miércoles, 28 de noviembre de 2012

Betis 3 – Valladolid 0 (partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa)

BETIS (3): Casto; Chica, Amaya, Dorado, Nacho; Agra (Vadillo, min. 60), Rubén Pérez, Igiebor (Beñat, min. 46), Campbell (Nono, min. 75); Jorge Molina y Rubén Castro.
VALLADOLID (0): Jaime; Víctor Pérez, Rueda, Peña (Valiente, min. 88), Balenziaga; Bueno, Sastre, Baraja, Rubén Peña (Lolo, min. 69); Neira (Omar, min. 64) y Javi Guerra.
Goles: 1-0, min. 26: Amaya. 2-0, min. 61: Rubén Castro. 3-0, min. 86: Rueda, en propia puerta. 
Árbitro: Alfonso Álvarez Izquierdo (Colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Jorge Molina, Amaya, por parte del Betis; y a Sastre, por el Valladolid.
Incidencias: Unos 28.000 espectadores en el Benito Villamarín.

El Betis ha resuelto hoy con solvencia el difícil trance de remontar en Copa ante un rival de Primera; lo ha hecho fundamentalmente gracias a una notoria superioridad física sobre su rival.

Ambos clubes pusieron sobre el campo equipos plagados de jugadores poco habituales, en parte por bajas obligadas y en parte porque los técnicos decidieron dar descanso a casi todos sus titulares. De ahí nació buena parte del triunfo del Betis: la profundidad de banquillo y una buena gestión del vestuario por parte de Mel dieron como resultado la buena forma y actitud mostrada por sus suplentes.

El segundo acierto que cabe atribuir al entrenador bético es la elección de un estilo de juego adecuado a los jugadores con los que cuenta. Las debilidades del Betis de la temporada pasada se vieron hoy reflejadas en un Valladolid que trata bien el balón pero tiene poco fuste físico y menor pegada. Enfrente el Betis apostó claramente por su nuevo juego de este curso: un equipo muy fuerte físicamente, que elabora correctamente la jugada pero no le hace ascos al balón largo y al dividido como forma de llegar arriba, y que ante todo quiere ser rápido en ataque, aun a costa de arriesgar la posesión. El claro 4-4-2 con dos mediocentros más físicos que técnicos (Pérez y Nosa), la ausencia de verdadero mediapunta –pues de la pareja de delanteros era el tanque Molina quien venía más atrás a recibir o peinar el balón–, más la presencia de dos extremos potentes y a pie natural, invitaban a buscar la velocidad por fuera y el juego directo por el centro. Ante ello el Valladolid oponía su juego académico y técnico, con un 4-4-1-1 en el que Neira hacía la mediapunta y uno de los mediocentros se incrustaba entre los centrales para sacar el balón; el Betis se defendía con el bloque de presión ligeramente más adelantado de lo habitual este año, con las líneas bien juntas y paciencia, pese al resultado de la ida, para recuperar el balón, sin descomponerse.

La primera parte estuvo nivelada: el Valladolid tenía más posesión gracias a su buen juego de toque colectivo, pero el Betis se imponía en los uno contra uno, especialmente por la banda de Campbell, y sus llegadas eran escasas pero más peligrosas. Cuando en la segunda parte la entrada de Beñat mejoró la gestión de las posesiones por parte del Betis y la de Vadillo desequilibró definitivamente la banda izquierda, los locales se impusieron claramente: ya eran tan buenos como su rival en lo técnico, y sus jugadores eran casi siempre más rápidos y decididos que los vallisoletanos.

Creemos que la superioridad física de los béticos hay que atribuirla en parte a la confección de la plantilla (pensemos en Agra, Campbell, Nosa o Pérez), pero también en otra parte al buen estado de forma de hombres ya conocidos como Nacho o Molina, estado más destacable aún en tanto últimamente tienen pocos minutos.

Jugador por jugador
Casto: Es extraño que aparezca en las quinielas de bajas un hombre que no alborota el vestuario, tiene presumiblemente una ficha moderada y está siempre dispuesto a dar un notable nivel, como hizo hoy. Salvó con una gran parada una situación muy delicada en la segunda parte.
Chica: Mostró buena voluntad pero evidenció también sus limitaciones.
Amaya: Anda muy bien y va con mucha decisión al choque, lo que le permite imponerse claramente a atacantes como Guerra.
Dorado: Partido muy correcto en general, aunque tuvo menos presencia que Amaya. Sacó bien el balón. Su escaso uso de la diestra para el despeje le pudo jugar alguna mala pasada.
Nacho: Uno de los destacados. Parece querer disputar el puesto a Álex: estuvo rápido, ambicioso con y sin balón, subió la bola muy bien y llegó arriba.
Agra: Tiene buen golpeo (y mejor a balón parado) y un tremendo poderío físico que explota con su pelea constante; sin embargo le falta habilidad para el puesto de extremo. O la mejora o habrá que pensar en él como un futuro buen lateral.
Rubén Pérez: Silenciosamente fue tal vez el mejor del equipo. Toca aceptablemente el balón y lo hace con mucho criterio y sencillez; y en defensa también tiene suficiente empuje físico, pero sobre todo lo usa con mucha inteligencia táctica.
Nosa: Aunque hizo un aceptable partido perdió una buena oportunidad de reivindicarse. Pudo soltarse más en ataque.
Campbell: Amaga más que pega, pero da la sensación de tener mucho potencial. Tiene una gran potencia física en carrera, que le permitió en alguna jugada dejar atrás a cuatro rivales con una facilidad sorprendente. La entrada de Vadillo lo cambió de banda.
Molina: Anda tan bien físicamente que en la segunda parte, después de haber peleado muchos balones de espaldas, tuvo velocidad y fuerza para marcharse varias veces de su par mientras conducía el balón.Culminó poco (y cuando lo hizo se lo anularon).
Castro: Hizo un partido inverso al de Molina: poca participación, poquito desgaste físico, y pelota para adentro a la primera clara que tuvo. Al final se fajó en defensa como extremo derecho.

