1 - Real Betis: Fabricio; Nelson, Paulão, Dorado, Nacho; Juanma (Pereira, min. 71), Iriney (Cañas, min. 68), Beñat, Jefferson Montero; Rubén Castro y Jorge Molina (Santa Cruz, min. 60).
1 - Getafe CF
Moyá; Valera, 'Cata' Díaz, Miguel Torres, Mané; Barrada (Diego Castro, min. 46), Casquero, Lacen, Gavilán (Sarabia, min. 68); Miku (Alexis, min. 89) y Güiza.
Goles
1-0: Jorge Molina, min. 51; 1-1: Dorado en propia puerta, min. 55.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio asturiano). Mostró tarjeta amarilla a Juanma y Santa Cruz, por los locales y a los visitantes Casquero, Barrada, Valera, Guiza y Miku.
El Betis ha sido hoy levemente superior al Getafe, aunque ello no le ha alcanzado más que para empatar el partido.
Los locales regalaron la primera parte a los visitantes quienes, gentilmente, devolvieron el presente. Dos equipos a medio gas produjeron un juego lento, previsible y aburrido. Apenas nos sirve ese primer tiempo para apreciar cómo desde dos esquemas parecidos se pueden tomar decisiones defensivas diferentes: tanto Betis como Getafe jugaban en ataque un claro 4-4-2, con un mediocentro creativo y otro de mejores cualidades físicas. Pero en defensa el Betis arriesgaba, y sus dos delanteros se emparejaban en la presión con los centrales madrileños mientras los dos mediocentros marcaban a sus colegas de línea (jugándose espacios a sus espaldas); sin embargo el Getafe descolgaba a Miku por detrás de Güiza para marcar al mediocentro bético más retrasado, obligando así al de Jerez a tapar en inferioridad a Paulão y Dorado, para ganar así superioridad numérica en la zona de sus centrales. Pese a ello la posesión, casi siempre inocua, estuvo más o menos nivelada, y sólo las carreras (y los buenos pases) de Jefferson agitaban un poco el partido.
La segunda parte fue totalmente distinta. El Betis dio un paso adelante, presionó de verdad y el partido subió mucho de octanaje. El merecido 1-0 fue contestado por un afortunado 1-1 (precedido de una inteligente lectura del fuera de juego de Valera). Jefferson siguió martirizando precisamente a ese lateral y las diagonales de Diego Castro traían también problemas al Betis, superior sin embargo. Mel cambió fichas con las entradas de Santa Cruz (preparada antes del 1-0) y de Cañas, y luego cambió de banda a Montero, ya muy cansado, para meter a Pereira por la izquierda sin alterar el esquema.
Jugador por jugador
Fabricio: Hizo una muy buena parada en la primera parte. Luego en la segunda se complicó un poco con los pies.
Nélson: Partido aseado, aunque en la segunda mitad no supo frenar a Castro cuando le huía el uno contra uno para meter pases a su espalda.
Paulão: Siempre bien colocado en ataque y defensa, no comete errores y va muy bien por alto. Tal vez se le pueda pedir un poco más de presencia.
Dorado: Su autogol (la pareja de centrales llegó tarde en esa jugada) no debe ocultar su muy buen partido, en el que despejó innumerables balones de peligro.
Nacho: Valiente por alto, discretamente bien con el balón, y casi inédito en defensa porque no lo encararon casi nunca.
Juanma: Desaparecido en la primera parte, el robo previo al 1-0 fue uno de los pocos indicios de su presencia en el partido.
Iriney: Hizo una muy buena primera parte, pero se sintió artista y empezó a perder balones absurdos hasta el punto de ser cambiado por Mel.
Beñat: No acabó tan cansado como otras veces porque jugó la primera parte al trantrán, lo que contagió al equipo. Luego mejoró mucho.
Montero: Excelente partido. A pesar de tener delante a un buen lateral le amargó la tarde porque lo desbordó cada vez que quiso y cuando llegaba la ayuda metía buenos pases verticales al compañero libre. Acabó muy cansado.
Castro: Tuvo una mala tarde, e incluso desperdició al final un mano a mano de forma un poco absurda.
Molina: Por fin el gol vino a verle, a pesar de tener un día espeso.
Santa Cruz: Otra vez mostró su calidad para hacer fútbol y su falta de instinto asesino en el área, donde no tiene don de la oportunidad.
Cañas: Hizo de Iriney sin balón y lo mejoró algo con él.
Pereira: Alocado como siempre, su tendencia a jugar al límite le hizo perder un contraataque franco.
sábado, 25 de febrero de 2012
martes, 21 de febrero de 2012
Zaragoza 0 - Betis 2 (24ª jornada de Liga de Primera División)
ZARAGOZA (0): Roberto; P. Álvarez, Da Silva, Paredes, Obradovic; Micael (Dujmovic, mi. 72), Apoño; Luis García (Barrera, m. 59), Oriol (Juan Carlos, m. 51), Lafita; y Aranda.
BETIS (2): Fabricio; Nelson, Paulao, Dorado, Nacho; Salva Sevilla (Matilla, min. 84), Cañas, Beñat, Jefferson Montero (Santa Cruz, m. 68); Molina (Pereira, min. 76) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, min. 40: Rubén Castro . 0-2, min. 68: Rubén Castro.
Árbitro: Del Cerro Grande (Colegio Madrileño). Mostró tarjeta a Edu Oriol, Salva Sevilla, Apoño, Rubén Castro, Cañas, Beñat y Da Silva.
Sólo fue aceptable el partido del Betis ayer, pero sí fue excelente su resultado. Igual que hace un año, el Betis de Mel tiene los deberes casi hechos mucho antes del final de la Liga.
