domingo, 29 de abril de 2012

Betis 2 - Atlético de Madrid 2 (36ª jornada de Primera División)

Betis (2): Fabricio; Nélson, Paulão, Amaya, Nacho; Iriney, Matilla (Beñat, m. 46); Rubén Castro, Salva Sevilla (Pereira, m. 53), Jefferson Montero; y Santa Cruz (Pozuelo, m. 75).
Atlético de Madrid (2): Courtois; Juanfran, Godín, Domínguez, Filipe Luís; Tiago, Gabi; Salvio (Turan, m. 78), Diego (Koke, m. 58), Adrián; y Falcao.
Goles: 0-1: min.63, Koke. 1-1: min. 85, Pozuelo. 2-1: min. 88, Pereira. 2-2: min. 94, Falcao.
Árbitro: J. Antonio Teixeira Vitienes (Colegio cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Salvio, Tiago, Matilla, Pereira e Iriney.


El Betis se ha quedado en el mismísimo umbral de la permanencia matemática tras un extraño partido, de muy baja calidad en un ochenta por ciento de su transcurso, compensado con un frenético tramo final.

Primera hora de juego

Los dos entrenadores plantearon el partido inicialmente de forma similar: defensas moderadamente adelantadas, presión sólo a partir del centro del campo, y esquema 4-2-3-1 con un mediapunta jugón pero atrasado (Diego en el Atlético, Salva en el Betis), tanque arriba y un segundo delantero tirado a una banda como extremo (Castro en el derecho del Betis, Adrián en el izquierdo del Atlético). Sin embargo, el ritmo físico de unos y otros es muy diferente: los béticos parecen en esta fase del partido un equipo de veteranos frente a unos jóvenes; hasta que el tramo final desveló el misterio, era difícil saber si esa falta de ritmo se debía bien a la falta de motivación –difícil de justificar cuando el equipo aún necesitaba al menos un punto para no meterse en apuros graves y probables respecto al descenso–, bien a los excesos de la semana de Feria o bien a las limitaciones naturales de algunos jugadores, particularmente patentes en casos como los de Salva, Matilla, Santa Cruz o Nacho.

Conformista, empujado atrás, con problemas defensivos por las bandas (por la izquierda por los que Salvio causó a Nacho y por la derecha por las subidas de Filipe Luís, mal seguidas por Salva o Montero) y sin la menor llegada arriba al contrataque –llamemos así a jugadas de tres contra siete– por la citada falta de empuje físico de Salva o Matilla, el Betis fue perdiendo metros con el paso de los minutos y el Atlético llegaba cada vez com mayor claridad. El partido tenía muy baja calidad, y en algunas jugadas se produjeron intercambios de errores en uno y otro equipo casi grotescos.

Inicialmente la tendencia de Castro hacia el centro permite a Nélson, mal seguido, subir muy arriba, casi hasta el extremo. Mel trató inútilmente, sobre la media hora, de cambiar la dinámica del partido desplazando a Salva a la izquierda para mandar a Montero a la banda derecha y centrar a Castro arriba, atrasando un poco a Santa Cruz. Bien cerrado el ecuatoriano con ayudas en ambos perfiles, el Betis nunca llegó arriba.

Tras el 0-1
Mel saca a Matilla y Salva e introduce, ya antes del gol, a Beñat y a Pereira, éste extremo izquierdo primero y derecho luego. Después de muchas llegadas claras por las bandas, el Atlético logra marcar. Entonces el Betis demuestra que tenía muchas más fuerzas de las que mostraba: Iriney (desapercibido hasta entonces en la segunda parte) toca el cornetín, la presión se adelanta y el Atlético, cansado, se deja meter en un correcalles que no le convenía, además con más ocasiones para el Betis que para los visitantes, cuyo centro del campo desaparece. Beñat se siente a gusto, el Betis mete muchísima velocidad por los costados y llegan dos goles. El desmesurado descuento de Teixeira II permite empatar al Atlético sobre la campana.

Jugador por jugador

Fabricio: Aunque tuvo alguna indecisión un tanto absurda (como un salto antes de tiempo en la primera parte), salvó bastante de lo muchísimo que le llegó. Cometió un penalti soft en una salida ante Falcao.
Nélson: Llevó al extremo su típico juego alocado. En su haber, tener controlado a Adrián y tratrar de meter al partido el ritmo que sus compañeros le negaban; en su debe, errores con el balón impropios de un jugador de Primera División.
Paulão: Ha bajado su rendimiento respecto a partidos anteriores, aunque aun así aprueba. Tras el 0-1 dio un paso adelante.