Beñat: Hizo un medio partido discreto para su nivel, pero bastó para desequilibrarlo. A veces su empeño en arriesgar pases verticales decisivos parece excesivo.
Vadillo: En dos jugadas acabó con el Valladolid. Rápido y, aparente y naturalmente, más maduro en el aspecto físico que hace un año, le falta aún mejorar su criterio en defensa. En ataque ya tiene mucho. Su reaparición a pleno rendimiento fue una muy buena noticia en el partido y puede serlo excelente para el futuro.
Nono: Como siempre, aprovechó su rato para mostrar voluntad y toques de clase. Acabó como mediocentro junto a Pérez, con Beñat por delante.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Betis 1 – Real Madrid 0 (13ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adrián; Ángel (Nacho, minuto 74), Amaya, Dorado, Álex Martínez; Cañas, Beñat; Agra, Salva Sevilla (Nosa, minuto 80), Juan Carlos (Jorge Molina, minuto 62); Rubén Castro.
REAL MADRID (0): Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentrão; Khedira (Kaká, minuto 46), Alonso; Di María (Callejón, minuto 62), Özil (Modric, minuto 46), Cristiano; y Benzema.
Gol: 1-0, min.16: Beñat.
Árbitro: Gil Manzano (Colegio extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Salva Sevilla, Cañas y Beñat, Pepe y Ramos.
Incidencias: 40.185 espectadores en el Benito Villamarín.

El Betis ha comenzado hoy a purgar su pecado mortal del domingo pasado y en primera penitencia ha vencido al Madrid y dejado, de ese modo, prácticamente sentenciada la Liga, ya en noviembre.

El partido tuvo un transcurso muy homogéneo. El Betis tiene un modo de jugar este año más desgradable para rivales como este equipo de Mourinho, y Mel dobló su apuesta para hurgar en la gran debilidad del Madrid: las dificultades para elaborar el juego en ataque estático. Si la temporada pasada los muchos metros que quedaban tras los centrales béticos eran castigados por equipos con delanteros y extremos rápidos, esta el Betis cede balón y metros, y hoy lo hizo más claramente aún para evitar, ante todo, el juego favorito del Real –cuyo plan no es diferente, por cierto, del de cualquier equipo de medio pelo–: robo en el mediocampo y contraataque veloz.

Para ello el Betis prescindió de la elaboración en el centro del campo (salvo que viera muy claro el retener la posesión) y jugó en largo, fuese –las menos veces– por balones de Beñat a los extremos, fuese –las más– directamente desde el portero o los centrales hacia Juan Carlos, el único hombre que, gracias a su buen salto, tenía alguna opción por alto ante su par.

Los esquemas eran los conocidos: en el Madrid, 4-2-3-1 en defensa con Alonso y Khedira como mediocentros; en ataque Khedira se descuelga y queda como interior casi en paralelo con Özil, mientras Alonso viene atrás a sacarla junto a los centrales. En el Betis, respecto a la alineación del derbi, Mel apenas castigó a Nélson y Pozuelo y propuso de nuevo el 4-2-3-1 ofensivo y 4-4-2 defensivo de las últimas semanas, de modo que los mediocentros quedaban emparejados con Özil y Khedira, mientras Salva y Castro entretenían un día más el dos contra tres habitual. El Betis se mete bastante atrás, más naturalmente a medida que pasan los minutos, y el Madrid sólo llega en el primer tiempo cuando roba y sale rápido; ni siquiera sabe aprovechar la salida fácil de balón por medio de Ramos.

En el descanso Mourinho hace al Betis el favor de retirar a sus dos interiores e introducir a Kaká y Modric. El Betis se mete definitivamente atrás y el Madrid sólo sabe colgar balones, incluso en faltas lejanas. El buen partido por arriba de portero y defensas béticos resuelve ese tipo de juego. Los problemas físicos obligan a Mel primero a meter a Molina por Juan Carlos y desplazar para ello a Castro a la izquierda; luego Nacho entra como lateral a pie cambiado, y finalmente Nosa ocupa el sitio de Beñat, que pasa al de Salva. Molina da más salida al equipo y el Betis puede incluso sentenciar, aunque los sucesivos barullos en el área bética traen también ocasiones claras, salvadas por el portero y la suerte. Ramos acaba arriba à la Alexanco.