El Zaragoza sufrió su primer contratiempo antes de jugar, con la baja del delantero Hélder Postiga, importante a la vista de su falta de calidad arriba (y en el resto del campo). Sabedor de ella y de la subida de moral de su equipo gracias a una reciente victoria, Jiménez intentó ganar el partido con un arranque por las bravas, lleno de agresividad (en el viejo y peor sentido del término): mención especial mereció en este apartado Luis García, que sacó los codos a pasear cada vez que pudo, con la anuencia del árbitro. Los zaragocistas plantaron un 4-2-3-1 en el que Micael, mediocentro a la diestra de Apoño, sólo tenía ojos para Beñat mientras Oriol y Aranda (más adelantado) trataban de frenar el juego de Cañas y los centrales béticos. El Betis se ponía con su ya clásico 4-4-2 asimétrico de presión y defensa adelantadas.
La intimidación local surtió cierto efecto y el Betis se dejó empujar hacia atrás por la violencia y los pelotazos largos hacia Aranda y los extremos; sin embargo la firmeza de los centrales béticos, los nervios locales y su inoperancia arriba no permitieron muchos peligros. Los béticos optaron por el pragmatismo y arriesgaron poco el balón de inicio, hasta que la presión maña aflojó y la superioridad visitante en el toque se evidenció.
El usual cambio de bandas de Salva y Montero a los 25 minutos regaló espacios a Castro (siempre caído a la izquierda), y una de sus apariciones entre lateral y central puso por delante al Betis y terminó de desquiciar a un Zaragoza que, como en la ida, no supo resolver el problema que plantea siempre a los rivales la falsa posicion de Sevilla y el provecho que sacan de ella los delanteros listos.
En la segunda parte el Zaragoza cambió de planes: renunció al pelotazo y a los golpes e intentó jugar por abajo al fútbol, sin mejor resultado. El Betis acabó por tocar casi a placer ante un rival desahuciado. Tras los cambios el Betis quedó en un 4-2-3-1 con Santa Cruz arriba, Matilla tras él, Pereira como extremo izquierdo y Castro por la derecha.
Jugador por jugador
Fabricio: Una buena parada al inicio y calma después.
Nélson: Pasada ya la fiebre del debut, mostró un rendimiento más convencional y legible; sigue un tanto disperso tácticamente, aunque trata bien el balón y despliega actividad.
Paulão: Bien colocado siempre, sale además a la anticipación al centro del campo, como en la jugada del 0-1.
Dorado: Aunque nunca deje de hacer su par de despejes hacia ninguna parte, está en una buena línea de ubicación y calma para salvar jugadas de área, que no fueron pocas ayer –entre ellas una bajo palos–.
Nacho: Como tantas veces, hizo muy buenas ayudas por basculación hacia el centro. Mantuvo el tipo como pudo al inicio, y manejó bien el balón.
Salva: Como casi todos, creció con el partido a medida que la presión aflojó. En defensa, indolente para perseguir a su lateral, lo que creó al inicio problemas a Nélson, que bastante tenía con Lafita.
Cañas: Hizo una labor poco vistosa; así, casi nunca fue arriba a presionar porque los pelotazos del Zaragoza no le daban tiempo a ello, pero sí tuvo que ir muchísimas veces a ayudar a los laterales para evitar dos contra uno achacables a los extremos.
Beñat: Empezó fajándose aceptablemente en el cuerpo a cuerpo y acabó paseándose con el balón. Anda bien físicamente.
Montero: Aunque el partido casi nunca le permitió encarar cerca del área, sí alivió la presión con sus unos contra uno, y metió buenos pases en profundidad, una nueva (y positiva) faceta de su juego que ya se le vió ante el Athletic. Trabajó bien hacia atrás, con mucho recorrido.
Molina: Parece haber aprendido tanto de Santa Cruz que ahora juega mejor fuera del área que dentro. Por el área aparece poco y cuando lo hace falla, pero intervino en los dos goles.
Castro: Es delantero-delantero, aunque al final le tocó correr la banda. Un golazo y otro de listo: es digno de ver su minisprint antes del 0-1, como si adivinase el rebote.
Santa Cruz: Movió bien el balón, pero si quiere reivindicarse como titular ha de poner más voluntad.
Pereira: Demasiado vertical, aunque pudo hacer un golazo.
Matilla: Juega poco y se le nota menos.
El detalle
Hace un año nos frotábamos los ojos por ganar 1-2 en Zaragoza, y hoy un 0-2 nos parece poco. Mucho ha mejorado el Betis –casi con los mismos jugadores–, o mucho ha empeorado el Zaragoza, camino de la desaparición.
BETIS (2): Fabricio; Nelson, Paulao, Dorado, Nacho; Salva Sevilla (Matilla, min. 84), Cañas, Beñat, Jefferson Montero (Santa Cruz, m. 68); Molina (Pereira, min. 76) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, min. 40: Rubén Castro . 0-2, min. 68: Rubén Castro.
Árbitro: Del Cerro Grande (Colegio Madrileño). Mostró tarjeta a Edu Oriol, Salva Sevilla, Apoño, Rubén Castro, Cañas, Beñat y Da Silva.
Sólo fue aceptable el partido del Betis ayer, pero sí fue excelente su resultado. Igual que hace un año, el Betis de Mel tiene los deberes casi hechos mucho antes del final de la Liga.
