lunes, 28 de marzo de 2011

Rayo Vallecano 1 - Betis 0 (31ª jornada de Liga de Segunda División)

RAYO VALLECANO (1): Cobeño; Coke, Amaya, Arribas, Casado; Javi Fuego, Movilla (Míchel, m. 67); Piti (Lass, m. 78), Trejo, Armenteros; y Aganzo (Yuma, m. 67).
BETIS (0): Casto; Isidoro, Belenguer (Arzu, m. 60), Dorado, Nacho; Beñat, Iriney; Rubén Castro, Emana, Ezequiel (Israel, m. 46); y Jorge Molina (Miguel Lopes, m. 67).
Gol: 1-0, minuto 66: Piti.
Árbitro: Amoedo Chas, gallego. Amarillas para Ezequiel, Aganzo, Piti, Yuma, Isidoro, Iriney y Miguel Lopes.
Partido igualado y algo decepcionante el que han disputado Rayo y Betis hoy en Vallecas, en el que los locales supieron aprovechar un gol que pudo caer de cualquier lado para manejar sin agobios la media hora final. Hasta ese momento dominio y ocasiones habían sido alternos.


Dividiremos el partido en tres fases:

Primera parte
El Betis pone su habitual 4-2-3-1 con Castro, Emana y Ezequiel en la segunda línea, y el Rayo hace lo mismo con Piti, Trejo (que solían alternar puestos) y Armenteros, dejando al marrullero Aganzo como punta. El Betis se traiciona a sí mismo: no presiona desde arriba, y Mel convierte en consigna obligatoria el pelotazo sobre Molina, un recurso que hoy era razonable usar con más frecuencia, en un campo pequeño y ante un rival que presiona con fuerza, pero que no puede ser la única y previsible vía de acceso al área rival, incluso en saques de banda laterales. Además el pelotazo se ejecuta mal, y con Emana muy lejos del punta, que queda aislado y en inferioridad. El Rayo carga el juego por la derecha buscando las caídas a banda de Trejo y las subidas del lateral, y arriba Aganzo intenta intimidar a los centrales con su violencia. Hay pocas ocasiones y todas son para los locales.

Segunda parte hasta el 1-0
Mel adelanta el habitual cambio de Israel por Ezequiel –en peligro de expulsión–. El Betis deja los voleones sin sentido y retoma su juego al pie, aun con los riesgos que conllevaba, y recibe como premio varias ocasiones muy claras. El impune Aganzo se cobra por fin su pieza en Belenguer, que es sustituido, lesionado, por Arzu. Un mal despeje de este trae el 1-0.

Desde el 1-0 hasta el final
A Mel el da un ataque de entrenador y hace un cambio extrañísimo con el marcador en contra: cambia a su delantero goleador por un defensa. Es cierto que meter muchos delanteros no garantiza atacar más, y que Molina estaría cansado, pero parecía mucho más lógico retirar a Isidoro que doblar lateral. El Betis vuelve a los pelotazos, pero naturalmente Castro, el nuevo punta, no gana ninguno, y el partido languidece casi sin ocasiones.

Jugador por jugador
Casto: Bien en las salidas. El gol era muy complicado de parar; tuvo poco trabajo más.
Isidoro: Aceptable en defensa (aunque apenas lo encararon), hizo un horrible partido en ataque. Eligió casi siempre mal la jugada, largó mil pelotazos sin ton ni son hacia la zona de Molina y no conectó tampoco con este en los muchos saques de banda laterales que colgó al área.
Belenguer: Bien, anticipativo, relativamente rápido y sin perder la cara al partido hasta que Aganzo se lo cargó.
Dorado: Tomó más riesgos que en partidos anteriores y estuvo tan seguro como siempre, aunque tampoco se privó de jugarla en largo.
Nacho: Muy buen partido. Controló a Piti y Trejo cuando entraban por su banda, manejó bien la pelota, eligió bien en ataque, y tuvo fuerza física para aguantar. Tan sólo se le pudo pedir que llegase más arriba.
Beñat: Muy presionado, hizo un partido mediocre, pero aun así repartió media docena de buenos pases a los delanteros. Ver volar la pelota sobre su cabeza no le favorece.
Iriney: Bien. Agresivo pero midiendo casi siempre para evitar la tarjeta, tocó bien el balón.
Castro: Fue bien defendido, pero además sigue bajo de forma y sin confianza. Como delantero centro no rascó bola.
Emana: Irregular pero interesante hasta el 1-0, desapareció del mapa desde entonces. Tiene que exigirse más, en defensa y en ataque, aunque tuvo voluntad.
Ezequiel: Estuvo trabajador y bullicioso, pero apenas recibió balones en condiciones de jugarse. 
Molina: Demasiado solo arriba y rodeado de rivales, la lluvia de balones largos que manó del Betis casi nunca cayó cerca de él (ni de nadie). Cuando más falta hacía fue cambiado.