Jugador por jugador
Adrián: Gran partido, incluida una parada casi milagorsa en un remate a quemarropa al final. Sin embargo, sigue con ciertos problemas a la hora de medir las salidas por arriba y, sobre todo, por abajo; en estas suele salir tarde.
Ángel: Le tocó uno de los cocos y, con ayuda de Agra, tiró de veteranía para controlarlo pese a su evidente inferioridad física. Curiosamente Coentrão sí se le escapó un par de veces.
Amaya: Favorecido mucho por el sistema del Betis y por el juego frontal y primitivo del Madrid, hizo un partido enorme por alto y bueno por bajo.
Dorado: Intervino mucho menos que Amaya pero estuvo correcto e inteligente. No es poco dadas las circunstancias.
Álex Martínez: Tal vez Di María no esté en su mejor forma, pero lo cierto es que lo controló perfectamente e incluso se permitió alguna buena ayuda al centro.
Cañas: Bien sin balón, pero peleado con él.
Beñat: El modo de jugar de esta temporada, hoy acentuado, lo obliga a arriesgar mucho en largo, con las pérdidas consiguientes pero con aciertos tremendos. Metió un golazo.
Agra: En partidos como el de hoy lucen sus virtudes –velocidad y pelea–, pero con balón es limitado.
Salva Sevilla: En un mal partido para su estilo, se notó su escasa presencia física, aunque con balón lo hizo bien. En defensa erró al irse demasiado claramente hacia uno de los rivales y dejar así una salida demasiado limpia a Ramos: los hombres que hacen el dos para tres (hoy Castro y él) deben tratar de bascular, provocar riesgos al rival y obstaculizar en lo posible esa salida.
Juan Carlos: Buen partido tanto en ataque (fue una de las pocas vías de llegada) como en defensa, aunque en esto lo tenía fácil.
Castro: Inteligente como siempre, trabajó lo que pudo en una posición complicada y lo alejaron de la portería contraria al final.

Jorge Molina: Jugó bien de espaldas para desahogar al equipo.
Nacho: Mantuvo su lugar aunque apenas hubo de intervenir.
Nosa: Metió una fuerza muy necesaria a esas alturas, aunque su ingenuidad pudo costar cara.

El detalle
Tras el ridículo del Pizjuán Mel ha preparado por fin una jugada para el saque inicial, aunque el Betis ya había cometido anteriormente este mismo año el absurdo de que tal saque acabase en su portero. Muy a la española, los problemas solo se arreglan tras un desastre.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sevilla 5 - Betis 1 (12ª jornada de Liga de Primera División)

SEVILLA F.C. (5): Palop: Cicinho, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Maduro (Javi Hervás, m. 77); Navas, Medel, Rakitic, Reyes (Perotti, m. 64); y Negredo (Baba, m. 82). 
BETIS (1): Adrián; Nélson, Paulão, Mario (Amaya, m. 47), Álex Martínez; Cañas (Jonathan Pereira, m. 26), Rubén Pérez; Beñat; Pozuelo, Rubén Castro y Juan Carlos (Salva Sevilla, m. 72). 
Goles: 1-0, m. 1: Reyes. 2-0, m. 5: Fazio. 3-0, m. 32: Reyes. 4-0, m. 43: Fazio. 4-1, m. 65: Rubén Castro. 5-1, m. 91: Rakitic.
Árbitro: F. Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró tarjetas amarillas a Spahic, Paulão, Pozuelo, Palop y Medel. Expulsó a Rubén Pérez por doble amarilla (m. 61). 
Incidencias: Ell estadio Ramón Sánchez-Pizjuán quedó lejos del lleno.

La óperas suelen comenzar con una obertura en la que se resume musicalmente su argumento, al hacer aparecer los temas que luego caracterizarán a los personajes y estados de ánimo de la obra. La primera jugada del partido de esta noche ha sido la obertura perfecta para el infamante primer tiempo que ha ofrecido el Betis.

Primera parte
Mel pone en cancha un equipo físico y defensivo, en el usual 4-2-1-3 con doble pivote formado esta vez por Cañas y Pérez, Beñat por delante, Pozuelo y Juan Carlos en las bandas y Castro arriba. Pérez tenía la misión de hacer ayudas en la banda de Cicinho y Navas. El Sevilla opone un equipo igualmente físico: su 4-1-4-1 de los últimos tiempos con Maduro de pivote central, Medel y Rakitic como interiores, Navas y Reyes en las bandas y Negredo solo arriba.

