domingo, 28 de septiembre de 2014

Betis 2 - Mirandés C.F. 0 (6ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (2): Adán; Molinero, Perquis, Jordi, Casado; Cejudo (Nono, m. 68), N'Diaye, Matilla (Lolo Reyes, m. 83), Kadir; Rubén Castro y Rennella (Dani Pacheco, m. 58).
MIRANDÉS (0): Sergio Pérez; Aitor, César, Corral, Kijera; Rúper; Barahona (Jordi Pablo, m. 55), Emilio Sánchez (Provencio, m. 72), Igor, Álex García; y Juanjo (Pedro, m. 52).
Goles: 1-0, m. 28: Rubén Castro. 2-0, m. 54: Rubén Castro.
Árbitro: Ocón Arráiz (Comité Riojano). Mostró tarjetas amarillas a Molinero, N'Diaye, Barahona y Aitor.

Flojo aunque finalmente tranquilo ha resultado el partido del Betis ante el Mirandés. Ante un rival de muy baja calidad el equipo ha mostrado cierta mejoría en el manejo del partido, aunque sigue muy lejos de marcar las diferencias debidas en juego y ocasiones: una vez más, esa diferencia sólo la marcó Castro.

Primera parte
Ante un Mirandés al que cuesta un mundo hacer gol Velázquez optó finalmente por la más ofensiva de las posibilidades de alineación que tenía, y de hecho la más ofensiva hasta ahora en el Betis: un 4-4-2 con N'Diaye y Matilla como mediocentros y Rennella y Castro arriba. Los del Ebro oponían un clarísimo 4-1-4-1 con Emilio Sánche e Igor como interiores y Rúper de jefe en la sala de máquinas.

En principio el Betis no fue muy arriba a la presión y, sobre todo, cometió en los primeros minutos pérdidas tempranas que permitieron a los mirandeses llegar en dos ocasiones muy claras a la puerta bética. Afortunadamente los visitantes andan muy cortitos de calidad arriba y desperdiciaron sus opciones.

Una vez más el ataque estático se convirtió en un suplicio para los béticos (jugadores y grada). El equipo lo intentó poco por la banda derecha, Casado fue incapaz de progresar o combinar con Kadir por la izquierda, y por el centro sigue sin parecer que haya una salida de balón trabajada. El equipo no se escalona ni se ofrece bien en ataque en esa zona, y el Mirandés le cogió pronto el truco: Rúper y los centrales controlaban al delantero que viniese a la mediapunta (fuese Rennella o Castro), y sus interiores perseguían a Matilla y N'Diaye, especialmente si trataban de pedirla por dentro. Viniese uno de estos a meterse entre los centrales o dejasen a Figueras y Perquis (con ayuda de Adán) jugar el dos contra uno ante Juanjo, la cosa acababa muchas veces en salida limpia de uno de los centrales béticos (el famoso hombre libre de la escuela del Barça); hasta aquí, bien, pero entonces no se hacía un buen aclarado para permitir que el central profundizara en esa conducción o doblara el balón al apoyo de un interior, de modo que finalmente llegaba el pase precipitado y la pérdida.

Posiciones en el arranque de jugada estática del Betis

Tristemente, la única manera de que el Betis llegase arriba era el pelotazo o el robo, y en una mezcla de ambas cosas (pelotazo de Perquis y mal despeje del defensa) llegó el 1-0.

Segunda parte
El Betis toma cierto control del juego y marca pronto. A partir de entonces el juego entra en fases de dominio alterno que el Betis controla razonablemente. A ratos la tiene el Mirandés y sus largos e inocentes ataques son parados por mediocentros y centrales béticos. A ratos los béticos retienen el balón: Matilla y N'Diaye vienen muy atrás a tocarla y crean superioridades en el círculo central; el Mirandés no va muy arriba a presionar y aunque el Betis sigue siendo incapaz de progresar por dentro, con dos goles de ventaja ya no le importa.

Velázquez refrescó bien el equipo para mejorar ese control: primero Pacheco entró por la izquierda y Kadir se metió de mediapunta de un 4-2-3-1; luego Nono fue el mediapunta y mandó al argelino a la derecha, y finalmente Reyes sustituyó a Matilla en su puesto.