El Zaragoza sufrió su primer contratiempo antes de jugar, con la baja del delantero Hélder Postiga, importante a la vista de su falta de calidad arriba (y en el resto del campo). Sabedor de ella y de la subida de moral de su equipo gracias a una reciente victoria, Jiménez intentó ganar el partido con un arranque por las bravas, lleno de agresividad (en el viejo y peor sentido del término): mención especial mereció en este apartado Luis García, que sacó los codos a pasear cada vez que pudo, con la anuencia del árbitro. Los zaragocistas plantaron un 4-2-3-1 en el que Micael, mediocentro a la diestra de Apoño, sólo tenía ojos para Beñat mientras Oriol y Aranda (más adelantado) trataban de frenar el juego de Cañas y los centrales béticos. El Betis se ponía con su ya clásico 4-4-2 asimétrico de presión y defensa adelantadas.
La intimidación local surtió cierto efecto y el Betis se dejó empujar hacia atrás por la violencia y los pelotazos largos hacia Aranda y los extremos; sin embargo la firmeza de los centrales béticos, los nervios locales y su inoperancia arriba no permitieron muchos peligros. Los béticos optaron por el pragmatismo y arriesgaron poco el balón de inicio, hasta que la presión maña aflojó y la superioridad visitante en el toque se evidenció.
El usual cambio de bandas de Salva y Montero a los 25 minutos regaló espacios a Castro (siempre caído a la izquierda), y una de sus apariciones entre lateral y central puso por delante al Betis y terminó de desquiciar a un Zaragoza que, como en la ida, no supo resolver el problema que plantea siempre a los rivales la falsa posicion de Sevilla y el provecho que sacan de ella los delanteros listos.
En la segunda parte el Zaragoza cambió de planes: renunció al pelotazo y a los golpes e intentó jugar por abajo al fútbol, sin mejor resultado. El Betis acabó por tocar casi a placer ante un rival desahuciado. Tras los cambios el Betis quedó en un 4-2-3-1 con Santa Cruz arriba, Matilla tras él, Pereira como extremo izquierdo y Castro por la derecha.
Jugador por jugador
Fabricio: Una buena parada al inicio y calma después.
Nélson: Pasada ya la fiebre del debut, mostró un rendimiento más convencional y legible; sigue un tanto disperso tácticamente, aunque trata bien el balón y despliega actividad.
Paulão: Bien colocado siempre, sale además a la anticipación al centro del campo, como en la jugada del 0-1.
Dorado: Aunque nunca deje de hacer su par de despejes hacia ninguna parte, está en una buena línea de ubicación y calma para salvar jugadas de área, que no fueron pocas ayer –entre ellas una bajo palos–.
Nacho: Como tantas veces, hizo muy buenas ayudas por basculación hacia el centro. Mantuvo el tipo como pudo al inicio, y manejó bien el balón.
Salva: Como casi todos, creció con el partido a medida que la presión aflojó. En defensa, indolente para perseguir a su lateral, lo que creó al inicio problemas a Nélson, que bastante tenía con Lafita.
Cañas: Hizo una labor poco vistosa; así, casi nunca fue arriba a presionar porque los pelotazos del Zaragoza no le daban tiempo a ello, pero sí tuvo que ir muchísimas veces a ayudar a los laterales para evitar dos contra uno achacables a los extremos.
Beñat: Empezó fajándose aceptablemente en el cuerpo a cuerpo y acabó paseándose con el balón. Anda bien físicamente.
Montero: Aunque el partido casi nunca le permitió encarar cerca del área, sí alivió la presión con sus unos contra uno, y metió buenos pases en profundidad, una nueva (y positiva) faceta de su juego que ya se le vió ante el Athletic. Trabajó bien hacia atrás, con mucho recorrido.
Molina: Parece haber aprendido tanto de Santa Cruz que ahora juega mejor fuera del área que dentro. Por el área aparece poco y cuando lo hace falla, pero intervino en los dos goles.
Castro: Es delantero-delantero, aunque al final le tocó correr la banda. Un golazo y otro de listo: es digno de ver su minisprint antes del 0-1, como si adivinase el rebote.
Santa Cruz: Movió bien el balón, pero si quiere reivindicarse como titular ha de poner más voluntad.
Pereira: Demasiado vertical, aunque pudo hacer un golazo.
Matilla: Juega poco y se le nota menos.
El detalle
Hace un año nos frotábamos los ojos por ganar 1-2 en Zaragoza, y hoy un 0-2 nos parece poco. Mucho ha mejorado el Betis –casi con los mismos jugadores–, o mucho ha empeorado el Zaragoza, camino de la desaparición.
domingo, 12 de febrero de 2012
Betis 2 - Athletic 1 (23ª jornada de Liga de Primera División)
REAL BETIS (2): Fabricio; Nélson, Paulão, Dorado, Nacho; Salva Sevilla (Pozuelo, 68), Iriney, Beñat, Jefferson Montero (Pereira, 55); Rubén Castro y Jorge Molina (Santa Cruz, 74).
ATHLETIC CLUB (1): Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta, Aurtenetxe (Toquero, 92); Iturraspe; Susaeta, De Marcos, Iñigo Pérez (San José, 46), Muniain (Ekiza, 68); y Llorente.
Goles: 1-0: Min. 10, Rubén Castro. 1-1: Min. 23, Javi Martínez. 2-1: Min. 91, Nelson.
Árbitro: José Antonio Teixiera Vitienes, cántabro. Expulsó con dos amarillas a Javi Martinez (min. 64). Amonestó a los locales Iriney, Jorge Molina, Beñat, Nelson y Santa Cruz; y al visitante Aurtenetxe.
El Betis se impuso ayer al Athletic en un buen y sobre todo muy bonito partido, que cumplió todo lo que prometía en la víspera: intensidad por los locales, buen fútbol por los dos equipos y mucha emoción.