Israel: Su fuerza tuvo que ver con el brillante arranque de la segunda parte. Luego se diluyó un tanto.
Arzu: Aunque el que le viniese fuerte el balón pueda excusarlo algo, una vez más un error defensivo suyo trajo consecuencias funestas. No tiene la concentración y agresividad necesarias para ser un buen central, ni capacidad de sacrificio para ser un mediocentro competitivo, ni la calidad y velocidad que se requieren a un mediapunta. En resumen, no mejora a nadie en ningún puesto.
Lopes: Metió mucha fuerza por su banda, pero en la situación en que estaba el partido esa fuerza era necesaria en el lateral, no en el extremo.

El detalle: Los imprescindibles Iriney y Lopes se perderán el partido con el Celta por dos tarjetas muy al final del partido.

martes, 22 de marzo de 2011

Betis 1 - Salamanca 0 (30ª jornada de Liga de Segunda División)

El autor de este blog no pudo ver en directo el último partido de Liga y por ello no escribió el análisis del partido en su momento ni avisó de ello, por lo cual pide disculpas. Visto el partido en diferido sí quiere hacer un breve análisis de ciertos aspectos del encuentro.

Los dos equipos se pusieron en el campo con el sistema usual en Segunda, con cuatro defensas en línea, doble pivote, mediapunta y un tanque arriba (llámese 4-4-1-1, 4-4-2 o 4-2-3-1; en el Betis Iriney y Salva estaban escalonados, más arriba obviamente el segundo). Sin embargo la idea de juego fue muy diferente e unos y otros.

En efecto, mientras el Salamanca se apalancaba atrás y mandaba pelotazos a Marcos Márquez, el Betis ha recuperado por fin sus señas de identidad: juego al pie y presión arriba. Esto, junto a la fe en su forma de jugar -gracias a la cual mantuvo su apuesta pese al 0-0 sostenido durante 75 minutos- y un punto de suerte le condujo al éxito, muy merecido.

El equipo inicial era muy ofensivo: había prácticamente tres delanteros y dos casi delanteros (Emana y Salva)  por parte bética. Mel coloca de inicio como mediapuntas, de derecha a izquierda, a Castro, Emana y Ezequiel. A la media hora cambia de banda a Ezequiel y manda a la zurda a Emana, una situación que simplifica a este el trabajo táctico defensivo. Cuando Israel sustituye a Emana, se mete a la derecha y cambia de nuevo de banda a Ezequiel, luego sustituido como extremo izquierdo por Pereira. Finalmente, al entrar Arzu como pivote Pereira pasa a ser delantero centro, Salva el mediapunta central y quedan en bandas Israel y Castro.

El sistema defensivo se vuelve a construir de delante a atrás: la presión es adelantada y pronta, comandada por Iriney. Con un Casto atento pero que apenas hubo de intervenir, la defensa se colocó alejada de su portería, y, aunque Dorado siguió bastante echado atrás, Belenguer salió muchas veces al centro del campo a robar el balón. A cambio los laterales hubieron de cerrarse, lo que, unido a la presencia de extremos muy ofensivos en el Betis, les hizo subir menos que en otros partidos. El juego de ataque fue siempre fluido. Al pasar los minutos el equipo fue dando sucesivos pasos adelante hasta embotellar al rival, y hasta con el marcador a favor trató bien el balón. La sucesión final de bolas del Salamanca al área bética área fue más casual que debida a un paso atrás bético; Casto no supo solventarlos bien.