Jugador por jugador
Adán: No da la seguridad del año pasado, sobre todo en los balones cruzados, pero ha mejorado y cumple de sobra.
Molinero: Progresa adecuadamente, en ataque y en defensa.
Perquis: Hiperactivo, sobre todo en la segunda parte, hizo un partido más que aceptable.
Figueras: Sin renunciar a su par de figueradas por partido, está pasando por su mejor momento desde que llegó al club. Muy bien colocado siempre.
Casado: Definitivamente este jugador no puede vestir la camiseta del Betis. Tiene cierta contundencia y físico, pero su falta de agilidad (por decirlo suavemente) y su maltrato al balón, sea para jugarlo o para el mero despeje, lo descalifican. Gran centro en el 2-0. Se espera urgentemente a Álex.
Cejudo: Está voluntarioso y habilidoso, pero sigue participando poco, tal vez porque el equipo carga muy poco el juego por su lado.
N'Diaye: Sin estar en gran forma (parece más gordo que nunca) en esta categoría destaca netamente. Ocupa mucho campo y saca la pelota como pocos.
Matilla: Jugó bien con balón. Corre lo que puede, pero puede menos de lo que parece, por lo que su radio de acción y por tanto su impacto en el partido son escasos.
Kadir: Tiene calidad pero de momento amaga más que pega. Casi siempre encara a dos o tres, y así es difícil. Con Álex puede ser otra cosa.
Rennella: Está rápido y tiene clase.
Castro: Poco que añadir a lo ya sabido. Tuvo tres o cuatro y cayeron dos.

Dani Pacheco: Lo intenta y tiene habilidad, pero no parece clarividente.
Nono: No leyó bien los espacios.
Reyes: Aparición testimonial.

Velázquez:  A pesar de poner una alineación muy ofensiva el equipo sigue siendo incapaz de hacer eso que llamamos jugar al fútbol. A un equipo con la nómina de este ante un Mirandés se le pide algo más que igualar el juego y esperar que su delantero estrella le arregle los problemas. Bien en los cambios.

El detalle
El Betis por fin pone por norma a un hombre a pedirla a la corta en los córneres, atrayendo así a dos defensas, y bien se notó esa ganancia numérica: los balones a la olla fueron más peligrosos, e incluso se intentó así alguna jugada de estrategia. Es un movimiento difícil de contrarrestar.

Los comentarios serán bienvenidos.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Girona F.C. 1 - Betis 3 (5ª jornada de Liga de Segunda División)

GIRONA F.C. (1): Becerra; Lejeune, Ramalho, Carles Mas; Cifuentes, Pere Pons, Cristian Gómez (Mata, m. 46), Granell (Eloy, m. 66), Juncà; Felipe y Sandaza (Jandro, m. 65).
BETIS (3): Adán; Molinero, Perquis, Jordi, Casado; Cejudo (Dani Ceballos, m. 79) , Matilla, Xavi Torres, Kadir (Pacheco, m. 60); Rennella (Chuli, m. 69) y Rubén Castro.
1-0, m. 11: Felipe Sanchón. 1-1, m. 21: Rubén Castro. 1-2, m. 27: Lejeune en propia puerta. 1-3, m. 70: Rubén Castro. 
Árbitro: Valdés Aller (Comité Castellano-Leonés). Mostró tarjetas amarillas a Granell, Sandaza, Eloy, Rennella, Xavi Torres, Adán, Dani Pacheco y Matilla.
5.000 espectadores en Montilivi, la mitad béticos. Buen tiempo y aceptable césped.

Parece que el Betis de Velázquez ha tardado menos tiempo que el de Tapia en adaptarse a la dificilísima Segunda División española, y ha vencido hoy al Girona con la receta que desde el verano el castellano trataba de inocular a su equipo: fútbol de calidad ínfima, nulo interés por la posesión de balón e igualdad en el juego a la espera de que Rubén Castro pesque alguna. Hoy pescó dos.

La discusión, evidentemente, está en si la plantilla bética tiene el nivel que exige su presupuesto y, por tanto, debiera someter a sus rivales –desde un mínimo dominio de la pelota y, a través de ello, de los tiempos del partido–, o bien es tan ramplona como las demás de Segunda y procede un juego basto, de patadón y tentetieso, para evitar las pérdidas en el mediocentro que costaron dos goles en  Ponferrada y uno, bien ridículo, hoy –pérdidas que, por cierto, dieron también como fruto en sentido contrario el empate–. Hasta que vuelvan Piccini y –sobre todo– Álex, el bajo nivel técnico de los laterales le sirve de coartada.

Primera parte
Velázquez eligió un mal día para obedecer a las presiones y mandar arriba a Castro a cambio de prescindir de un tercer mediocampista: sin N'Diaye ni Reyes y con Xavi Torres siempre entre algodones, esto es, en una forma física siempre dudosa, su pareja de mediocentros ocuparía previsiblemente muy poco campo y, más aún ante un rival con carrileros largos y tres por dentro. La recuperación del balón sería un problema.

El Girona plantó su usual 3-5-2, aunque afortunadamente con posesión venía un solo mediocentro a recibir (o sea, sus tres mediocampistas interiores hacían 1+2 en lugar del previsto 2+1), de modo que este se juntaba con su defensa central facilitando el cierre a los béticos. Por una vez el Betis parecía haber estudiado a su rival y dejaba que fuese el central izquierdo, diestro y técnicamente muy flojo, quien sacara la pelota, si se puede llamar así a sus pelotazos hacia el dos contra dos de sus tanques frente a los centrales béticos.