Amaya: Partido muy serio y con mucho trabajo. Pese a salir (y quieto) en las fotos de los goles, fue el mejor de la defensa.
Nacho: Estuvo valiente, aunque pasó apuros ante la velocidad de Salvio.
Iriney: Empujó mucho, aunque sólo a ráfagas. Erró en la marca en el 0-1. Con balón, muchos aciertos y algunos errores graves.
Matilla: Ritmo cansino con y sin balón. Otra vez Mel tuvo que señalarlo.
Montero: Se le vio falto de chispa hasta el 0-1, pero acabó pletórico, señal de que antes pudo pero no quiso.
Salva: Cuando está en buena forma el ritmo físico le llega justito para Primera; hoy estaba en muy baja forma. Defiende como un delantero pero ataca como un centrocampista, restando así un atacante por delante de la pelota.
Castro: Listísimo siempre, prácticamente no le llegó ningún juego hasta la fase final.
Santa Cruz: Como es habitual, jugó con mucha clase en la mediapunta, bajó muchas y se metió bastante atrás para defender por posición, sin apenas presionar. Al inicio fue primer punta, con caídas a la banda izquierda.

Beñat:
Empezó tan despistado como Matilla, pero cuando el partido entró en el intercambio de golpes, mal marcado, mandó a placer.
Jonathan Pereira: Su rapidez vino muy bien. Tiene gol y eso vale dinero.
Pozuelo: Su dinamismo hizo mucho bien al equipo, para la presión y para el ataque. Buen gol.

viernes, 27 de abril de 2012

Valencia 4 - Betis 0 (35ª jornada de Liga de Primera División)

El autor de este blog desea ante todo pedir disculpas por no haber advertido de antemano del retraso en la publicación del post correspondiente al Valencia-Betis. Un viaje profesional le impidió verlo en directo.

Visto ya en diferido –un plato esta vez bastante indigesto, y no solo por el resultado– el partido apenas merece un par de comentarios:

a) Sin tensión no hay forma de competir, más allá de sistemas y cuestiones tácticas. El Betis no supo aprovechar la blandura y falta de ritmo del Valencia porque fue aún más blando y lento que los valencianos. La falta de concentración fue patente en muchos jugadores, con mención especial para Paulão. Otros muchos, como Beñat o Pereira, estuvieron muy desacertados.

b) Ahora que el equipo tiene dos registros defensivos (los famosos planes A y B), creemos que Mel debería modular la posición del bloque en función del rival. Sin embargo cometió el mismo error que en Málaga, salvado entonces por la suerte. Explicaremos un poco esto.

El Real Madrid-Bayern del pasado miércoles es un buen ejemplo de cómo aprovechar un defecto recurrente en muchos equipos actuales de primer nivel: la falta de fondistas en el centro del campo que aguanten un ritmo físico fuerte y sostenido, esto es, de volantes (o interiores) de largo recorrido. Mourinho juega habitualmente con cuatro delanteros natos y, tras ellos, Alonso –un jugador de calidad y buena colocación, pero de recorrido limitado–,  y Khedira, que tiene movimientos y tipo de central, o a lo sumo de cinco argentino. Semejante problema tiene el Sevilla desde que se marchó Keita, o el once inicial del Málaga hace pocas semanas ante el Betis (De Michelis de tapón y cinco jugadores de más clase que esfuerzo por delante). Tales equipos pueden acularse cerca de su área y tapar líneas de pase, pero no tienen apenas capacidad para presionar y recuperar la pelota lejos de su portería, a campo abierto: si el rival les esconde el balón la posesión puede acabar en porcentajes escandalosos, como los del Madrid y los alemanes hace unos días.

Ahora bien, si es tu equipo el que se acula atrás y regala la posesión a los así diseñados, el sufrimiento está asegurado. Pues bien, el sábado el Valencia presentó ante el Betis un equipo en el que –defensas aparte– apenas Feghouli tenía alguna capacidad para sostener un ritmo físico decente. El resto eran jugadores blandísimos (Parejo, Jonas), un delantero de clase recién salido de una larga lesión (y nos tememos que recién entrado en otra: Canales), el veteranísimo Albelda, que tira ya de poco más que oficio y patadas, y Soldado. Tal grupo de jugadores sólo puede hacer una presión fuerte (e insostenible para el partido completo) en un estado de sobreexcitación como el mostraron días después ante el Atlético, pero en condiciones normales sufrirá muchísimo si el rival le esconde la bola. Ni siquiera intentó tal cosa el Betis, y, como en Málaga, quedó entonces expuesto a la innegable calidad de esa alineación.