Todas las preparaciones y razonamientos tácticos se vienen abajo ante una mera cuestión de actitud. La primera jugada resume la falta de agresividad y concentración con las que el Betis jamás puede encarar un partido como este: absurdos pases atrás tras el saque inicial (como ya ocurriese y avisamos aquí hace poco) en los que obvia alguna ocasión sencilla de jugar hacia delante y se pasa la bola (Nélson) a la pierna mala del portero, grave error de este por desconcentración, y gol en tiempo récord, con el efecto secundario de revivir a un cadáver futbolístico, Reyes. Lo peor estaba por llegar: cierto es que el equipo tenía de natural poca salida, pues en corto apenas cabía jugar hacia Beñat, naturalmente encimado por el Sevilla, y en largo la insultante diferencia de centímetros entre los delanteros béticos y los centrales sevillistas hacía del juego aéreo una misión imposible; pero igualmente cierto es que el Sevilla (bien cerrada, justo es reconocerlo, su banda derecha), con tipos tan incapaces para la elaboración como Fazio, Spahic, Navarro, Maduro y Medel, tenía a priori tan poco juego como el Betis. Todo fue cuestión de actitud: los sevillistas, infinitamente más concentrados, encimaban, robaban arriba y salían rápido; se jugaba casi siempre en el campo bético. Cayó el segundo antes de los cinco minutos y cayeron cuatro en esa parte como pudieron caer varios más (Negredo a puerta vacía, remates de cabeza, rechaces de Adrián...).

Mediado ese primer tiempo, aún con 2-0, Mel cambia de plan para intentar revertir el marcador. Retira a Cañas, retrasa a Beñat, centra a Pozuelo y mete a Pereira en la banda derecha; sabida la poca aportación habitual de este, habría parecido más lógico meter a Molina o, si la idea era jugársela a lo que hicieran los pequeños, meter a Pereira por dentro. También parchea Mel la desastrosa defensa a balón parado planteada hasta entonces, y empareja por fin a balón parado a Paulão con Fazio, blanco una y otra vez de los balones altos de Rakitic –en uno de ellos, tras un descarado aclarado, llegó a saltar ¡con Álex Martínez!–. El Betis toca algo mejor el balón por el centro, demostrando que sus jugadores tienen tanto fútbol (en el sentido de la palabra que todos conocemos) como su rival, pero sigue blandeando y evidenciando que el verdadero fútbol no es sólo eso. Otros dos errores de concentración dejan un marcador vergonzoso que pudo ser peor a esas alturas. El Betis no había hecho un solo tiro limpio entre palos.

Segunda parte
La previsiblemente histórica bronca del descanso iguala el partido. El Betis incluso tira una vez a puerta y marca. La expulsión de Pérez cierra cualquier posibilidad de reacción. El Sevilla, triste es reconocerlo, se apiada del Betis. Antes del quinto gol final Mel había cambiado de banda a Pereira para que Pozuelo ocupase la derecha y Salva diese alguna consistencia y toque por el centro.

Jugador por jugador
Adrián: Su exceso de relajación con los pies, ya detectable antes de este encuentro, le ha acabado por arruinar lo mucho bueno hecho jornadas atrás. A partir de la jugada inicial estuvo indeciso y dejó varios despejes muertos peligrosísimos. Ya ha pasado a la historia del club; pese a ello tal vez no pierda el puesto.
Nélson: Salió al partido embebido del ambiente de fiesta de la semana, y así cometió uno tras otro errores impresentables en un defensa, señaladamente en el 3-0.
Paulão: De lo poquito salvable. En general mantuvo a raya a Negredo y tapó como pudo la posición de Nélson, que lo deja abandonado con demasiado campo abierto para sus condiciones. Cuando esté Mario en el campo ese perfil ha de ser para él.
Mario: No salió en las fotos de los goles pero tampoco supo dar el paso adelante que requería el partido; para empezar, en el 2-0, en el que rompió el fuera de juego.
Álex Martínez: Como tantos, jugó aseadamente el balón y no dio una patada ni se anticipó casi nunca, aunque antes del partido firmase haber mantenido el tipo ante Navas.
Cañas: Engullido por la presión de Medel y compañía, jugó poco y cortó menos. Su salida tampoco mejoró las cosas.
Rubén Pérez: En la primera jugada perdió la ocasión de sacar la pelota limpia y ahí empezó la debacle; luego sí lo supo hacer. Ayudó mucho en la banda izquierda. Fue de lo mejorcito, si lo hubo.
Beñat: Obligado en la primera media hora a jugar de espaldas, bastante tuvo con mantener la posesión, pero no progresó nunca. Luego la tocó mucho y bien, pero era tarde.
Pozuelo: Apareció más por dentro que por fuera. La tocó bien en zonas inocuas pero nunca llevó el balón arriba.
Juan Carlos: Corrió más para atrás que para delante.
Rubén Castro: En inferioridad numérica, no le llegó casi nada potable. Golito.

Pereira: Sólo dio señales de vida, y pocas, en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. El resto del tiempo fue una nulidad ofensiva.
Amaya: Cuando salió el partido era ya otro. Cumplió.
Salva: Empujó al equipo hacia arriba, con los consecuentes riesgos, pero poco más cabía.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Betis 1 - Granada 2 (11ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adrián: Nélson (Ángel, m. 87), Paulão, Perquis, Álex Martínez; Beñat, Cañas; Rubén Castro, Salva Sevilla (Pereira, m. 49), Juan Carlos (Nosa, m. 81); y Jorge Molina.
GRANADA (2): Toño; Nyom, Diakhaté, Borja Gómez, Brayan Angulo; Iriney, Mikel Rico; Torje (Orellana, m. 69), Brahimi (Juanma Ortiz, m. 76), Dani Benítez; y El Arabi (Floro Flores, m. 87).
Goles: 0-1, m. 8, Torje; 1-1, m. 62, Rubén Castro; 1-2, m. 73, Mikel Rico.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Colegio vasco). Mostró amarilla a Paulão, por el Betis; y a Bryan Angulo, Borja Gómez, Diakhaté y Juanma Ortiz, por el Granada. Enseñó muchas tarjetas por pérdida de tiempo, incluso a un recogepelotas (¿!), pero luego descontó muy poco tiempo.
Incidencias: 35.737 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones.