La comparación entre el Athletic de Bielsa y el Mallorca de Caparrós, su antecesor en el cargo y también en la secuencia de rivales del Betis, es inevitable: un capítulo más de la eterna guerra entre resultadistas y futboleros, entre Bilardo y Menotti, Mourinho y Guardiola, Clemente y el mundo. Uno admira a este Athletic exquisitamente deportivo, que trata bien el balón, que en ataque no tiene posiciones fijas y sí movilidad y creación de espacios; pero es posible que algún hincha vasco les eche en cara hacer ocho faltas mientras el rival hace veintitrés, o caer en el minuto 91 con un cambio por hacer y sin haber perdido un solo segundo en marrullerías. En todo caso este Athletic, por suerte, gana más partidos, más simpatías y más espectadores que el racanísimo Mallorca que soportamos hace una semana.
La diferencia de intensidad fue pues una de las claves del triunfo del Betis, que esta vez sí mostró al completo el teórico manual Mel que habitualmente hemos visto más en la prensa que en el campo de juego: hubo por los locales presión muy adelantada y al tiempo exquisito trato a la pelota, facilitado por la escasa presión de un Athletic que intentaba apretar pero no lograba robar, fuera por la poca motivación, por las cualidades físicas de sus jugadores o por el buen juego del mediocampo del Betis (con mención especial para Montero y Beñat –al que trataron de hacer un marcaje especial sin resultado alguno–). Fueron los centrales quienes tuvieron que sostener defensivamente durante todo el partido al Athletic, cuyos centrocampistas estuvieron mal cerrados, blandos, y cobardes a la hora de hacer cruces en los balones sueltos.
Bielsa dispuso de salida un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con Iturraspe como pivote y De Marcos y Pérez como interiores; aunque los extremos teóricos eran Susaeta y Muniain, los laterales y los interiores tenían permiso para aparecer por esa zona. Frente a ello Mel puso una alineación continuista, nada revolucionaria pese a lo que la prensa local ha vendido estos días: el esquema era el 4-4-2 habitual; sí hubo tres cambios de hombre, que no de función (portero, lateral derecho y delantero centro) y el resto eran bien obligados o bien naturales si conocemos la trayectoria del equipo (Beñat, Nacho, Salva...); cabe destacar el retorno al centro del campo que sin duda mejor ha funcionado este año, y el de Castro a la delantera.
El Betis dispuso su esquema defensivo de los días de presión adelantada: Castro y el delantero iban a por los abiertos centrales rivales; Iriney o Beñat, punta de rombo en el centro del campo, buscaban al retrasado Iturraspe; y Salva, Montero y el otro mediocentro quedaban en inferioridad numérica ante los dos laterales y los dos interiores del Athletic, pero la salvaban gracias a las buenas basculaciones de los hombres de banda béticos –que abandonaban al lateral del lado contrario al juego para coger al interior–, a las anticipaciones de los adelantados centrales y al sacrificio del mediocentro restante (Beñat o Iriney).
En la primera parte el Betis fue claramente superior pero se llevó un botín nulo y un notable desgaste físico. En el descanso Bielsa –al que no debía estar gustando mucho la marcha del partido– cambia su esquema: retira a un interior para meter un central más (defensa de tres... o de cinco), lo que empuja a Javi Martínez al lado derecho, y deja a De Marcos como único acompañante de Iturraspe por el centro. Las parejas defensivas de laterales y extremos, antes claras, se deshacen, el partido sigue abierto, y cuando llegaban las dudas de hasta qué minuto le durarían al Betis las fuerzas para sostener su juego llega el balón de oxígeno de la expulsión de Martínez, obligado por Bielsa a marcar a un hombre mucho más rápido que él. El chileno, para blindarse aún, prescinde de Muniain y pone un 5-3-1 con De Marcos y Susaeta de interiores derecho e izquierdo; pero, tras los cambios de refresco de Mel, el Athletic, siempre permeable por los pasillos de dentro, se deshace defensivamente, renuncia al balón y sólo espera una ejecución, que, sin embargo, estuvo a punto de no llegar.
Jugador por jugador
Fabricio: Hizo una parada importante y muy meritoria a Llorente, aunque también dejó dudas en un par de tiros lejanos que resolvió con demasiados apuros. Muy bien con los pies: es ambidiestro.
Nélson: No se notó en absoluto su larga inactividad. En defensa, su viejo talón de aquiles, apenas le buscaron las vueltas, así que habrá que esperar para juzgarlo. En ataque le favorece mucho la posición de falso extremo de Salva Sevilla, pues él sí tiene la capacidad técnica y el recorrido que les faltan a Chica e Isidoro para aprovechar el pasillo.
Paulão: Dio muy buena impresión. Su imponente planta física (saltó un par de veces, aunque fuese en falta, por encima de ¡Javi Martínez y Llorente!) no le impide tratar bien el balón. Y, sobre todo, parece un tipo inteligente y mandón en el juego, cosa fundamental en un central. Le tocó un miura, Llorente, y lo mantuvo a raya.
Dorado: Buen partido, incluida la buena salida de balón en conducción, bien abierto a la banda cuando hizo falta. Pareciera que ahora a Mel le sobraran centrales buenos.
Nacho: Muy bien en ataque y con algunos problemas en defensa.
Salva: Hizo un aceptable partido, con buen criterio de elección.
Iriney: Gran partido. Otra vez fue el comandante de la presión, con tremenda intensidad, y además se atrevió en ataque, incluso a encarar a los defensas.
Beñat: Aguantó bien el tren físico del partido y, sobre todo, hizo un partido excelente con balón. Su visión del juego y su técnica le permiten limpiar jugadas difíciles con una asombrosa –aparente– facilidad.
Montero: Gran partido, aunque fue cambiado a los 55 porque esprintar tanto te asfixia pronto. Se fue de Iraola cada vez que quiso. Jugó ratos por la derecha.