Balón en pies del Girona (pinche para ampliar)

Igualada esta primera mitad, sendas pérdidas en zonas sensibles ponen el 1-1 (especialmente sonrojante el pasillo de la defensa bética al conductor del balón en el 1-0), y luego un balón a la olla acaba en autogol del Girona (1-2).

Segunda parte
Rennella se mete detrás de Rubén y se empareja ya claramente con el pivote gerundense, permitiendo la salida de balón por los costados. El Betis da un paso atrás, y la escasa presencia física de sus mediocentros –que no pierden el sitio pero reculan y nunca roban– permite al Girona tenerla. Las parejas en las bandas están poco definidas: si les da tiempo, Cejudo y Kadir toman a los carrileros (buen jugador Juncà), y los laterales se cierran para ayudar a los centrales, metiéndose así muy atrás el equipo; cuando –muchas veces– los carrileros del Girona salen libres, Molinero y Casado relevan a los extremos para pararlos. El Betis hace mil faltas y sus centrales y portero, resguardados pero exigidos por alto, sostienen al equipo.

En ataque el Betis desprecia el balón y se limita al pelotazo. Aun así suelta alguna contra tras robo, y en una Castro hace el 1-3, e incluso hay más ocasiones claras –tantas como barullos peligrosos en el área de Adán–.

Asfixiado Rennella, Chuli lo releva arriba y luego Ceballos lo manda a la banda derecha.

Jugador por jugador
Adán: Buen partido, de pocas paradas brillantes pero muchas salidas complicadas por alto.
Molinero: Sin par definido, ayudó dentro y a parar a Juncà. Inabordable en el uno contra uno.
Perquis: Aceptable a su modo. Cortó pelotazos y salió al quite en mediocampo cuando hizo falta.
Figueras: Muy bien en defensa, especialmente por alto. No sacó un solo balón bien jugado, ni en corto ni en largo.
Casado: Aguerrido en defensa e incapaz en ataque.
Cejudo: Lo intentó, pero su lateral le ganó. 
Matilla: Buen partido para lo que se puede esperar de él en esa posición. Importante robo y pase en el 1-1.
Torres: Guarda bien la posición, pero ni su estado físico le da para tapar el campo debido (nunca entrena la semana entera) ni saca la pelota limpia; incluso lo hizo a veces con graves riesgos, como (pero no sólo) en el 1-0.
Kadir: Durante una hora fue prácticamente la única esperanza del equipo para tener una mínima salida y retener algo el balón. Debe ser titular siempre.
Rennella: Poquita cosa.
Rubén Castro: Todo. Sin él Velázquez estaría ya en Valladolid. Metió dos golazos, poco espectaculares pero de delantero caro, y corrió como el que más. Evidentemente, mejor de delantero.

Pacheco: Trabajo y poco más. Con la izquierda no tira ni a puerta vacía.
Chuli: El acta dice que jugó.
Dani Ceballos: A partir de su salida como mediapunta el Betis sí manejó el balón.

Velázquez: Hay que reconocerle que el equipo se faja como no lo hacía (hoy incluso ha remontado, algo insólito), y por primera vez se vio una jugada ensayada. Por demás, el plan ramplón de siempre: pelotazos y defensa por amontonamiento. Hoy la moneda cayó cara.

Como siempre, los comentarios serán bienvenidos.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Betis 0 - Albacete 1 (4ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (0): Adán; Molinero, Perquis, Figueras, Casado; Lolo Reyes (Kadir, min. 46), N'Diaye, Matilla (Rennella, min. 68); Cejudo (Nono, min. 60), Jorge Molina y Rubén Castro.
ALBACETE (1): Alberto; Antoñito, Gonzalo, Noguerol, Pol Bueso; Martio Ortiz,
Edu Ramos, Indiano (Portu, min. 78); Jorge Díaz (Keko, min. 63), Chumbi (Cidoncha, min. 87) y César Díaz.
Gol: 0-1, min. 67: Chumbi.
Árbitro: Lesma López (madrileño). Amonestó a los locales Molinero, Cejudo, N'Diaye y Jorge Molina); y a los visitantes Noguerol), César Díaz y Gonzalo.
Incidencias: 30.000 espectadores. 18:15 horas. Día soleado y césped en buenas condiciones. Fuerte viento del sur.


¿A qué juega el Betis?
El Betis ha hecho esta tarde un ridículo difícilmente superable –aunque todo es posible en este club–: cayó justamente, en casa y en transmisión directa para toda España, ante un Albacete recién acendido de Segunda B y que básicamente mantiene el bloque de esa categoría.

El debate entre los béticos se centra ahora en saber si el equipo es realmente tan malo como parece (o sea, si esto es lo que hay) o el problema hay que buscarlo en el entrenador y la mente de los jugadores. Desde nuestro punto de vista se trata, sin duda, de lo segundo. No es esta, sin duda, una de las mejores plantillas de la historia de este club, pero en lo individual está muy por encima de la media de la categoría, tanto por curriculum personal como por la impresión, insistimos que jugador por jugador, que dan en el campo, en lo físico y en lo técnico.