El Betis jugó ayer, ante un buen Granada, un partido irregular que no obstante tiene lecturas positivas. En el balance general el encuentro estuvo igualado, como tantos otros de esta temporada, y se decantó por detalles.

Primeros diez minutos
Ambos equipos parten con esquemas e intenciones similares: 4-2-3-1 en ataque y 4-4-2 defensivo, con presión y línea de defensas relativamente adelantada, pero construyendo el esquema siempre de atrás adelante: con balón en posesión del rival los dos hombres de arriba cierran la salida de los centrales y el mediocentro retrasado del rival, por tanto en inferioridad numérica, y a cambio los centrales propios quedan en dos contra uno ante el punta enemigo. En el Betis Salva es de nuevo el mediapunta. El Granada encuentra muy pronto el gol.

Entre el minuto diez y el cincuenta
El Granada hace de Betis 2012/2013: se siente a gusto sin balón y busca el juego directo y el contragolpe rápido, sobre todo por la banda de Benítez; en defensa su presión es elástica y bien organizada. Mel mueve piezas: cambia a Juan Carlos de banda (¿para que ayudara a Nélson con Benítez?), mete arriba a Castro, en general incluso por delante de Molina, y Salva queda como interior izquierdo.

El Betis intenta sacar el balón con tres atrás: bien Beñat o bien (casi siempre) Cañas se meten entre los centrales, que se abren –la llamada salida lavolpiana–, y logran así superioridad ante Brahimi y El Arabi. Pero Sevilla comete de nuevo el error de Getafe, pues viene muy atrás a recibir y así: estropea esa salida y facilita la presión al juntarse con el compañero libre; impide un buen escalonamiento ofensivo; y deja al equipo sin fútbol en tres cuartos, pues demasiados jugadores están tras el balón. Como además Beñat está muy marcado, por el buen trabajo de Rico e Iriney, el Betis pasa problemas para llegar arriba.

 Minuto 13: Salva atrae a Iriney y estropea el tres contra dos [pinchen para ampliar]

 Minuto 46: Salva elimina de la jugada ofensiva a Cañas y Perquis al iniciarla en pase vertical con ellos por detrás. Arriba queda un dos contra cuatro [pinchen para ampliar]

Entre el minuto cincuenta y el ochenta
Mel mete a Pereira por Salva y lo manda a la banda derecha, devolviendo a Juan Carlos a la suya natural. Pereira se mueve por fuera y también por dentro cerca de Rico; los mediocentros béticos aprietan asumiendo riesgos e intercambian posiciones: como Iriney se sitúa cerca de sus centrales para ayudarlos en su dos contra dos, Beñat, echado a la izquierda, juega más libre. El Betis se impone claramente, supera con facilidad la menguante presión granadina y llega casi en oleadas, peligrosísimo en especial a balón parado. El Granada llega esporádicamente pero (cosas del juego del contraataque) con cierto peligro. En el intercambio de ocasiones, muchas más del Betis, cae un gol de cada lado.

Últimos diez minutos
Nosa y Ángel entran por Juan Carlos y Nélson, ambos con problemas físicos; el africano se sitúa en paralelo con Beñat, formando ya un 3-4-3 ofensivo con Cañas atrás alineado con los centrales; pero el Betis pierde fuelle, el Granada congela el partido a base de pérdidas de tiempo, y hay poco más.

Jugador por jugador
Adrián: Falló en el primer gol, en el que tuvo miedo al choque, y luego le pudieron los nervios.
Nélson: Jugó prácticamente de centrocampista, lo que permitió a Benítez alegrías ofensivas. Mal día.
Paulão: La posición de Nélson y el resultado lo obligaron a jugar a campo abierto, donde hizo más faltas de las habituales. Por arriba, imperial.
Perquis: Excelente partido. Estuvo anticipativo pero siempre midió bien, empujó muchísimo, con una enorme presencia en el partido, la sacó con limpieza e incluso estuvo cerca de marcar. El Betis tiene laterales largos y tres buenos centrales, tan buenos que tal vez valdría la pena jugar a veces con defensa impar (de tres y carrileros): hoy no la hace casi nadie, así que los rivales se sentirían como un tenista que juega contra un zurdo.
Álex Martínez: El equipo cargó poco el juego por su lado, y aun así dio el gol. Mala actitud defensiva en el 1-2.
Cañas: En general bien situado, hizo un partido aceptable aunque se le atragantara a ratos la presión rival. En la fase buena del partido adelantó acertadamente la presión bética.
Beñat: Aunque decayó muy al final (aún no parece estar en plenitud física) y tuvo alguna pérdida inhabitual en él, hizo en general un buen partido, incluso para las miradas tan exigentes que se dirigen ahora a su juego. Durante la media hora central del segundo tiempo gobernó el partido de modo indiscutible, y estuvo excelente a balón parado: es difícil explicarse que muchos córneres los saque Juan Carlos.
Salva Sevilla: En lugar de romper líneas y jugar entre ellas, se empeñó otra vez en venir a recibir para jugar de cara, como mediocentro, y de ese modo, aun tocándola bien, estorbó a Perquis, desconectó a sus delanteros y perdió llegada arriba. Cuando se fue, el partido cambió a mejor para el Betis.
Rubén Castro: Metió un gol poco estético pero de delantero caro. Buenos movimientos además en la mediapunta.
Molina: Peleó muchas veces contra dos; sin demasiada suerte, pero abrió espacios.
Juan Carlos: Otra vez buen trabajo y llegada por banda, pero sin acierto en los metros finales.