Se podría destacar el completo partido de Molina, que anda fino y rápido, la obcecación en el individualismo de Emana, la aún baja forma de Castro y el buen nivel de Ezequiel y Salva, que dieron ritmo al juego ofensivo. Por el Salamanca la hiperactividad en la mediapunta de Perico hace pensar que pueda ser un buen volante en el futuro.

sábado, 12 de marzo de 2011

Girona 0 - Betis 1 (29ª jornada de Liga de Segunda División)

GIRONA CF (0): Santamaría; Migue, Serra (Keko, 80), Tortolero; Jose, Tébar, Dani; Jandro (Ángel, 74), Dorca; Despotovic (Kiko Ratón, 56) y Peragón.
BETIS (1): Casto; Isidoro, Belenguer, Dorado, Nacho; Beñat, Iriney; Rubén Castro (Ezequiel, 92), Salva Sevilla (Arzu, 80), Emaná (Israel, 83); y Jorge Molina. 
Gol: 0-1: Min. 77, Rubén Castro.
Árbitro: Prieto Iglesias, navarro. Expulsó por doble amarilla a Tébar (min. 85). Amonestó a los locales Despotovic y Serra, y a los visitantes Beñat y Nacho.

Importantísima victoria del Betis hoy ante el Girona, basada en una buena actitud, el buen tono físico del equipo y la inteligente lectura del juego de la mayoría de sus jugadores.


El protagonista del partido fue el tiempo. La mucha agua caída en Gerona convirtió el terreno de juego en algo parecido al del Villamarín de la ida ante el Getafe: una piscina en las bandas, en las que el balón no corría nada, y una franja central más o menos practicable. El juego previsto consistiría pues en meter pelotazos a los delanteros prescindiendo en lo posible del toque en el centro del campo, y eludir la conducción del balón, difícil en esas circunstancias e imposible en las bandas. Ganaría quien empujase al rival a su propio campo, pues los contraataques necesitan recorrer demasiados metros para tener éxito en tal terreno, y quien cometiese menos errores al manejar un balón de velocidad imprevisible al botar.

El Girona, con buen criterio, mete una defensa de tres centrales –con Tébar y dos carrileros ante ellos– y dos hombres en punta, Peragón y Despotovic. De este modo lograba cerrar bien el juego hacia Jorge Molina, que siempre tuvo a dos altos cerca. Mel renuncia por razón del terreno a uno de sus hombres más en forma, Ezequiel, cuyas conducciones eran inútiles hoy, para meter a su tridente en un 4-2-3-1: Salva hace de mediapunta (muy lejos de Molina), y Rubén y Emana cubren las bandas derecha e izquierda, aunque Emana y Salva permutaban a veces sus posiciones.

El primer tiempo es igualado: en el Betis los hombres más inteligentes (Salva, Nacho, Beñat) comprenden perfectamente que el único fútbol posible es el directo, pero otros como Emana se empeñan inútilmente en tratar de llevarla pegada al pie. Castro está demasiado abierto a la banda para las circunstancias del partido, y, en resumen, los tres mediapuntas juegan demasiado lejos de Molina, con el que ninguno busca la clásica jugada del fútbol directo (balón peinado por el tanque hacia el hombre rápido). Tal vez un esquema más propio de ese fútbol –por ejemplo con dos delanteros y enganche– y la presencia de Cañas por Emana o Castro habrían facilitado el trabajo, pero Mel prefirió mantener el esquema y el equipo habituales.

Pese a todo, en la segunda parte el Betis, más inteligente y más fuerte en la disputa, con Iriney y Beñat siempre bien situados para barrer balones, sí logra empujar al Girona a su campo, y, cuando el 0-0 parecía difícil de evitar, el acoso acaba dando sus frutos en un córner a falta de un cuarto de hora. Mel (tarde, a mi modo de ver, para el desgaste de un partido así) hace sucesivamente sus cambios: Salva sale para que Arzu haga de Beñat y Beñat de Salva; Israel y, muy al final, Ezequiel, ocupan los puestos de Emana y Castro, respectivamente. Entre tanto Molina había sacado una expulsión a Tébar, y el Betis dominó sin agobios el final del encuentro.