Tras la exagerada expulsión de Dorado hubo poco partido. Mel retiró a Pereira, desacertado, y dejó al equipo en un 4-3-2 sin extremo derecho, espacio que trataban de cerrar los hombres cercanos (Nélson, Beñat y Castro), pero que aprovechó mejor aún Canales para dar el 2-0. La entrada de Salva como interior izquierdo dejó un equipo algo más simétrico y junto, y mejoró la posesión.

domingo, 15 de abril de 2012

Betis 1 – Osasuna 0 (34ª jornada de Liga de Primera división)

BETIS (1): Fabricio; Nélson, Paulão, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat; Jefferson Montero (Matilla, m. 80), Roque Santa Cruz (Molina, m. 76), Pereira (Juanma, m. 64); y Rubén Castro.
OSASUNA (0): Andrés; Echaide (Lekic, 83), Miguel Flaño, Lolo, Damià; Puñal, Raoul Loe; Cejudo (Timor, m. 70), Raul García, Lamah (Ibra, 64); y Nino.

Gol: 1-0, m. 34: Rubén Castro.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Loe y Paulão. Expulsó en el minuto 61 a Raúl García con roja directa.Incidencias: 35.650 espectadores.


El Betis ha sellado hoy la permanencia en un partido de baja calidad cuyo único aliciente ha sido el valor de los puntos.

Primera parte
Y es que Betis y Osasuna –un equipo mejor tratado por la clasificación de lo que se ha merecido– no parecieron conscientes de ese valor y jugaron un encuentro de bajo ritmo. Ambos equipos se situaron con un 4-2-3-1. El planteamiento de Mendilibar decidió el terreno en el que se jugaría el partido: ante la baja de Nekounam opta por meter dos mediocentros de mejor físico que técnica; su mediapunta, Raúl García, es hombre del mismo corte, cerrando un triángulo interior de poca calidad. Así pues, trató de acercarse a la portería contraria mediante pelotazos largos que García –que buscaba a los bajitos béticos para emparejarse– trataba de peinar a Nino, y también presionaba arriba para intentar el contrataque inmediato al robo.

El Betis no defendió ni muy arriba ni muy abajo, ni con el plan A ni con el plan B, sino en una posición bastante convencional (bloque medio, que diría cierto famoso entrenador). Bastante atascado y empujado por la presión osasunista, se vio obligado a los pelotazos hacia Roque (mediapunta alto, como García) y a jugadas del corte de contraataques cuando superaba la presión. En una de esas, peligrosas por la escasa calidad de los centrales osasunistas y el excesivo espacio que debían cubrir, cayó el buen gol de Castro.

Mel permutó los extremos bastante pronto esta vez, cambiando a la izquierda a un Montero desacertado.

Primer cuarto de hora de la segunda parte
Muchos más accidentes y alternativas trajo la segunda mitad. Obligado a echarse arriba por el marcador, el Osasuna se abre; el Betis, que con Beñat cada vez más libre toca bien el balón, lo espera en el centro del campo y llega arriba con regularidad durante el primer cuarto de hora.

Segundo cuarto de hora de la segunda parte
Tras la expulsión de Raúl García, sin embargo, el equipo no comprende la situación y deja pasar los minutos de forma absurda, como ya ocurriese en otros partidos: deja de mirar a la portería contraria, la toca sin sentido y espera aún atrás al Osasuna –cediendo incluso un par de córneres–, de modo que los nervios van haciendo presa del equipo en superioridad numérica: lo que procedía, con media hora por delante, era pasar al bloque alto –el Betis no puede haber olvidado cómo presionar arriba, y con un hombre más esto trae pocos riesgos– y buscar la sentencia, no sólo por el valor en sí del gol sino para alejar al rival de tu portería.

Cuarto de hora final
Mel parecía comprender la situación: mete a Molina por un fundido Santa Cruz para mejorar la primera línea de presión; Osasuna (con Ibra echado ya al centro, prácticamente en un 4-3-2) pierde el balón y el Betis puede sentenciar durante cinco minutos. Entonces Mel desbarata el invento y mete a Matilla para armar un 4-1-4-1 (Juanma, Beñat, Matilla y Castro en línea), pero de inmediato el primero se lesiona y Matilla se ve obligado a desplazarse al extremo derecho en un 4-4-1, con el que el Betis aguanta bastante bien el balón hasta el final.