Si el juego colectivo es entonces inferior al de un Albacete o una Ponferradina, la causa hay que buscarla bien en la actitud de los jugadores o bien en los conocimientos del entrenador. A salvo de que intrigas internas u otros misterios de vestuario señalen a lo primero –cosas que aquí no nos interesan excesivamente–, el diagnóstico nos parece claro: a este entrenador le viene muy grande este club, y cuanto antes desaparezca de su nómina, mejor. El equipo carece de conceptos colectivos básicos, no tiene un plan defensivo claro, y su único plan ofensivo, si hay tal, es la contra rápida cuando cae la breva de un robo, el pelotazo al delantero centro y, si las cosas se ponen muy feas... el pelotazo a un segundo ariete. En consecuencia el juego ofensivo resulta primitivo, desmañado, dejado a la ventura de la jugada individual o el rebote afortunado, y la creación de ocasiones claras es prácticamente nula (hoy, una); el manejo del tempo del partido es una utopía. A mayor abundamiento, no hay jugadas preparadas a balón parado, ni estudio serio del rival, ni previsión para aliviar los problemas puntuales defensivos del equipo (como el no retorno de Castro), ni, en suma, se ve el menor trabajo táctico después de dos meses.

Primer cuarto de partido
El Albacete, como la Ponferradina, dio sensación sin embargo de equipo trabajado y que, para mayor humillación bética, sí quiere la posesión del balón. Su plan de juego era en efecto muy claro, además de agradable a la vista: presión alta tras la pérdida o ante saques de puerta, intento de sacar el balón jugado a toda costa y equipo estructurado para ello. Los manchegos ponían en defensa un 4-2-3-1, pero salían en lavolpiana: uno de sus mediocentros (generalmente Edu Ramos o Mario Ortiz) se metía entre los centrales, estos se abrían y el portero manejaba el balón sin prisas. Los extremos quedaban abiertos y los interiores sistemáticamente escalonados (algo entrenado) en un 3-4-3. La desorganizada presión del Betis naufragaba generalmente por su izquierda: Castro se emparejaba con el central derecho (algo absolutamente previsible; y lo mismo le sucedía a veces a Cejudo por su lado), de modo que Casado quedaba en inferioridad ante dos hombres, destino de la salida del Alba, que prácticamente monopolizó la posesión en esta fase, para escarnio de los béticos: su equipo ni siquiera intentaba sacarla jugada.

Una presión alta mal hecha: el lateral derecho del Albacete quedaba siempre libre.

Naturalmente, es posible hacer bien una presión de este tipo. 

Segundo cuarto
El viento, favorable al Albacete, amaina, el calor hace mella en los visitantes (vestidos de negro), su presión afloja y el Betis saca algunos ataques gracias a pelotazos a Molina o jugadas individuales, tipo eslálom; sus jugadores son casi todos más rápidos y más técnicos que los rivales. En ataque Reyes (elección dudosa, pero al menos elección) se descolgaba a la izquierda de N'Diaye, mediocentro, y Matilla quedaba como interior derecho, sobre el papel (apenas apareció). El equipo volcaba el juego a la izquierda pero el mal trato del esférico de Reyes y Casado apenas permitía progresar. Por el lado contrario Cejudo lograba profundizar un poco más.

Segunda parte
Reyes (a su modo de los mejores), conmocionado tras un choque con el portero visitante, deja el sitio a Kadir, que se mete como mediapunta y deja a Matilla como segundo mediocentro en defensa. El equipo empuja de inicio pero el escaso físico del toledano y la falta de recursos tácticos acaban partiendo al equipo por la mitad; el Albacete vuelve a dominar el juego mediado este tiempo, crea hasta tres ocasiones muy claras y una acaba dentro.

Tras el gol, Nono entra para aliviar el agujero del centro del campo... por Cejudo, entero, y no por el fundido Matilla. Kadir se va pues a la derecha. Finalmente Matilla es retirado y entra Rennella como segundo delantero. El Betis se limita en adelante a meter pelotazos hacia éste y Molina desde cualquier lugar y en cualquier circunstancia. El Albacete se cuelga del larguero (incluso en las faltas en tres cuartos de campo, poniéndoselo facilísimo al Betis) y comete errores, pero ni aun así marca un paupérrimo Betis.

Jugador por jugador
Adán: La primera difícil (muy difícil) fue dentro. Por demás, bien, incluso con alguna parada de mérito.
Molinero: Muy metido siempre en el partido, aceptable en defensa y ataque, pero escaso de recursos.
Perquis: Siempre al borde de la tarjeta y el penalti, descolocado, finalmente su par marcó.
Figueras: Buen partido; entre lo más salvable del naufragio.
Casado: Tambien le echa voluntad, pero con balón es muy limitado. Al menos defiende aceptablemente.
Lolo Reyes: De lo mejorcito a base de redaños, porque juega fuera de su sitio.
N'Diaye: Pone calidad pero el centro del campo es un latifundio sin control. Su expulsión final parece una negligencia grave.
Matilla: Pasados sus partiditos, la nulidad de cada año.
Cejudo: A trancas y barrancas al menos profundizó.
Molina: Siempre se pelea con dos, y así no hay modo.
Castro: Si el equipo tiene poco balón sufre tan lejos de puerta, y el plan parece ser no tener el balón. Además, a la contra estuvo fallón.