Pereira: Sin hacer gran cosa estiró al Granada y con él llegaron los mejores minutos del Betis.
Nosa: Casi sin tiempo, metió fuerza. A esas alturas al vez era más lógica su presencia por Cañas.
Ángel: Sin tiempo, sin casi.

martes, 6 de noviembre de 2012

Getafe 2 - Betis 4 (10ª jornada de Liga de Primera División)

GETAFE (2): Moyà; Valera, Rafa, Alexis, Miguel Torres; Xavi Torres, Juan Rodríguez (Colunga, m. 66); Pedro León, Barrada, Diego Castro; y Álvaro (Paco Alcácer, m. 65).
BETIS (4): Adrián; Nélson, Paulão, Perquis, Álex Martínez; Cañas, Beñat (Rubén Pérez, m. 75); Campbell (Jorge Molina, m. 56), Salva Sevilla, Juan Carlos (Nacho, m. 78); y Rubén Castro.
Goles: 0-1, m. 60: Jorge Molina. 1-1, m. 67: Diego Castro. 1-2, m. 74: Beñat. 1-3, m. 75: Rubén Castro. 2-3, m. 89: Pedro León. 2-4, m. 93: Salva Sevilla.
Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a los béticos Beñat, Cañas, Adrián y Rubén Castro, y a los locales Barrada y Xavi Torres.

Extraño ha sido el partido del Betis hoy en Getafe: se mete en Champions y ha goleado a un buen equipo, pero ha jugado mal al fútbol. El partido tiene mucha miga táctica y dará para mucha discusión en torno a Mel; en su haber tiene la competitividad del equipo, que es muy bueno en las áreas, y los cambios; en el debe graves errores tácticos en la elaboración del juego: una comparación con la victoria copera de hace medio año en el mismo estadio nos muestra claramente las diferencias entre este y aquel Betis. Hoy juega más feo pero también gana, porque sus defensas y sus delanteros aciertan (llámese pegada, suerte –cuatro ocasiones, cuatro goles– o simplemente calidad individual –algo tendrá que ver Stosic–), y porque el juego de contraataque elegido por Mel te da menos ocasiones de gol, pero esas pocas suelen ser más claras.

Primera hora de juego
Betis y Getafe se plantan en el campo con un 4-2-3-1 (llámese 4-3-3 con doble pivote, 4-4-1-1 o como se desee) y con intenciones parecidas: esperar al rival ni muy arriba ni muy abajo, robar en el centro y salir rápido a la contra. Sin embargo el Betis comete dos errores graves:

- En defensa no aprovecha adecuadamente una debilidad manifiesta del rival: juega sin un solo zurdo, cuestión que invitaba a tabicar su banda derecha y permitir la salida por el lado de Miguel Torres y Diego Castro, incapaces de progresar y abocados una y otra vez a devolver la pelota al centro. Por el contrario, el Betis (¿quién hizo el scouting previo al partido?) bascula defensivamente por igual a ambos costados, de modo que tolera cambios de juego con espacio hacia la banda buena del Getafe, la de Pedro León, que luce una y otra vez su magnífico toque de balón. El excelente desempeño de la defensa y el portero bético salva las sucesivas situaciones de peligro, a balón parado y movido.

- En ataque Salva Sevilla viene a recibir muy cerca de Beñat y Cañas, incluso a veces por detrás del vasco, al que obliga por tanto en ocasiones incluso a jugar por delante de él. Las rápidas y brillantes combinaciones a un toque entre ellos quedan en nada porque no hay nadie más dispuesto a recibir: sólo hay tres jugadores por delante del balón, los extremos y Rubén Castro, en inferioridad numérica y además en posiciones fijas.

En consecuencia el partido repite una y otra vez la misma secuencia: el Betis la toca inocuamente en el centro hasta que la pìerde por falta de salida, y el Getafe descarga tras el robo hacia la banda derecha, donde León elige tiro o pase. Afortunadamente para el Betis Adrián y sus cuatro defensas solventan la consecuente sucesión de tiros, córneres, faltas y balones cruzados.

Última media hora
Tras la entrada de Molina Rubén se tira a la banda derecha. Por fin Sevilla se decide a pedirla entre líneas, de espaldas al portero del Getafe, y a la primera acierta. Luis García se la juega: cambia delantero y luego retira a Rodríguez y mete a Colunga por la izquierda para centrar a Diego Castro, dejando solo como mediocentro a un enorme Xavi Torres. El partido se vuelve loco: a una genialidad de Alcácer le sigue otra aún mejor de Beñat y un golazo de Rubén Castro. Muy al final llegan dos goles, por suerte anecdóticos.