Jugador por jugador
Fabricio: Dio sensación de plena seguridad, pese a un par de jugadas de manos blandas. En todo caso, intervino muy poco. A veces retardó en exceso el balonazo largo, dando tiempo al rival a rodear a Roque.
Nélson: Flojo partido, poco activo en defensa y errado en la elección de jugada cuando subió. Al menos ahora no arriesga atrás cuando no tiene sentido hacerlo.
Paulão: Un día más fue clave para asegurar la zona trasera. Por lo general es muy superior a sus rivales en todos los aspectos físicos.
Dorado: Muy buen partido, excelente siempre de colocación.
Nacho: Buen partido, rápido de movimientos e inteligente como siempre.
Iriney: Entre los mejores. Sin tirar la presión muy arriba sí hizo bien de pegamento defensivo, se ofreció con muchos desmarques e incluso hizo fluir el juego aceptablemente.
Beñat: Buen partido, muy en su estilo, que habría sido muy bueno de no perder la brújula (como todo el equipo) en el tercio central del segundo tiempo. Hoy seleccionó muy bien sus salidas a presionar. Esperemos que siga mucho tiempo: da gusto verlo jugar y es aún más importante de lo mucho que parece.
Montero: Partido muy desafortunado –empeñado mil veces en encarar a tres rivales a sesenta metros de la portería rival–, y aun así estuvo entre lo más peligroso del equipo.
Roque: Su movilidad, su calidad con balón y su juego aéreo son siempre incómodos para el rival, aunque hoy cerca del área no estuvo fino.
Pereira: Hizo una buena primera parte: menos precipitado de lo habitual, tuvo mucha movilidad y se asoció bien.
Castro: Un golazo y buenos movimientos.

Juanma: Su entrada era razonable para mejorar las posesión. Debió estar lesionado muy gravemente para verse obligado a dejar al equipo con diez a falta de diez minutos.
Molina: Su empuje físico vino bien al equipo para el tramo final. Un toque demasiado largo le arruinó una ocasión clarísima.
Matilla: Volvió a las andadas: sangre de horchata cuando vienen bien dadas, nervios cuando la cosa se pone fea.

miércoles, 11 de abril de 2012

Real Sociedad 1 - Betis 1 (33ª jornada de Liga de Primera División)


REAL SOCIEDAD (1): Zubikarai; Estrada, Ansotegi, Mikel González, De la Bella; Elustondo, Illarramendi (Aranburu, m. 76), Zurutuza; Griezmann, Agirretxe (Xabi Prieto, m. 71) y Vela.
BETIS (1): Fabricio; Chica, Paulão, Amaya, Nacho; Cañas (Beñat, m. 57), Iriney; Salva Sevilla (Jonathan Pereira, m. 57), Santa Cruz, Jefferson Montero (Matilla, m. 81); y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 55: Carlos Vela. 1-1, m. 69: Rubén Castro.
Árbitro: Mateu Lahoz (Colegio Catalán). Amonestó a los béticos Cañas, Rubén Castro y Chica.

El Betis compensó en la media hora final su mala primera hora de partido y logró un empate en Anoeta que debe servir para sus objetivos y los de la Real.

Hasta el minuto 57
Como en la ida, la Real se pone en un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con Elustondo como pivote; Illarramendi y Zurutuza hacen de interiores (algo más adelantado este), Griezmann y Vela son los extremos y Agirretxe el delantero centro. Enfrente Mel dispone un equipo en principio muy defensivo: su 4-2-3-1 de las últimas jornadas pero esta vez sin Pereira, con dos pivotes trabajadores, Salva de vuelta en el teórico extremo derecho y Jefferson en el izquierdo. El Betis, sorprendentemente, empieza dominando el partido; este dominio es sin embargo ficticio por un problema recurrente durante toda la primera hora: su falta de profundidad. La pelota no circula con la debida velocidad por parte de los mediocentros y Salva, que se viene al centro a tocarla. Además cuando este la recibe lo hace por detrás de la primera línea de cuatro donostiarra, y Chica sube poco, de modo que su panorama de pase se reduce a un Montero muy alejado (y marcado por dos hombres cuando la tiene en ataque estático), y a Rubén y Roque contra dos centrales realistas más De la Bella y Elustondo: misión imposible.

El Betis se limita por tanto a dejar pasar el tiempo cuando posee el balón, y la Real se da cuenta, se viene arriba y se lo quita hasta dominarlo claramente durante toda la primera parte. En ataque los medios realistas, sobre todo Elustondo, se vienen muy atrás para permitir la subida de sus laterales, que junto a Vela y Griezmann –muy móviles– percuten por las bandas y meten muchos balones al área bética. El encuentro toma el mal color del Málaga-Betis, y los sevillanos se libran del 1-0 por suerte y acierto de Fabricio hasta el gol de Vela, que llega cuando Mel preparaba cambios (quién sabe si ya ofensivos).