Castro: Curiosamente esta vez jugó mejor fuera del área que dentro. Un golazo, y otra vez demasiado estrés, que le hace fallar lo fácil.
Molina: Luces y sombras. Repartió muy bien juego de espaldas a puerta, pero no apareció nunca para rematar y erró en el gol del Athletic.
Pereira: Poco fútbol y mucho resultado: la expulsión de Martínez.
Pozuelo: Empezó de extremo derecho y luego buscó posiciones interiores. Estuvo mal en ambos sitios.
Santa Cruz: Animó el ataque pero tampoco apareció en el remate.
El detalle
El Betis debe trabajar más los balones parados al área, tanto en defensa como en ataque.
ATHLETIC CLUB (1): Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta, Aurtenetxe (Toquero, 92); Iturraspe; Susaeta, De Marcos, Iñigo Pérez (San José, 46), Muniain (Ekiza, 68); y Llorente.
Goles: 1-0: Min. 10, Rubén Castro. 1-1: Min. 23, Javi Martínez. 2-1: Min. 91, Nelson.
Árbitro: José Antonio Teixiera Vitienes, cántabro. Expulsó con dos amarillas a Javi Martinez (min. 64). Amonestó a los locales Iriney, Jorge Molina, Beñat, Nelson y Santa Cruz; y al visitante Aurtenetxe.
El Betis se impuso ayer al Athletic en un buen y sobre todo muy bonito partido, que cumplió todo lo que prometía en la víspera: intensidad por los locales, buen fútbol por los dos equipos y mucha emoción.
La comparación entre el Athletic de Bielsa y el Mallorca de Caparrós, su antecesor en el cargo y también en la secuencia de rivales del Betis, es inevitable: un capítulo más de la eterna guerra entre resultadistas y futboleros, entre Bilardo y Menotti, Mourinho y Guardiola, Clemente y el mundo. Uno admira a este Athletic exquisitamente deportivo, que trata bien el balón, que en ataque no tiene posiciones fijas y sí movilidad y creación de espacios; pero es posible que algún hincha vasco les eche en cara hacer ocho faltas mientras el rival hace veintitrés, o caer en el minuto 91 con un cambio por hacer y sin haber perdido un solo segundo en marrullerías. En todo caso este Athletic, por suerte, gana más partidos, más simpatías y más espectadores que el racanísimo Mallorca que soportamos hace una semana.
La diferencia de intensidad fue pues una de las claves del triunfo del Betis, que esta vez sí mostró al completo el teórico manual Mel que habitualmente hemos visto más en la prensa que en el campo de juego: hubo por los locales presión muy adelantada y al tiempo exquisito trato a la pelota, facilitado por la escasa presión de un Athletic que intentaba apretar pero no lograba robar, fuera por la poca motivación, por las cualidades físicas de sus jugadores o por el buen juego del mediocampo del Betis (con mención especial para Montero y Beñat –al que trataron de hacer un marcaje especial sin resultado alguno–). Fueron los centrales quienes tuvieron que sostener defensivamente durante todo el partido al Athletic, cuyos centrocampistas estuvieron mal cerrados, blandos, y cobardes a la hora de hacer cruces en los balones sueltos.
Bielsa dispuso de salida un 4-1-4-1 (o 4-3-3) con Iturraspe como pivote y De Marcos y Pérez como interiores; aunque los extremos teóricos eran Susaeta y Muniain, los laterales y los interiores tenían permiso para aparecer por esa zona. Frente a ello Mel puso una alineación continuista, nada revolucionaria pese a lo que la prensa local ha vendido estos días: el esquema era el 4-4-2 habitual; sí hubo tres cambios de hombre, que no de función (portero, lateral derecho y delantero centro) y el resto eran bien obligados o bien naturales si conocemos la trayectoria del equipo (Beñat, Nacho, Salva...); cabe destacar el retorno al centro del campo que sin duda mejor ha funcionado este año, y el de Castro a la delantera.
El Betis dispuso su esquema defensivo de los días de presión adelantada: Castro y el delantero iban a por los abiertos centrales rivales; Iriney o Beñat, punta de rombo en el centro del campo, buscaban al retrasado Iturraspe; y Salva, Montero y el otro mediocentro quedaban en inferioridad numérica ante los dos laterales y los dos interiores del Athletic, pero la salvaban gracias a las buenas basculaciones de los hombres de banda béticos –que abandonaban al lateral del lado contrario al juego para coger al interior–, a las anticipaciones de los adelantados centrales y al sacrificio del mediocentro restante (Beñat o Iriney).
En la primera parte el Betis fue claramente superior pero se llevó un botín nulo y un notable desgaste físico. En el descanso Bielsa –al que no debía estar gustando mucho la marcha del partido– cambia su esquema: retira a un interior para meter un central más (defensa de tres... o de cinco), lo que empuja a Javi Martínez al lado derecho, y deja a De Marcos como único acompañante de Iturraspe por el centro. Las parejas defensivas de laterales y extremos, antes claras, se deshacen, el partido sigue abierto, y cuando llegaban las dudas de hasta qué minuto le durarían al Betis las fuerzas para sostener su juego llega el balón de oxígeno de la expulsión de Martínez, obligado por Bielsa a marcar a un hombre mucho más rápido que él. El chileno, para blindarse aún, prescinde de Muniain y pone un 5-3-1 con De Marcos y Susaeta de interiores derecho e izquierdo; pero, tras los cambios de refresco de Mel, el Athletic, siempre permeable por los pasillos de dentro, se deshace defensivamente, renuncia al balón y sólo espera una ejecución, que, sin embargo, estuvo a punto de no llegar.