Kadir: Quiso hacerlo todo y no le salió nada. El modo de juego del equipo, carente del concepto de asociación o apoyo, no le favorece.
Nono: Otro desquiciado y superado por la situación.
Rennella: Bajó algunas, que al parecer es lo que le piden.

Velázquez: Tal vez haga un buen (y necesario, dados los antecedentes) trabajo psicológico, esto es, de gestión de vestuario, exigencia, rigor, etc. Sin embargo su trabajo táctico es imposible de empeorar: se olvidan conceptos muy básicos (intentar o al menos amagar con sacar el balón jugado desde los centrales, mandar a un grande a peinar los saques de banda, apoyos en la elaboración de jugadas de centro del campo, ayudas defensivas a los laterales...); no hay plan de juego ofensivo más allá de la contra casual (pues tampoco hay presión trabajada) y el rudimentario pelotazo; no se aprecia trabajo alguno de estudio del rival (no creemos, por ejemplo, que fuese la primera vez que este Albacete salía en lavolpiana, cosa que hoy hizo por sistema); no hay ni una sola jugada preparada a balón parado (ni los saques de centro, y van doce); no hay detallismo en la ubicación de los jugadores (¿quién releva a Castro cuando se queda arriba?); no hay plan defensivo, y cuando lo hubo (encerrarse atrás con una plantilla manifiestamente superior a la de los rivales) no hubo orden ni concentración, y los resultados defensivos fueron pésimos (¡el equipo es el segundo más goleado de la categoría!). En resumen, se diría que no hay entrenador.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Betis 2 - Llagostera 0 (partido único de segunda eliminatoria de Copa)

BETIS (2): Dani Giménez, Molinero, Perquis, Jordi Figueras, Casado; Xavi Torres; Matilla, Nono (Lolo Reyes, m.75); Kadir (Cejudo, minuto 64), Rennella (Jorge Molina, m.70) y Rubén Castro.
U.E. LLAGOSTERA (0): Moragón; Enric Pi (Ruymán, m.57), Tito, Jorge, Masó; Pitu, Óscar Rico (Diego Rivas, m.68), Robert, Barnils; Querol y Juanjo (Tarradellas, m.63).
Árbitro: Sagués Oscoz, vasco. Amarillas para Perquis, Enric Pí, Barnils, Juanjo, Lolo Reyes y Jorge.
Goles: 1-0, m.46: Matilla; 2-0, m.55: Rennella.
Unas diez mil personas en el Villamarín. Buen césped y buen tiempo.

El Betis se ha deshecho de los suplentes del Llagostera tras una mala primera parte y una aceptable segunda. El partido trajo sobre todo una buena noticia: Kadir es un jugador excelente para el nivel de la Segunda española y, aunque pasada la motivación del debut y tras un par de meses de entrenamientos con estos sus compañeros es previsible que baje algo el nivel, será una pieza ofensiva importante para el equipo.

Primera parte
Velázquez sacó de inicio a casi todo lo mejor que tenía, como si no hubiera mañana, lo cual hace pensar que tal vez él mismo piense que su mañana no está nada claro y que mejor quemar todos los cartuchos que planificar un futuro incierto. De hecho ninguno de los titulares presentes hoy son descartables para el domingo. Puso a Giménez en la puerta y a la mejor defensa que tenía disponible (nula confianza en Bruno y Caro, o tal vez quiera que Perquis y Figueras se coordinen mejor a base de minutos); un 1+2 en la media (la versión ofensiva del 4-3-3 ya habitual) con Torres de ancla y Nono y Matilla como interiores por delante; y el debutante Kadir, Rennella y Castro arriba. Enfrente el debilísimo Llagostera, en el que no se hizo notar un solo jugador, plantó un rudimentario 4-4-2.

El Betis planteó el partido con un carácter más ofensivo del habitual, que al menos era coherente con su alineación. Sin balón iba a la presión arriba, para la que uno de los interiores (normalmente Nono) se adelantaba hasta la altura de Molina; sin embargo no se apretó con convicción y hubo pocos robos arriba.