Últimos 35 minutos
Una vez que –seamos realistas: como en Málaga– el plan B había funcionado mal, Mel mete a Beñat y Pereira y adelanta la presión. El vasco acelera la circulación y sí tiene por delante cuatro hombres a quienes dar balones; además el equipo aprieta muy arriba, y así sí llega, y marca. En los minutos finales, lejos de conformarse con el 1-1, los dos equipos se lanzan a por el gol de la victoria, que no consiguen por muy poco.

Jugador por jugador
Fabricio: Gran partido. Tiene la virtud de intuir la dirección de los remates cercanos, y además estuvo sereno en las salidas y muy valiente siempre (sobre todo en un balón dividido en el tramo final). Paró un penalti.
Chica: Lento y corto de recorrido, no aprovechó el pasillo dejado por Salva. Logró que se echara de menos a Nélson.
Paulão: Enorme partido, como siempre, aunque su único error claro de marca (perdió de vista a Vela un segundo) fue castigado con el gol.
Amaya: Mal con balón y sin él. En concreto, estuvo muy lento en los balones altos.
Nacho: Partido discreto pero correcto en lo defensivo, como es usual. En ataque no pudo lanzarse hasta la media hora final.
Iriney: Hizo un trabajo más estático de lo habitual, pues el equipo no tenía intención de irse a la presión adelantada aunque él lo intentase un par de veces. Sólo al final lo logró.
Cañas: Demasiado sobón con la pelota, y en su línea táctica en defensa.
Salva: Su ritmo es en general demasiado bajo para la categoría, y tomó además muy pocos riesgos, sin pedirla jamás entre líneas.
Santa Cruz: Bien marcado, tuvo un día muy gris en ataque.
Montero: Una vez más fue el gran recurso ofensivo –el único hasta el 1-0–, pese a que los rivales lo saben y lo esperan. En carrera es imparable. Dio dos asistencias excelentes a Rubén Castro.
Rubén Castro: Eligió bien jugada con el balón, aunque recibió pocos potables. Debió tratar de explotar más el espacio dejado por Salva, pero estaba muy marcado.

Beñat: Cambió completamente la cara del equipo en defensa y, sobre todo, en ataque. Está en una forma técnica excelente.
Pereira: Su fútbol era necesario y en efecto dinamizó el ataque.
Matilla: Jugó en una posición extraña para él y no desentonó: incluso estuvo cerca del gol.

domingo, 8 de abril de 2012

Betis 3 - Villarreal 1 (32ª jornada de Liga de Primera División)


BETIS (3): Fabricio; Nélson, Paulão, Dorado, Nacho; Cañas, Beñat (Salva Sevilla, m. 75); Jefferson Montero (Juanma, m. 60), Santa Cruz, Pereira (Matilla, m. 53); y Rubén Castro. 
VILLARREAL C.F. (1): Diego López; Mario (Martinuccio, m. 64), Gonzalo, Musacchio, Oriol; Senna (Nilmar, m. 46), Bruno; Borja Valero, Cani (Camuñas, m. 64), Ángel; y Marco Ruben.
Goles: 1-0, m. 34: Roque Santa Cruz. 2-0, m. 37: Rubén Castro.3-0, m. 59: Beñat. 3-1, m. 93: Marco Ruben, de penalti. 
Árbitro: Velasco Carballo (Colegio Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Paulão, Pereira, Ángel y Oriol. Expulsó a Ángel con doble amarilla (m. 65).


Buen partido hizo ayer el Betis ante el Villareal, especialmente en una segunda parte en la que jugó perfectamente con el marcador, tras una primera más discreta resuelta gracias a dos golpes de acierto en ataque. Mel ha descubierto por fin que con el plan B también se puede ganar, y sorprendió al Villarreal con la misma arma que los castellonenses lo sorprendieron a él en la primera vuelta: entregándole el balón y esperándolo atrás. Si el Betis consigue consolidar esta nueva forma de defender, digamos que más convencional, y la complementa con una mejor salida de pelota –siempre más complicada cuando la bola se recupera lejos del área rival– tendrá una buena alternativa de juego.