Jugador por jugador
Fabricio: Hizo una parada importante y muy meritoria a Llorente, aunque también dejó dudas en un par de tiros lejanos que resolvió con demasiados apuros. Muy bien con los pies: es ambidiestro.
Nélson: No se notó en absoluto su larga inactividad. En defensa, su viejo talón de aquiles, apenas le buscaron las vueltas, así que habrá que esperar para juzgarlo. En ataque le favorece mucho la posición de falso extremo de Salva Sevilla, pues él sí tiene la capacidad técnica y el recorrido que les faltan a Chica e Isidoro para aprovechar el pasillo.
Paulão: Dio muy buena impresión. Su imponente planta física (saltó un par de veces, aunque fuese en falta, por encima de ¡Javi Martínez y Llorente!) no le impide tratar bien el balón. Y, sobre todo, parece un tipo inteligente y mandón en el juego, cosa fundamental en un central. Le tocó un miura, Llorente, y lo mantuvo a raya.
Dorado: Buen partido, incluida la buena salida de balón en conducción, bien abierto a la banda cuando hizo falta. Pareciera que ahora a Mel le sobraran centrales buenos.
Nacho: Muy bien en ataque y con algunos problemas en defensa.
Salva: Hizo un aceptable partido, con buen criterio de elección.
Iriney: Gran partido. Otra vez fue el comandante de la presión, con tremenda intensidad, y además se atrevió en ataque, incluso a encarar a los defensas.
Beñat: Aguantó bien el tren físico del partido y, sobre todo, hizo un partido excelente con balón. Su visión del juego y su técnica le permiten limpiar jugadas difíciles con una asombrosa –aparente– facilidad.
Montero: Gran partido, aunque fue cambiado a los 55 porque esprintar tanto te asfixia pronto. Se fue de Iraola cada vez que quiso. Jugó ratos por la derecha.
Castro: Curiosamente esta vez jugó mejor fuera del área que dentro. Un golazo, y otra vez demasiado estrés, que le hace fallar lo fácil.
Molina: Luces y sombras. Repartió muy bien juego de espaldas a puerta, pero no apareció nunca para rematar y erró en el gol del Athletic.
Pereira: Poco fútbol y mucho resultado: la expulsión de Martínez.
Pozuelo: Empezó de extremo derecho y luego buscó posiciones interiores. Estuvo mal en ambos sitios.
Santa Cruz: Animó el ataque pero tampoco apareció en el remate.
El detalle
El Betis debe trabajar más los balones parados al área, tanto en defensa como en ataque.
sábado, 4 de febrero de 2012
Mallorca 1 - Betis 0 (22ª jornada de Liga de Primera División)
MALLORCA (1): Calatayud; Cendrós (Nunes, m. 68), Chico, Ramis, Cáceres; Pereira, Pina (Joao Víctor, m. 84), Martí, Chori Castro; Víctor Casadesús y Hemed (Ogunjimi, m. 63).
BETIS (0): Casto; Chica (Jefferson Montero, m. 46), Paulão, Mario, Álex Martínez; Juanma, Iriney (Beñat, m. 53), Cañas, Rubén Castro; Pozuelo (Salva Sevilla, m. 78), y Santa Cruz.
Gol: 1-0, m. 23: Chori Castro, de falta directa.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó por doble amarilla a Mario (m. 22 y 74), Ramis (m. 58 y 85) y Víctor Casadesús (ambas en el 92). Amonestó a Iriney, Ramis, Martí y Cáceres.
Malo para el Betis y feísimo para el público ha sido el Mallorca-Betis de esta tarde, jugado en un terreno duro pero aceptable tras la nieve caída hoy.
Ante el 4-4-2 más físico que técnico planteado por Caparrós Mel pone en cancha un 4-4-1-1 que tiende al 4-2-3-1 porque el hombre elegido para la mediapunta es Pozuelo, situado descaradamente por detrás de Santa Cruz, casi como centrocampista. La reserva de ese privilegiado lugar al canterano significa el desplazamiento de Castro a la banda izquierda. Tras ellos y Juanma el entrenador bético sitúa a Cañas e Iriney, esto es, reserva a Beñat para la segunda parte. Por detrás la defensa es casi totalmente nueva: Chica, Paulão como central derecho, Mario en el (para él nuevo también) lado izquierdo de la pareja, y Álex Martínez en el sitio de Nacho.
El Mallorca, con dos hombres fuertes arriba, busca el fútbol a la norteña: fuerte presión, balón rápido a las bandas o al dos contra dos de los delanteros ante los centrales, poca elaboración, y nada de exponer en el centro por jugar al fútbol; trata de recuperar a base de esfuerzo físico y escupe rápidamente la pelota hacia zonas de escaso peligro si se pierde. Busca el gol por la potencia de sus delanteros y las jugadas a balón parado (como los saques de banda, colgados al área siempre que les es posible), y sus escasos riesgos, el tesón y el buen posicionamiento defensivo le garantizan que el contrario tendrá pocas ocasiones. En resumen, un equipo de Caparrós, limitado (sobre todo en lo técnico) pero competitivo.
El Betis nunca supo contrarrestar ese juego, como demuestra que probara por primera vez a Calatayud en el minuto 94. Ahogado primero por la presión mallorquinista, cuando ésta aflojó por cansancio (a partir del minuto treinta) el Mallorca estaba ya en ventaja y dobló su apuesta defensiva. Permitió entonces el Mallorca al Betis jugar con cierta comodidad hasta pasados quince metros del centro del campo, cerró líneas de pase por dentro y apretó en las bandas cuando el Betis avanzaba por fuera. La aceptable construcción del juego de Cañas e Iriney no tenía continuación en un Castro que no vale –insistimos– para jugar alejado de la portería, un Pozuelo que nunca consigue profundizar –¿falta de calidad para un puesto tan difícil?– y un Juanma que... ha vuelto a ser Juanma. Faltó además movilidad en horizontal sin balón para crear espacios por dentro, pues Castro y Juanma casi nunca abandonaban las bandas.