La construcción del juego dejaba una vez más bastante que desear, aunque al menos esta vez el equipo sí estaba bien colocado para ella. Los laterales Molinero y, sobre todo, Casado, son técnicamente toscos y con ellos es difícil que la jugada progrese por banda. La circulación de Xavi Torres es lenta, y Nono y (peor aún) Matilla carecen de velocidad y cambio de ritmo para romper líneas. Indolente Rennella, las escasas llegadas béticas se debían a la habilidad de Castro para hacer movimientos incómodos para los defensas y a Kadir, un jugador muy completo: es técnicamente bueno (control orientado, manejo de las dos piernas y pase incluso en carrera), tiene potencia, velocidad suficiente y cierto cambio de ritmo, y sobre todo disfruta de muy buena visión de juego. Falta saber si tiene disparo y gol. Visto hoy, tiene condiciones para jugar en los extremos y en la mediapunta; debería quitarle el sitio a Matilla, aunque nos tememos que lo haga con Cejudo; Velázquez, por otra parte, es muy capaz de no usarlo este domingo.


Bajo pues de ritmo de juego y sin interés futbolístico alguno, ese primer tiempo repartió sustos en ambas porterías, cosa bien lamentable en el Villamarín y ante semejante rival. Giménez, que dio buena impresión aunque dejó dudas en los balones cruzados, solventó los sucedidos en la puerta bética.

Segunda parte
El Betis decide por fin meter una marcha más y, gracias sobre todo a Kadir, se quita de encima al rival en diez minutos. Sorprendentemente, Velázquez dejó en el campo durante todo el partido a Rubén Castro, y acabó volviendo al 4-2-1-3 con Lolo Reyes y Torres en paralelo atrás. Hasta el final, como es de suponer con semejante bloque de seis atrás (Molinero, Perquis, Figueras, Casado, Torres y Reyes), no hubo ya circulación de balón medianamente aceptable y la única diversión de la grada fue jalear a Jordi Figueras, que a esas alturas se había venido arriba y sacaba el balón con desparpajo.

El detalle
El Betis de Velázquez sigue sin mostrar una sola jugada preparada que merezca tal nombre. El Llagostera al menos ponía a un hombre a pedirla a la corta en los córneres, algo que, como ya hemos advertido muchas veces, obliga al equipo defensor a gastar dos jugadores en la esquina y por tanto da ventaja al atacante al colgarla al área.

Los comentarios son bienvenidos.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Ponferradina 4 - Betis 1 (3ª jornada de Liga de Segunda División)

PONFERRADINA (4): Moldovan; Óscar Ramírez, Lucas, Alan, Camille; Acorán, Jonathan, Andy (Paglialunga, min. 73), Pablo Infante (Tete, m.79); Berrocal; y Yuri (Sobrino, min. 80).
BETIS (1): Adán; Piccini, Perquis, Jordi Figueras (Bruno, m.46), Casado; Lolo Reyes, Xavi Torres (Rennella, m.58); Álvaro Cejudo, Matilla, Rubén Castro; y Jorge Molina (Dani Pacheco, m.66).
Árbitro: Arias López, cántabro. Amarillas para Jordi Figueras, José Manuel Ruiz (técnico local), Jorge Molina, Camille, Perquis, Lolo Reyes, Rennella, Andy y Álvaro Cejudo.
Goles: 0-1, m.27: Jorge Molina; 1-1, m.48: Yuri; 2-1, m.55: Acorán; 3-1, m.59: Yuri; 4-1, m.75: Yuri.
Domingo 7 de septiembre, 12:00. Una vez más, buena entrada y muchos béticos en la visita del Betis a un campo de Segunda. Llovió mucho.

Es el balón, no las pelotas
El Betis ha hecho esta mañana un ridículo digno de la infame temporada pasada, aunque ahora veinte puestos más abajo en el escalafón futbolístico nacional. No es posible buscar excusas ni poner paños calientes: el Betis fue inferior a su rival táctica, física y técnicamente, con balón y sin él, con el marcador a favor y en contra, e incluso con un árbitro un tanto colaborador.

Decíamos hace unos días que este Betis tiene problemas para construir el juego. Pero nos equivocamos en que sería difícil meterle goles: pese a sus planteamientos conservadores, a entrar fuerte y hacer muchas faltas, la debilidad defensiva del equipo es terrible, especialmente (!) con el marcador a favor.

Primera media hora
Con la única novedad de Piccini, que traía la esperanza de tener alguna salida de balón decente por algún sector del campo (la izquierda con Casado y el centro con la pareja Torres-Reyes eran naufragios ofensivos previsibles), Velázquez repitió el planteamiento habitual: un 4-2-1-3 con Matilla de mediapunta y Castro tirado a la izquierda, que en defensa se convertía en 4-4-2. El Betis no iba a la presión alta y, por tratar de mejorar algo, al menos parecía escalonar en ataque ligeramente a Reyes, algo echado a la derecha y (muy) pocos metros más adelantado que Torres.

La Ponferradina atacaba de forma mucho mejor estructurada: con Infante en teórica posición de extremo izquierdo y Yuri en punta, su trío de centrocampistas interiores sí se escalonaba correctamente, con un medio de cierre y dos interiores. Los locales tocaban mejor el balón y el Betis los paraba a base de entradas fuertes, con bastantes faltas. El juego y las ocasiones se equilibraban, pero fue el Betis el que marcó en una contra, e incluso pudo hacer el segundo.

