos y Portillo. Expulsó a Petros por doble amarilla (45'). Puso el listón de las tarjetas muy bajo, y a partir de la expulsión estuvo tolerante con las pérdidas de tiempo del Betis.

Buen tiempo, 39000 espectadores y césped algo irregular en el Villamarín. El balón de la Liga da la sensación de botar demasiado y de forma algo imprevisible.

Dejó muy buenas sensaciones la primera victoria del Betis en la temporada, y no sólo por el valor en sí de los puntos, por la forma de conseguirlos y por su importancia en este punto del calendario, sino por la percepción de que el equipo tiene calidad y carácter suficientes para dar a los béticos una temporada tranquila.

Primeros veinticinco minutos
Tal como preveíamos en nuestro post anterior, la entrada de Joaquín en el equipo situó a la perfección las piezas del sistema defensivo y ofensivo bético: un 4-4-2 cuando tiene la posesión el rival que se convierte en un 4-3-3 en ataque, al meterse por dentro el falso extremo izquierdo y hacer Joaquín de verdadero extremo derecho; de aquel equipo ideal tan sólo cambió Mel, a la fuerza, a Petros por Digard (ausentes éste y Torres por lesión) y, de grado, a Portillo por Ceballos. El mediocampista brasileño y N'Diaye se alternaban acertadamente los roles ofensivos de interior y mediocentro posicional, y elegían bien (en especial Petros) los momentos adecuados para hacer la presión alta. Más arriba, Castro caía a la banda izquierda –menos de lo debido–, y la calidad y la personalidad de Joaquín, en un día señaladísimo para él, volcaban el juego bético a la banda derecha. El Betis sacaba la pelota jugada desde los centrales con una enorme (y sorprendente) facilidad, y manejaba claramente el tempo del partido desde la sala de máquinas.


Primera parte: en verde las posiciones defensivas del Betis, y en blanco
las ofensivas (esto es, con balón en pies béticos)

Enfrente la Real, un equipo pusilánime y algo decepcionante, esperaba a los béticos con las líneas más bien atrasadas desde un claro 4-2-3-1 en el que Bruma (casi siempre extremo derecho y por suerte no tan técnico como rápido), Prieto y Vela alternaban posiciones tras el tanque Jonathas.

La Real casi nunca lograba zafarse de la presión bética y sin embargo los locales sí jugaban bien entre líneas y llegaban con regularidad a la puerta donostiarra, con centros desde la derecha o en combinaciones por la zona de Portillo; llegaron ocasiones, aunque falladas por Molina. Si cabe ponerle algún pero al juego bético tal vez pueda ser la falta de profundidad por la banda izquierda, cuyo extremo apenas pisaron Vargas ni Rubén.

Minutos 25 al 45
Naturalmente la presión bética pierde algo de fuelle y Petros y N'Diaye ceden algunos metros (y el balón) para juntar líneas en el centro del campo propio. El Betis bascula mucho lateralmente, pero los cambios de juego realistas no son tan rápidos como los del Madrid y las ayudas a los extremos llegan, aun con apuros, a tiempo. Por el centro Bruno y Westermann se imponen a Jonathas y la Real, poco escalonada por dentro, no crea apenas peligro.

En el tramo final del primer tiempo el Betis recupera el dominio y alcanza el gol. Justo antes del descanso Petros acumula dos amarillas (rigurosa la primera) y deja al equipo expuesto a la inferioridad medio partido.

Segunda parte
Es fácil imaginarse a Mel mirando al banquillo en busca de soluciones para disponerse a defender el resultado y reconstruir las dos líneas de cuatro de un 4-4-1, esquema natural para la situación en la que se veía su equipo. Sin Digard ni Torres disponibles, con Van der Vaart saliente de lesión, y si apartamos la extravagante idea de meter a Molina como mediocentro, sólo quedaba hacer lo que hizo: sacar a un delantero e introducir a Ceballos como segundo mediocentro junto a N'Diaye.