Jugador por jugador
Adrián: El de hoy era un buen partido para valorarlo, pasada la sobreexcitación de los primeros días, y se ha graduado con honores. Está tranquilísimo (sobre todo, casi demasiado, con los pies), muy atento a las salidas y valiente. Y sobre todo paró mucho y controló todas las situaciones, salvo los goles, imparables. Por buscarle un pequeño defecto: lo para casi todo con la mano derecha, y tiene dos.
Nélson: Aunque patinó en un par de jugadas por no ser más contundente (como en el 2-3), mostró en general una concentración defensiva impropia del jugador que conocimos años atrás. Con esta actitud, unida a sus condiciones físicas y técnicas –indiscutibles–, es de largo el mejor lateral de la plantilla.
Paulão: En su línea, que es mucho. Muy inteligente en colocación y siempre seguro por alto.
Perquis: De notable alto. Estuvo más anticipativo y participativo que nunca, y apenas erró un par de veces.
Álex Martínez: Rapidísimo de movimientos, le tocó marcar al mejor del rival y lo contuvo bien, ayudado por que las condiciones de éste (relativamente lento, pero de buen toque) eran apropiadas para su modo de marcar.
Cañas: Buen partido defensivo, en el que ocupó mucho campo; y aseado con balón.
Beñat: En la primera parte estuvo muy desacertado en lo suyo, el pase, pero es que la falta de movilidad horizontal (cruces de izquierda a derecha) de sus compañeros lo ayudó muy poco. Metió un golazo monumental.
Campbell: Estuvo peleón y tuvo muy buena actitud, pero da la sensación de que juega muy fuera de su sitio: alejado de la portería y a pierna cambiada.
Salva Sevilla: Mal, pese a su gol y a la fluidez de toque que dio. Se equivocó por completo en la ubicación ofensiva; no se movió de una parcela de veinte por veinte metros, pues defendió como delantero y atacó como mediocentro, llegando al absurdo de pedirle la pelota al pie a ¡Beñat!, esto es, el mismo error que criticábamos en Valladolid a Nosa y el vasco respecto a sus centrales: una cosa es obligar a tus defensas a arriesgar el pase sin gente detrás y otra iniciar cada jugada con siete por detrás del balón. Cuando se decidió a adelantarse diez metros el Betis ganó el partido.
Juan Carlos: Muchas sombras, porque en ataque casi no dio una a derechas, y dos luces importantes: un enorme recorrido (este sistema obliga a los extremos a llegar arriba y a perseguir además al lateral) y un buen pase en el 1-3.
Rubén Castro: El 4-3-3 inicial con Salva tan alejado lo obligó a hacer simultáneamente de delantero y de mediapunta, un imposible. Cuando se tiró (teóricamente) a la banda encontró un socio en Molina y ahí sí pudo hacer lo que amagaba.

Molina: Gol importante y buen juego de espaldas. En la jugada del 2-4 esperaba el pase en fuera de juego (¡?).
Rubén Pérez: Hizo bien de segundo Cañas, especialmente con balón.
Nacho: Volvió a salir para relevar al asfixiado Juan Carlos, y lo hizo con acierto.

El detalle
Como siempre, mucho bético y mucho plástico (antes cemento) en las gradas del Alfonso Pérez; el Getafe está en Primera porque es de Madrid.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Valladolid 1 - Betis 0 (Dieciseisavos de final de Copa del Rey)

VALLADOLID (1): Jaime; Rukavina, Rueda, Marc Valiente (Sereno, m. 46), Peña; Baraja, Neira; Rubén Peña, Lolo (Balenziaga, m. 66), Bueno; y Manucho (Javi Guerra, m. 72).
BETIS (0): Casto; Ángel, Paulão, Perquis, Nacho; Cañas (Beñat, m. 21), Nosa; Jonathan Pereira, Salva Sevilla (Juan Carlos, m. 46), Agra (Rubén Castro, m. 73); y Jorge Molina.
Gol: 1-0, m. 39: Bueno.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Expulsó a Sereno en el minuto 63 por agresión a Perquis. Amonestó a Paulão, Lolo, Neira, Baraja, Balenziaga y Rubén Peña.
Incidencias: Estadio Nuevo José Zorrilla. Unos quince mil espectadores. Partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

Buena primera parte y mala segunda ha hecho hoy el Betis en una ventosa tarde en Valladolid. El equipo no ha aprovechado un arbitraje favorable y vuelve a Sevilla con un resultado problemático para la vuelta.

Primeros veintiún minutos
Mel pone en liza un equipo competitivo aunque con bastante gente poco habitual. De nuevo usa el 4-2-3-1 con Salva de mediapunta, Pereira y Agra a su derecha e izquierda, respectivamente, y un doble pivote con más físico que técnica. El Valladolid propone un esquema similar pero con más énfasis en la posesión de balón; con éste en poder vallisoletano Molina y Salva tratan de contener a los centrales y el mediocentro más atrasado, como es habitual, pero los locales mueven bien la pelota y encuentran los espacios en la medular bética y, sobre todo, en la banda de Ángel. El Betis, además, pasa apuros para sacar el balón.