Último cuarto de hora de la primera parte
Con todo a favor, esto es, con el marcador más adecuado a su forma de juego –el robo y el contragolpe, porque este equipo no sabe construir fútbol y se supone hecho para defender–, el Betis empieza a conceder ocasiones claras una vez más, y van tres partidos de tres así. Castro no sigue a su lateral cuando la Ponferradina sale rápido, de modo que Casado se enfrenta a varios dos contra uno.

Segunda parte
Velázquez hace dos retoques: manda arriba a Rubén para que Matilla ayude a tapar esa banda izquierda; e introduce en el campo a Bruno por el tarjeteado (¿y lesionado?) Figueras. Bruno se sitúa a la derecha de Perquis y tarda tres minutos en explicarnos por qué Figueras es titular.

A partir de ese momento el Betis y Velázquez demuestran no tener bien trabajado ningún aspecto táctico, ni defensivo ni ofensivo. El entrenador da sucesivos volantazos: ahora dos puntas tipo tanque arriba, Castro aquí y allá; el equipo hace presión alta o baja sin coordinación ni criterio, ni dentro de cada jugada ni coherentemente con los jugadores que tiene en el campo. Con balón se olvidan conceptos elementales, y se cometen pérdidas peligrosísimas en la zona de los mediocentros, que de hecho causan goles.

Ya con 2-1 Rennella entra en punta por Torres, dejando así un 4-4-2 en el que Castro se echa a la izquierda y Matilla defiende, se supone, como mediocentro a la izquierda de Reyes; el equipo trata de presionar para revertir el resultado, pero con dos tanques arriba, un delantero en el extremo izquierdo y Matilla ahí el naufragio defensivo en el centro del campo es absoluto. Los centrales, huelga decirlo, no lo arreglan, y las ocasiones claras de los bercianos van cayendo en número escandaloso; la mitad, esto es, cuatro, van dentro en media hora. Finalmente Pacheco entra como extremo izquierdo y manda arriba a Castro.

Más preocupante que el 4-1 resultan dos cuestiones. Una es el bajo rendimiento de muchos jugadores, como Adán, Reyes y tantos otros, que empeoran a medida que pasan los meses en este club (cosa que deja en muy mal lugar la calidad de los entrenamientos en los últimos tiempos). La otra, la completa falta de brújula táctica; el equipo parece carecer de conceptos ofensivos (pues sólo sabe salir a la contra) y defensivos: no sabe cuándo presionar y cuándo no, ni con qué hombres conviene hacerlo, ni qué esquema es el suyo.

Jugador por jugador
Adán: En efecto, debe de entrenar mal porque empeora por meses. Dudoso pero finalmente eficiente en las salidas y con los pies, está lento en tirarse al suelo en el primer gol, mal colocado en el segundo (el pasito adelante es inútil en esa situación y le impide reaccionar a tiempo), y sale a destiempo en el tercero.
Piccini: Mostró buenas maneras en ataque, como en el 0-1, y dejó ciertas dudas en defensa.
Perquis: En un equipo bien organizado en defensa puede lucir sus virtudes. En este caos y a campo abierto es un pollo sin cabeza. Su pase a Reyes en la jugada del 3-1 denota una grave ignorancia de conceptos básicos.
Figueras: Como últimamente, aceptable en defensa (incluso algo más) e incapaz en la salida, especialmente en largo (no da una buena). Luego se comprendió por qué juega siempre.
Casado: Cumple en defensa, pero en este Betis se necesita otra cosa en ataque. Que vuelva Álex.
Reyes: Le dan un papel que no es el suyo y él lo recita muy mal. Perdió balones injustificables, unos por culpa suya y otros de los compañeros. Resbaló incontables veces.
Xavi Torres: Al lado de Reyes pareció hacer un partido tolerable.
Matilla: Como llevamos diciendo tres años, su presencia en la alineación titular del Betis es síntoma de alguna enfermedad grave en el club. Como mediapunta estuvo voluntarioso, aunque sin la menor llegada arriba. Como mediocentro fue un agujero negro.
Cejudo: Gotitas de calidad, pero poca participación.
Molina: Golito, un penalti no señalado y poca participación positiva en el juego; pero la avería viene de atrás.
Castro: Una vez más protagonizó lo mejor en ataque del equipo.

Bruno: A juzgar por lo visto es el peor central que ha vestido la camiseta del Betis en años. Que sea paisano de Alexis deja en muy mal lugar a este último.
Rennella: Jugó bien los tres o cuatro balones que le llegaron.
Pacheco: Jugó los minutos de la basura.

Velázquez: El planteamiento inicial es rácano, pero además se ejecuta mal: ni propone juego ni cierra bien. Luego no sólo yerra en los cambios al vaciar el mediocampo, sino que los hace sin criterio ni coherencia con el plan de juego, si hay tal cosa, del equipo.