Primera media hora de partido
El Betis fue una versión mejorada del visto ante el Málaga, porque sus posiciones defensivas eran similares pero el trato de balón fue un poco mejor. Como entonces, la introducción de Cañas y Santa Cruz por Iriney y Molina, especialmente en el caso del delantero, trajo como consecuencia (por órdenes del entrenador o por la natural forma de defender de ambos) que el Betis esperara al rival quince metros más atrás y sin presionar arriba. En lugar de ir a por los centrales castellonenses Santa Cruz se metió de nuevo claramente por detrás de Castro y buscó al mediocentro más atrasado del Villarreal (habitualmente Bruno), haciendo un tres para dos (centrales y mediocentro contra Castro y él) que trajo como consecuencia que los visitantes la tuvieran mucho en zonas frías pero que a cambio Cani y el sobrevalorado Ruben se vieran en inferioridad, pues Cañas jugaba cerca de Paulão y Dorado. El Betis quedaba pues en un 4-2-3-1, con Montero y Pereira en sus lados naturales, mientras Lotina, siempre conservador, proponía el mismo esquema pero con un centrocampista nato (Cani) como mediapunta y dos falsos extremos, Valero y un perdido Ángel –habitual lateral derecho, para Lotina... extremo izquierdo–, en las bandas, con intercambios de posiciones con Cani. La posesión del Villarreal era inocua, y apenas llegaba gracias a las subidas de los laterales, en balones cruzados bien resueltos por los centrales.

Segunda media hora de partido
Los extremos béticos, hasta entonces en posiciones más apropiadas para abrir el campo ante un equipo cerrado que para salir al contraataque, intercambian bandas. El Betis mejora la posesión (hasta entonces muy baja) y pronto dos de sus primeras jugadas claras acaban en gol. A partir de ahí esconde bien el balón al Villarreal para obligarlo a salir y a la hora lo machaca al contragolpe.

Para entonces Lotina (ya en el descanso) había sacado un segundo delantero, Nilmar, por Senna, dejando un rombo en el centro del campo (Bruno de pivote, Borja y Ángel interiores a sus costados y Cani de punta del rombo). Mel había metido después a Matilla por Pereira, quedando el equipo en un claro 4-1-4-1 con este y Beñat como interiores más Castro y Montero como extremos, mientras Cañas hacía de mediocentro: un esquema que con él ahí dificulta muchísimo el juego interior rival (Manzanares, por ejemplo). Roque era un delantero bastante atrasado, de manera que Gonzalo y Musacchio la tenían mucho pero el Villarreal siempre se veía en inferioridad de tres cuartos en adelante, porque los laterales béticos, prácticamente sin pareja, se cerraban mucho.

Última media hora
Lotina intenta hacer cambios ofensivos: atrasar a Borja al doble pivote y abrir a Camuñas y Ángel; la expulsión de este deja a Martinuccio el trabajo de cubrir noventa metros de banda, y prácticamente cierra el partido.

Jugador por jugador
Fabricio: Mal. Bajo palos resolvió correctamente el poco trabajo que tuvo, pero con los pies y en las salidas (por ejemplo, en el penalti final) se convirtió en un flan de nervios a partir de una jugada casi ridícula al inicio que pudo averiarle seriamente el partido a su equipo.
Nélson: Flojo partido. Impreciso con el balón, en defensa hace cosas extrañas, como permitir a sus pares centrar sin siquiera estorbarles.
Paulão: Otro gran partido, en el que dominó sobradamente su zona y estuvo cerca de marcar. Muy bien en los balones cruzados.
Dorado: Siempre bien colocado, también sacó balones cruzados de mérito. Al igual que a Paulão y Amaya, el nuevo modo de juego del equipo en defensa le favorece mucho porque reduce los espacios a su alrededor –y en particular a su espalda–.
Nacho: Otro de sus buenos partidos silenciosos. Una vez más fueron especialmente notables sus ayudas al centro. En ataque poco, porque las aceleraciones de Pereira y Montero no le dan tiempo para subir.
Cañas: No va arriba a presionar casi nunca, pero es un tremendo incordio para el juego interior del rival porque corre mucho y bien, y así ocupa mucho campo. En ataque le suelen sobrar un par de toques.
Beñat: Partido excelente. Es otro favorecido por el nuevo sistema, porque no puede con las constantes carreras de costa a costa de los partidos abiertos, pero en espacios reducidos su colocación le basta en defensa y puede meter balones largos de contraataque. Dio una gran asistencia a la primera a Rubén en el 2-0 y como interior incluso llegó arriba para meter un buen gol.
Montero: Cuando está lejos de la línea de fondo rival le viene mejor jugar a pie cambiado, porque controla mejor la pelota y tiene dos salidas. Muy marcado al inicio por las buenas basculaciones defensivas del Villarreal, se soltó después con el marcador a favor.
Santa Cruz: Juega a ritmo de diésel, pero da un rendimiento notable a todo lo largo del partido: buena colocación defensiva –aunque empuja claramente al equipo hacia atrás–, buenos relevos a los compañeros que han llegado al área a buscar el remate –se le vio defender en posición de extremo muchas veces–, mucha clase con el balón en los pies y sus buenos goles, como ayer. A veces, pero muy pocas, acelera y da miedo al rival.
Pereira: Hizo una genialidad al inicio (una asistencia ciega con el exterior) y no le salió nada más.
Rubén Castro: Día muy inspirado. Lo hizo todo con sentido, y por sus pies pasaron los tres goles. El 2-0 es idéntico a uno famoso de Messi, pero no se le reconocerá tanto. Fue consecutivamente delantero centro, extremo derecho y extremo izquierdo (tras entrar Juanma).