En el descanso Mel hizo el lógico cambio (que no debe ser interpretado como castigo al lateral) de Montero por Chica para atrasar a Juanma y cambiar de banda a Castro, al que bien pudo entonces sacar de ese destierro. Luego cambió cromos para la ofensiva con la entrada de Beñat por Iriney, y poco después de la expulsión de Mario, que obligó a Cañas a retrasarse, metió a Salva por Pozuelo, quedando entonces el equipo en una especie de 4-3-2 en el que Beñat (detrás) y Salva (delante) quedaban por el centro, Castro corría entre la mediapunta y la banda derecha, y Juanma tenía pasillo libre de compañeros para subir, mientras Jefferson era el claro extremo izquierdo. Las tardías expulsiones en el Mallorca apenas dieron algo de emoción al final.
Jugador por jugador
Casto: Le tiraron una falta desde el mismo sitio que ante el Osasuna, dio el mismo paso hacia su izquierda y el balón entró de nuevo por su palo. Ni la repetición del uniforme rival pareció activar su memoria. No tuvo muchas más complicaciones.
Chica: Partido correcto, en el que supo esconder su conocida lentitud.
Paulão: No parece un dechado de movilidad, pero tiene un físico fuerte y parece conocer bien su posición. Al final incluso se fue arriba à la Alexanco.
Mario: Como tantas veces, su impulsividad le jugó una mala pasada. Es ventajista decirlo ahora, pero Mel bien pudo retirarlo en lugar de a Iriney.
Álex Martínez: Dio muy buena impresión para ser casi debutante. Es inteligente tácticamente, maneja bien la pelota y la golpea mejor (sacó los córneres y faltas, aunque la de la frontal bien se la pudo dejar a Beñat), tiene desparpajo y parece rápido en corto. ¿Alguien pensó que Tosic era claramente mejor que él?
Juanma: Se difuminó el espejismo de sus dos asistencias contra el Valencia. Llevamos dos años y medio escribiendo lo mismo sobre él; sólo nos asombra que parte de la prensa lo presente como imprescindible por unos valores tácticos y ofensivos que uno no ve por ninguna parte.
Iriney: Aunque no movió la pelota con mucha velocidad sí lo hizo con corrección, y recuperó muchísimos balones.
Cañas: Lo mismo que Iriney, pero con más criterio. Los problemas de elaboración llegaron en otras zonas.
Castro: Como bien escribió un comentarista de este blog esta semana, es una especie de copia (imperfecta, claro está) de Raúl. Como dijo Valdano de este, su sitio está cerca del área; es ahí donde la amenaza del gol le permite desbordar por listo, pues por rápido, que es a lo que le obliga jugar en banda, nunca puede hacerlo. Así pues, sólo lo hará bien como extremo cuando el rival esté muy metido atrás, porque entonces sí podrá aparecer por el área. Es cierto que le falta fútbol para ser mediapunta, pero en la banda es casi nulo, así que: arriba junto al tanque, o fuera.
Pozuelo: El sacrificio posicional de Castro le ofreció el sitio ideal para su fútbol, y hoy fracasó. A uno le entran ya las dudas de si tiene calidad para que el fútbol de ataque de todo un Betis gire en torno a él; para eso no vale sólo con ser un buen jugador. No supo acercarse a Roque cuando éste fue buscado en largo.
Santa Cruz: Tras una primera parte en la que la presión adelantada mallorquinista obligó a sus compañeros a lanzarle en largo (y, dicho sea de paso, pocas veces logró pasarles los muchísimos balones que tocó), desapareció en la segunda cuando el Mallorca juntó líneas por el centro.
Montero: Fue el único que dio sensación de poder desbordar. Ahora mismo es el único extremo de la plantilla que da el mínimo nivel.
Beñat: Avivó un poco el ritmo del partido, pero nunca encontró sitio para meter pases verticales.
Salva: Le ocurrió lo mismo que a Beñat el poco rato que jugó, y además eligió mal varias veces.
BETIS (0): Casto; Chica (Jefferson Montero, m. 46), Paulão, Mario, Álex Martínez; Juanma, Iriney (Beñat, m. 53), Cañas, Rubén Castro; Pozuelo (Salva Sevilla, m. 78), y Santa Cruz.
Gol: 1-0, m. 23: Chori Castro, de falta directa.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó por doble amarilla a Mario (m. 22 y 74), Ramis (m. 58 y 85) y Víctor Casadesús (ambas en el 92). Amonestó a Iriney, Ramis, Martí y Cáceres.
Malo para el Betis y feísimo para el público ha sido el Mallorca-Betis de esta tarde, jugado en un terreno duro pero aceptable tras la nieve caída hoy.
Ante el 4-4-2 más físico que técnico planteado por Caparrós Mel pone en cancha un 4-4-1-1 que tiende al 4-2-3-1 porque el hombre elegido para la mediapunta es Pozuelo, situado descaradamente por detrás de Santa Cruz, casi como centrocampista. La reserva de ese privilegiado lugar al canterano significa el desplazamiento de Castro a la banda izquierda. Tras ellos y Juanma el entrenador bético sitúa a Cañas e Iriney, esto es, reserva a Beñat para la segunda parte. Por detrás la defensa es casi totalmente nueva: Chica, Paulão como central derecho, Mario en el (para él nuevo también) lado izquierdo de la pareja, y Álex Martínez en el sitio de Nacho.