Como siempre, los comentarios serán bienvenidos.

viernes, 5 de septiembre de 2014

La plantilla del Betis 2014-15: virtudes y carencias

Cerrado ya el plazo de fichajes, aunque hayan quedado dos licencias libres y por tanto abierta la posibilidad de fichar jugadores en paro, es momento de analizar la plantilla del Betis 2014-15, que ha quedado así compuesta:

1. Dani Giménez. 2. Molinero. 3. Álex Martínez. 4. Bruno. 5. Matilla. 6. Jordi. 7. Vadillo. 8. Rennella. 9. Chuli. 10. Nono. 11. Kadir. 12. Piccini. 13. Adán. 14. Xavi Torres. 15. Sergio. 16. Cejudo. 17. Pacheco. 18. N'Diaye. 19. Jorge Molina. 20. Perquis. 21. Lolo Reyes. 23. Casado. 24. Rubén Castro. [36. Caro. 41. Pedro.]

Dos son las grandes virtudes de esta plantilla:

A. En general está posicionalmente compensada: hay dos jugadores en casi todos los puestos, con una llamativa excepción en los extremos. Incluso en ciertos puestos se cuenta con jugadores de distinto perfil, que darán cierta elasticidad a los sistemas de juego según las necesidades específicas de cada partido.

B. Hay un puñado de jugadores de nivel claramente superior al de esta empobrecida Segunda División española, que garantizan el ascenso a poco que se mantenga un mínimo nivel de exigencia profesional (cosa que no ocurrió, por cierto, la temporada pasada) y la dirección sea competente. Entre ellos están Rubén Castro, N'Diaye, Adán, Xavi Torres (si recupera su nivel de antes de su grave lesión), Lolo Reyes, Cejudo y Molina.

Sin embargo tiene también esta plantilla defectos visibles:

C. Como se ha dicho, hay un claro déficit (como poco numérico) en los extremos. La gravísima lesión de Vadillo, que es muy dudoso que vuelva a jugar esta temporada y más aún que vuelva a su nivel, y la inconveniente salida de Cedrick deja sólo un extremo específico, Cejudo, más varios jugadores (Castro, Pacheco y Chuli) adaptables a esa posición  pero que no están en ella en su medio natural. Esto obligará probablemente a Rubén Castro a jugar casi siempre pegado a una banda, con los peajes tácticos y físicos (para él y para el equipo) que ello conlleva, y obligará probablemente también a dar minutos ahí a jugadores poco adecuados para el puesto como Álex, Molina o Rennella.

D. Hay un claro, y universalmente manifestado, déficit de calidad en los centrales. Perquis y N'Diaye pueden contar como medio central cada uno (uno por su tendencia a lesionarse y el otro por ser más útil en otros sitios). Figueras no da el nivel y Caro y Bruno deben de ser aún peores, al menos a juicio de Velázquez, que no los usa nunca. Por otra parte es previsible que el Betis deba jugar muchos minutos con la defensa adelantada; para ello conviene tener centrales rápidos, y sólo Perquis cumple, y sin derroches, con esa condición.

E. Sin Castro hay poco gol, lo que provoca una peligrosa dependencia.

F. El mediocentro tiene un problema muy específico. Contra lo leído estos días, la carencia no es ya la mediapunta, cubierta con Kadir, Sergio y el posible uso de Matilla o un segundo delantero. Hay sin embargo un problema grave con el medio ofensivo: como ya hemos explicado aquí y demostrado allá, además de un mediocentro posicional (de los que ven el fútbol de cara y la piden entre los centrales) es muy importante jugar con un hombre que pueda defender aceptablemente en el doble pivote y luego atacar como interior, entre líneas, al modo de Nosa, Modric o Khedira. Pues bien, Xavi Torres y Lolo Reyes son naturalmente medios estáticos, de cierre; para el segundo tipo sólo se cuenta con Nono y Matilla, que no dan el nivel debido, especialmente en defensa; N'Diaye, aunque se pueda descolgar en ataque, es más bien del primer tipo, y además –si Alexis no lo remedia pronto– habrá de ser usado muchas veces como central. Así pues Velázquez se verá abocado a usar la pareja Torres-Reyes, que ya demostró sus –muy previsibles– carencias creativas ante el Numancia, algo grave, y especialmente desesperante en casa. Esta pareja obligará al equipo a jugar bien en largo, o bien al robo y la contra rápida. Para el toque en ataque estático la única salida válida será por las bandas, lo que a su vez forzará al entrenador a poner en los laterales a Álex y (esperemos que cumpla lo que promete) a Piccini, pues Molinero y Casado parecen ser bastante inferiores en manejo de balón.

Váyanse pues habituando los béticos a un equipo que estará a gusto sin el balón, que tendrá problemas para tenerlo y superar las líneas rivales, y que a cambio será correoso y, si las dudas en los centrales se solventan, concederá pocos goles. Si el equipo gana la afición dejará a un lado las cuestiones estéticas; si no, la grada soportará mal los partidos en casa.

Los comentarios, como siempre, serán bienvenidos.