Matilla: Se encontró pronto un partido fácil; en todo caso hizo un buen trabajo de interior (primero derecho, luego izquierdo), porque supo tener la pelota y se fajó más de lo habitual en él.
Juanma: Mel lo introdujo, con buen criterio, para mejorar la posesión, algo para lo que el fútbol de Montero y, sobre todo, Pereira es contraproducente. Pudo meter dos goles, pero en el primero le sobró egoísmo de Castro cuando él estaba solo, y en el segundo, un retrato de su carrera futbolística, le sobró generosidad (léase pusilanimidad).
Salva: Por una vez, jugó en su posición ideal. Con todo hecho, se le vio poco.

domingo, 1 de abril de 2012

Málaga 0 - Betis 2 (31ª jornada de Liga de Primera División)

MÁLAGA (0): Kameni; Gámez, Weligton, Mathijsen,  Monreal (Buonanotte, m.75); Demichelis; Seba Fernández (Van Nistelrooy, m.59), Isco, Cazorla, Eliseu (Duda, m.45); y Rondón.  
BETIS (2): Fabricio; Nélson, Amaya, Dorado, Nacho; Jefferson Montero (Juanma, m.58), Cañas, Beñat (Iriney, m.52), Pereira; Santa Cruz (Matilla, m.78) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, m.39: Rubén Castro; 0-2, m.45: Dorado.
Árbitro: Teixeira Vitienes, F. (C. Cántabro), amonestó a Weligton, por el Málaga; y a Nacho, Dorado y Nelson, por el Betis.


El Betis ha jugado un mal partido hoy en Málaga, donde ha vencido 0-2. De él salen tres buenas noticias: tres puntos buenísimos en la actual situación, la sensación de haber competido al límite, y un paralelismo con la historia reciente del Betis de Mel que enseña que este tipo de encuentros, objetivamente malos pero sufridamente triunfantes, suele cerrar malas rachas y rearmar al equipo para el futuro.

Cualquier análisis del partido, más allá de consideracines éticas o estéticas sobre la manera de jugar de unos y otros, ha de partir de un hecho inobjetable: Málaga y Betis colgaron docenas de balones al área que fueron culminados en remates o en barullos; ninguno de los muchísimos del Málaga acabaron dentro de la portería, y sí lo hicieron los dos únicos del Betis (una falta y un córner, muy bien sacados por cierto). Sin duda el acierto y la concentración de atacantes y defensores tuvieron algo que ver en ello, pero también, y más, el puro azar.

El partido se presentaba con unas estadísticas muy favorables al Málaga si se atendía a los resultados en casa y fuera de uno y otro equipo. Pellegrini ponía en juego un once ofensivo y un tanto desequilibrado, por más apropiado para la construcción del juego que para la recuperación del balón: cuatro atrás con dos laterales de tendencias ofensivas, un mediocentro alto y posicional (Demichelis, realmente un central reconvertido), un tanque arriba, y por detrás de él cuatro hombres para el juego de combinación, con Eliseu y Sebastián Fernández abiertos en principio a las bandas (aunque con tendencia, sobre todo el segundo,a dejar el carril a los laterales), y Cazorla e Isco, este algo más adelantado, por dentro. Su plan de ataque tenía dos vías: la combinación interior, o el balón a la banda para el centro hacia Rondón. El problema de esa alineación era a priori la falta de recuperadores del balón en el centro del campo, pues Demichelis, el único medio defensivo, no es hombre de gran recorrido.