El Mallorca, con dos hombres fuertes arriba, busca el fútbol a la norteña: fuerte presión, balón rápido a las bandas o al dos contra dos de los delanteros ante los centrales, poca elaboración, y nada de exponer en el centro por jugar al fútbol; trata de recuperar a base de esfuerzo físico y escupe rápidamente la pelota hacia zonas de escaso peligro si se pierde. Busca el gol por la potencia de sus delanteros y las jugadas a balón parado (como los saques de banda, colgados al área siempre que les es posible), y sus escasos riesgos, el tesón y el buen posicionamiento defensivo le garantizan que el contrario tendrá pocas ocasiones. En resumen, un equipo de Caparrós, limitado (sobre todo en lo técnico) pero competitivo.
El Betis nunca supo contrarrestar ese juego, como demuestra que probara por primera vez a Calatayud en el minuto 94. Ahogado primero por la presión mallorquinista, cuando ésta aflojó por cansancio (a partir del minuto treinta) el Mallorca estaba ya en ventaja y dobló su apuesta defensiva. Permitió entonces el Mallorca al Betis jugar con cierta comodidad hasta pasados quince metros del centro del campo, cerró líneas de pase por dentro y apretó en las bandas cuando el Betis avanzaba por fuera. La aceptable construcción del juego de Cañas e Iriney no tenía continuación en un Castro que no vale –insistimos– para jugar alejado de la portería, un Pozuelo que nunca consigue profundizar –¿falta de calidad para un puesto tan difícil?– y un Juanma que... ha vuelto a ser Juanma. Faltó además movilidad en horizontal sin balón para crear espacios por dentro, pues Castro y Juanma casi nunca abandonaban las bandas.
En el descanso Mel hizo el lógico cambio (que no debe ser interpretado como castigo al lateral) de Montero por Chica para atrasar a Juanma y cambiar de banda a Castro, al que bien pudo entonces sacar de ese destierro. Luego cambió cromos para la ofensiva con la entrada de Beñat por Iriney, y poco después de la expulsión de Mario, que obligó a Cañas a retrasarse, metió a Salva por Pozuelo, quedando entonces el equipo en una especie de 4-3-2 en el que Beñat (detrás) y Salva (delante) quedaban por el centro, Castro corría entre la mediapunta y la banda derecha, y Juanma tenía pasillo libre de compañeros para subir, mientras Jefferson era el claro extremo izquierdo. Las tardías expulsiones en el Mallorca apenas dieron algo de emoción al final.
Jugador por jugador
Casto: Le tiraron una falta desde el mismo sitio que ante el Osasuna, dio el mismo paso hacia su izquierda y el balón entró de nuevo por su palo. Ni la repetición del uniforme rival pareció activar su memoria. No tuvo muchas más complicaciones.
Chica: Partido correcto, en el que supo esconder su conocida lentitud.
Paulão: No parece un dechado de movilidad, pero tiene un físico fuerte y parece conocer bien su posición. Al final incluso se fue arriba à la Alexanco.
Mario: Como tantas veces, su impulsividad le jugó una mala pasada. Es ventajista decirlo ahora, pero Mel bien pudo retirarlo en lugar de a Iriney.
Álex Martínez: Dio muy buena impresión para ser casi debutante. Es inteligente tácticamente, maneja bien la pelota y la golpea mejor (sacó los córneres y faltas, aunque la de la frontal bien se la pudo dejar a Beñat), tiene desparpajo y parece rápido en corto. ¿Alguien pensó que Tosic era claramente mejor que él?
Juanma: Se difuminó el espejismo de sus dos asistencias contra el Valencia. Llevamos dos años y medio escribiendo lo mismo sobre él; sólo nos asombra que parte de la prensa lo presente como imprescindible por unos valores tácticos y ofensivos que uno no ve por ninguna parte.
Iriney: Aunque no movió la pelota con mucha velocidad sí lo hizo con corrección, y recuperó muchísimos balones.
Cañas: Lo mismo que Iriney, pero con más criterio. Los problemas de elaboración llegaron en otras zonas.
Castro: Como bien escribió un comentarista de este blog esta semana, es una especie de copia (imperfecta, claro está) de Raúl. Como dijo Valdano de este, su sitio está cerca del área; es ahí donde la amenaza del gol le permite desbordar por listo, pues por rápido, que es a lo que le obliga jugar en banda, nunca puede hacerlo. Así pues, sólo lo hará bien como extremo cuando el rival esté muy metido atrás, porque entonces sí podrá aparecer por el área. Es cierto que le falta fútbol para ser mediapunta, pero en la banda es casi nulo, así que: arriba junto al tanque, o fuera.
Pozuelo: El sacrificio posicional de Castro le ofreció el sitio ideal para su fútbol, y hoy fracasó. A uno le entran ya las dudas de si tiene calidad para que el fútbol de ataque de todo un Betis gire en torno a él; para eso no vale sólo con ser un buen jugador. No supo acercarse a Roque cuando éste fue buscado en largo.
Santa Cruz: Tras una primera parte en la que la presión adelantada mallorquinista obligó a sus compañeros a lanzarle en largo (y, dicho sea de paso, pocas veces logró pasarles los muchísimos balones que tocó), desapareció en la segunda cuando el Mallorca juntó líneas por el centro.
Montero: Fue el único que dio sensación de poder desbordar. Ahora mismo es el único extremo de la plantilla que da el mínimo nivel.
Beñat: Avivó un poco el ritmo del partido, pero nunca encontró sitio para meter pases verticales.
Salva: Le ocurrió lo mismo que a Beñat el poco rato que jugó, y además eligió mal varias veces.