Quedó así el equipo en ese 4-4-1 de líneas muy juntas y poca esperanza de tener el balón, pues –como ya sabemos y se recordó en Madrid– dejar a Castro solo arriba priva al equipo de salida en largo. El Betis, aculado cerca de su borde del área, se preparó para una defensa numantina de su gol, que realizó con mucho carácter y pleno éxito. Mel, prudente, esperó para refrescar al equipo por temor a lesiones que lo dejaran con nueve, y en efecto se vio forzado a retirar a Piccini y Joaquín y meter a sus suplentes naturales

La Real fue metiendo todo lo que tenía: acabó con defensa de tres (Elustondo pasó a ser el defensa izquierdo del trío) en una especie de 3-5-2 con un (muy británico) doble tanque arriba e Illarra como director de sus largas y estériles posesiones. Los realistas apenas encontraron pases entre las dos líneas béticas ni desborde por banda, y sus ocasiones fueron escasas, pese a monopolizar la posesión.

Jugador por jugador
Adán: Buen partido, especialmente desde que decidió (de forma algo tardía) imponerse en los balones altos. Sus mejores paradas llegaron en jugadas anuladas. Debe cuidar su tendencia a adivinar demasiado, en particular en llegadas laterales como la de Bruma en la primera parte (ya vistas la temporada pasada).
Piccini: Ha ganado mucho en concentración defensiva, y eso es muy buena noticia porque tiene condiciones y si subsana ese defecto puede ser un muy buen lateral. Se coordinó bien con Joaquín en ataque. Vuelven las dudas sobre su estabilidad física: fue cambiado tras echarse mano, aparentemente, a los isquiotibiales.
Bruno: Su único enemigo es la suficiencia, que le llevó otra vez a una pérdida peligrosa (paliada con una falta de tarjeta). Sigue muy bien en el uno contra uno. Es rápido, va bien por alto, sabe lo que tiene que hacer en su puesto y es joven para su demarcación: puede ser muy buen central.
Westermann: Muy bien. Buenas ayudas a la izquierda en la primera parte y un coloso por alto en el asedio de la segunda mitad. Su buen manejo de la izquierda (es casi ambidiestro) ayuda mucho a la salida de balón.
Vargas: Tiene técnica y mucho oficio, pero vendría bien que cambiara algo de fuerza por pura velocidad, porque pasa apuros ante extremos tan rápidos como Bruma, y ello pese a encimarlos poco. Se le echa de menos en ataque, aunque es cierto que el equipo apenas juega por su sector.
Joaquín: Cuando uno lleva tiempo sin ver un extremo de calidad vestido de verdiblanco se asombra al verlo jugar. Motivadísimo, hizo de todo y todo bien. Para las antologías su plátano del 1-0 (era su tercera asistencia en media hora) y un regate maravilloso por esos minutos.
N'Diaye: partido de notable alto, en el que apenas cabe afearle un par de pérdidas inocentes. Su potencia en la conducción da una muy buena vía de salida por dentro. Aquí sostenemos que un tipo que ha jugado de central y de mediocentro móvil puede ser un muy buen mediocentro posicional, y ayer lo demostró, especialmente en la segunda parte, en la que tapió su zona.
Petros: Mientras estuvo en el campo dio buena impresión, de jugador que puede mezclar bien con un mediocentro de cierre. Maneja bien la pelota, tapa campo y defiende con inteligencia... salvo en la jugada de su expulsión.
Portillo: Muy buena primera parte y mucho sacrificio en la segunda. Parece que por fin se ha decidido a intentar pases dañinos para el rival, que es lo que se necesita en su puesto. Está muy bien que juegue como interior, pero debe cruzar menos al lado contrario del campo porque es innecesario y luego llega tarde y cansado a defender su parcela.
Molina: Fallón ante puerta, pero si tiene ocasiones es porque hace buenos movimientos.
Castro: Necesitó una sola ocasión para hacer su golito. En la segunda parte hizo lo que pudo, que no fue mucho.