Ante esto la alineación bética y la lógica hacían pensar que el Betis se jugara la carta de esconderle el balón a los malacitanos. Mel sacaba a la defensa esperada (descartados Mario y Paulão); la inclusión de Cañas y Santa Cruz (por Iriney y Molina), más Pereira y Jefferson en sus perfiles naturales, hacía pensar que el Betis (en 4-4-1-1, con Roque por detrás de Castro) no iría a presionar arriba sino que esperaría al Málaga algo más atrás, pero que le abriría el campo y trataría de jugar el balón por abajo. Sin embargo sólo se cumplió lo primero: los béticos se metieron bastante atrás, pero (fuese por orden de Mel, por la bien coordinada presión del Málaga o por inseguridad colectiva) renunciaron completamente a la pelota, y más aún con el paso de los minutos y el marcador a favor. Su plan de ataque se redujo a los pelotazos que Santa Cruz intentaba peinar hacia Castro.

La primera parte fue escasa en ocasiones. Las dos béticas, a balón parado y cuando, durante el último cuarto de hora, el Betis salió un poco de su campo, cayeron dentro: Mel permitió por fin a Beñat sacar más allá del primer palo; la primera fue un centro-chut perfecto al corazón del área, y la segunda un córner al segundo poste (que el Betis ni siquiera intentaba desde hacía meses). A  partir de ahí el equipo se parapetó atrás y renunció absolutamente a la posesión (poquísimos jugadores por delante de la pelota), y más aún con los cambios: primero Iriney sustituyó a Beñat como mediocentro izquierdo; luego Juanma entró en el extremo derecho por Jefferson, y finalmente Matilla hizo de Santa Cruz, más mediocampista que mediapunta a esas alturas. El Málaga, por su parte, cambió a sus teóricos extremos por un interior y un delantero centro, y bombardeó el área bética desde las subidas de sus laterales en busca de las cabezas de Van Nistelrooy y Rondón. La suerte y el buen trabajo de Fabricio y los centrales en los balones cruzados dieron el triunfo al Betis.

Jugador por jugador
Fabricio: Bien con los pies, muy bien en las (hoy importantísimas) salidas por alto, seguro de manos, afortunado en los tiros de media distancia (en especial uno de Duda), en los que sigue sin dar sensación de controlar la situación, e intuitivo en los cortos.
Nélson: Aceptable trabajo defensivo y buenas coberturas al centro. Es uno de los poquísimos que intenta jugar el balón en este tipo de partidos.
Amaya: Favorecido, como Dorado, por un plan de juego ultradefensivo que le permitió jugar abrigado, tuvo al tiempo la virtud de estar siempre muy concentrado y de estorbar remates cuando no podía impedirlos.
Dorado: Vale para él lo mismo que para Amaya, más un buen gol. Como casi siempre, mandó mil balonazos verticales sin destino.
Nacho: Esta vez no pudo jugar el balón decentemente, por impericia y por falta de colaboración. En defensa tuvo que permitir centros de Gámez por exceso de trabajo.
Jefferson: Hay que reconocer que empeora por la derecha, al menos en partidos como el de hoy que se juegan más en campo propio que en el ajeno. Ni lo buscaron ni se supo ofrecer, y soltó indebidamente el balón cuando tuvo ocasión de hacer daño. Sin la menor duda Mel debió intentar cambiarlo de banda antes de sacarlo del partido, porque (si se le encuentra) es un jugador muy importante para tener cierta posesión de balón en partidos a la contra.
Cañas: Su juego no es el de Iriney, sino mucho más posicional y menos agresivo, lo que empuja al equipo atrás pero lo blinda defensivamente. En ataque estuvo bien, pero no tenía a quién pasársela.
Beñat: Mal con la pelota en juego, pero bien en los dos balones parados que acabaron siendo decisivos. Mal partido para su juego.
Pereira: Su escasísima capacidad para retener el balón hace mucho mal al equipo cuando se necesita posesión, y su tendencia a jugar muy arriba deja vendido a su lateral, a pesar de que se mata a correr para tratar de paliarlo. En este tipo de partidos su presencia sólo se justifica si hace alguna jugada de gol al asociarse con Santa Cruz.
Santa Cruz: Emparedado entre Demichelis y los centrales, apenas pudo bajar alguna. Por abajo la jugó con sentido. En defensa trabaja muy poquito, aunque sea con inteligencia.
Castro: Peinó el primer gol. Casi nada más.

Iriney:
Con él el Málaga llegó muy poco por dentro, pero la posesión no mejoró.
Juanma: Alguna presencia cuando la tenía el Málaga y ninguna cuando la tenía el Betis, aunque tenerla era el rol que se le suponía. Caso de salir debió hacerlo por Pereira.
Matilla: No olió el balón; estorbó un poco en defensa.


El detalle
Teixeira I,  el del derbi de las camisetas, permitió hoy a los porteros jugar con equipaciones casi indistinguibles, desde la televisión, de las de sus equipos. Los árbitros españoles siguen mostrando un nulo respeto por el espectador que les paga.