Desde el cambio de Cañas (min. 21) hasta la expulsión de Sereno (min. 63)
La entrada de Beñat, acertadísimo en sus primeros minutos, cambia por completo la cara del partido. Ahora es el Betis, con viento favorable por cierto, el que tiene el balón, pues el vasco elude con facilidad el dos contra tres de Manucho y su mediapunta contra él y los centrales béticos, y la posición de Nosa, algo más adelantado en ataque, hace daño. El desacierto en el último pase y en el remate priva al Betis de ponerse por delante, pero el trío interior escalonado Beñat-Nosa-Salva genera mucho fútbol, tal vez un poco a costa de la solidez defensiva.

En el descanso Mel vuelve al sistema de dos extremos: introduce a Juan Carlos, izquierdo, por Salva, pasando a Agra a la derecha y a Pereira a la doble punta. Los visitantes van perdiendo fuelle y fútbol con el paso de los minutos.

Última media hora
Cuando el partido estaba más insulso una extraña jugada deja al Valladolid con diez. Los locales montan un 4-4-1. Naturalmente el Betis desde entonces la tiene más (aunque tampoco monopoliza la posesión), pero comete un error absurdo y ya recurrente: Beñat y Nosa vienen a recibir el balón muy cerca de sus defensas, por el centro, en general incluso por detrás del delantero del Valladolid; a veces lo hacen incluso ambos simultáneamente, y además casi nunca buscan jugar la bola a la subida de uno de sus abiertos centrales. De ese modo anulan ofensivamente a Paulão y Perquis, meros espectadores del juego, y deshacen la superioridad numérica: los mediocentros locales están cómodos porque nadie la busca entre líneas, y menos aún porque el Betis ya no tiene mediapunta. Las únicas llegadas béticas se producen por pelotazos diagonales directos a los extremos de Beñat, precipitados pero, por cierto, bastante precisos.

En este tramo de partido el Betis demuestra que ha olvidado los mecanismos de toque paciente por dentro y de presión adelantada del año pasado, y que cuando ha de tomar la iniciativa no sabe cambiar el guion: ni siquiera intenta acogotar al rival en su área, y el encuentro acaba con jugadas tan absurdas como pelotazos verticales desde su defensa de Nosa, que debiera haber estado cuarenta metros más arriba a esas alturas.

Jugador por jugador
Casto: Mal en un par de balones cruzados, el del gol (le pilló tal vez demasiado vencido al primer palo) y otro en la segunda parte. Tuvo poco trabajo.
Ángel: Notó la inactividad: mala primera parte, en la que le cogieron varias veces la espalda, que es lo último que uno espera de un lateral experto. Mejoró en la segunda.
Paulão: De lo mejorcito, aunque se pasó de prudente en la jugada del gol, en la que permitió centrar con demasiado tiempo y espacio.
Perquis: Muy buen partido, en un buen punto entre colocación y agresividad.
Nacho: Comenzó con empuje y buen trato de balón, aunque se diluyó con los minutos.
Cañas: El poco rato que jugó estuvo muy bien valiente en defensa (tanto que le costó la lesión) y muy fallón en ataque.
Nosa: Muy buena primera parte, la mejor desde que llegó, en la que robó muchos balones, ocupó mucho campo (en paralelo con el otro mediocentro cuando el Valladolid atacaba en estático, y algo más adelantado el resto del tiempo) y tuvo llegada a los tres cuartos. En la segunda parte, como el resto del equipo, fue perdiendo fuelle y acabó errado en la ubicación, sin que, parece, nadie le corrigiese. Debe arriesgar menos de espaldas a la portería rival cuando le presionan cerca de su área en la salida de ataque.
Pereira: Muy en su línea, fue casi nada a noventa minutos; y ese casi nada fue que casi mete un gol.
Salva: Desacertado pese a jugar en su zona natural; pedirle tres buenos partidos tan seguidos ha sido un exceso de optimismo.
Agra: Sigue sin levantar la cabeza, y así es difícil acabar bien sus arrancadas por más que le salgan los regates.
Molina: Día espeso; en su descargo, que peleó en la primera parte contra dos y que luego tuvo escaso suministro.

Beñat: Arranque brillante, y luego luces y sombras, pues se equivocó en algunas jugadas pero su precisión de toque le salvó muchas.
Juan Carlos: Su rendimiento ofensivo decae partido a partido.
Castro: Como siempre, tuvo muy peligrosas intenciones ante el marco rival, y anduvo cerca de su objetivo. Cuando vuelva a tener una pizca de suerte volverá a meter sus goles.

El detalle
En el fútbol, como en la vida, hay cosas difíciles de solucionar porque al arreglarlas se desarreglan otras (la manta pequeña), pero algunas, pocas, se pueden mejorar sin contrapartidas. Hoy a Agra se le ha escapado un córner por la derecha debido al arco del efecto del balón. ¿Qué trabajo costará a los jugadores del Betis poner –en el cuarto de círculo de la esquina– la pelota pegada a la banda en lugar de a la línea de fondo?