Ceballos: La segunda parte fue para él un verdadero cursillo de cómo defender en su puesto del futuro, el de mediocentro, y aprobó con nota porque guardó bien la posición y cerró líneas de pase, algo para lo que tiene condiciones. Ya cerca del final perdió algo el sitio por exceso de ambición, ofensiva y defensiva. Dejó un par de muestras de su enorme calidad y su sentido del juego. Parece que la politíca del club ( y de Mel) es que mientras no renueve sufra banquillo y sólo juegue en caso de verdadera necesidad: nos parece muy acertado.
Cejudo: Por condiciones físicas era el relevo natural de Joaquín. Se fajó, pero no acertó con balón.
Molinero: Tapó su zona.

Mel: Buena alineación, buenos y prudentes cambios, sensación de empaque y buena salida de balón. El equipo pareció serlo.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Un Betis con Joaquín

Como hemos explicado ya algunas veces en este blog y algún artículo, si se desea realizar un buen juego de posesión de balón el reparto adecuado de los espacios conduce idealmente a variantes del 3-4-3: sea el raro 3-4-1-2 (el que plantó Van Gaal a España en el Mundial), o el muy habitual 2-1-4-3, más conocido por 4-3-3 estilo Barça: laterales altos, mediocentro, dos interiores y tres delanteros. A su vez, el mejor antídoto contra ese sistema ofensivo, y por cierto el esquema defensivo que casi monopoliza hoy el fútbol español, es el 4-4-2 o sus variantes.

Pues bien, la llegada de Joaquín trae la buena noticia de que, muy probablemente, Mel usará precisamente esos esquemas (4-4-2 para defender y 4-3-3 para atacar) en la mayor parte de los partidos, y que la plantilla resulta adecuada para ellos. Hasta hoy el Betis se veía obligado, por falta de verdaderos extremos, a usar esquemas similares al rombo italiano (4-3-1-2), aunque con una punta de diamante
como N'Diaye, de calidad técnica algo justa y escasa llegada, y uno de los delanteros –Molina, Rennella en su caso– con escasa querencia por caer a banda y que se veía obligado a hacerlo –a la derecha–. Resultaba un cierto atasco de los ataques por el centro, donde se juntaban dos "falsos extremos" y N'Diaye. Con razón Mel reclamaba gente para jugar por fuera: con Joaquín se equilibrará todo. Veamos:


Un Betis con Joaquín. En verde las posiciones defensivas y en blanco las ofensivas (con posesión en pies béticos). Las flechas indican los movimientos de transición defensa-ataque.

Joaquín, verdadero extremo, llegará arriba (dejando espacio a Piccini) y permitirá a Rubén caer a su lado natural, el izquierdo; Molina podrá ya jugar en su puesto, el de delantero verdaderamente centro. Ceballos, si Mel logra evitar que venga a recibir demasiado atrás, y N'Diaye, al que gusta descolgarse de la posición de mediocentro por el costado derecho, quedarán como interiores en ataque, con un ancla por detrás en la construcción del juego (Digard), mientras Vargas y Piccini disfrutarán de espacios para sus subidas. En defensa el aceptable retorno de Joaquín y la fuerza física de Ceballos y N'Diaye equilibrarán al equipo, que defenderá en 4-4-2 de un modo muy natural.

Como analizaremos en un próximo artículo, (casi) todos los puestos están adecuadamente doblados con jugadores de calidad suficiente aunque, en general, inferior. Por demás, la posible presencia de Vadillo y Kadir permite a Mel pensar también en otros esquemas alternativos: por ejemplo un defensivo 4-4-2 de mediocentros paralelos, o sistemas con mediapunta (4-2-3-1) para dar cabida a jugadores como Van der Vaart o Portillo. Esperemos que estas alternativas (especialmente la segunda, nada recomendable en equipos con tan poco gol en los extremos y la segunda línea como este Betis) no pasen de ahí: de recursos de uso esporádico.

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