Jugador por jugador
Casto: Buen partido. Resolvió bien su trabajo al inicio con un par de paradas importantes, y siempre estuvo atento al juego.
Isidoro: Físicamente parece recuperado. No se complicó y no corrió riesgos.
Belenguer: Controló bien junto a Dorado a Despotovic y la jugó siempre como debía.
Dorado: Sigue demasiado cobarde en ciertas jugadas, en particular por alto. Peor jugador que en la primera vuelta, aún aprueba porque falla muy poco. Casto le sacó un autogol.
Nacho: Buen partido, en el que siempre supo levantar la bola y elegir la jugada correcta.
Beñat: Otra vez demostró que no tiene el menor problema para soportar partidos exigentes en lo físico. En un partido a contraestilo sacó su inteligencia y su colocación para mandar en el centro, pese al lastre de una tarjeta rigurosísima al inicio. Buen córner en el gol.
Iriney: Poco brillante hoy, se fajó.
Castro: No era día para abrirse tanto a la banda, y cuando en la segunda parte sí recibió muchas bolas en el pico derecho del área nunca supo desbordar. No anda fino... pero le ha vuelto el angelito del gol.
Salva: Otro jugador que entendió perfectamente lo que el partido necesitaba, picó muchas bolas hacia Molina y la jugó siempre con mucho sentido.
Emana: Muy poco inteligente al elegir el tipo de juego conveniente; creo que Mel podría haber aprovechado mucho mejor su potencia juntándolo muy arriba con Molina. En defensa hizo su trabajo.
Molina: Muy marcado, peleó pero le salieron pocas cosas.

Arzu: Ocupó bien los espacios, aunque no la tocó apenas.
Israel: Aprovechó bien su potencia para que el Betis la tuviera al final, algo muy importante.
Ezequiel: Prácticamente no tuvo tiempo de tocarla.

domingo, 6 de marzo de 2011

Betis 4 - Las Palmas 1 (28ª jornada de Liga de Segunda División)

BETIS (4): Casto; Isidoro (Manu Palancar, 80), Belenguer, Dorado, Nacho; Rubén Castro, Beñat, Salva Sevilla, Ezequiel (Iriney, 61); Emana (Pereira, 70),  y Jorge Molina.  
UD LAS PALMAS (1): Barbosa; David García, Pignol, Lequi, Ruymán; Viera (Aythami, 53), Josico, David González,Quero; Quiroga (Vega, 59) y Javi Guerrero.
Goles: 1-0: Min. 6, Rubén Castro. 2-0: Min. 44, Emana, de penalti. 3-0: Min. 66, Jorge Molina. 3-1: Min. 75, Javi Guerrero. 4-1: Min. 77. Josico en propia meta.
Árbitro: Ceballos Silva, extremeño. Roja directa para Lequi (min. 63). Amonestó a los locales Ezequiel, Salva Sevilla y Beñat, y a los visitantes David García, Barbosa y Pignol.

En un fin de semana marcado por el grave problema de Miki Roqué, el Betis tuvo al menos una placidísima tarde de fútbol ante un rival muy blando.


Es sorprendente que el equipo que bailó al Betis durante 45 minutos en el Insular se haya convertido en el muerto viviente que hemos visto hoy en el Villamarín. Una cosa es que en las Canarias el fútbol lento sea una tradición y otra jugar a un ritmo físico de veteranos, con una defensa adelantada que es suicida si no se presiona en absoluto al contrario en el centro del campo, y con una actitud derrotista al primer contratiempo. Los grancanarios pusieron sobre el campo un 4-4-2 escalonado; la zeta central la formaban, de atrás a delante, Josico, David González, Quiroga y Guerrero, con Quero pegado a la izquierda, y Viera (una sombra del de la primera vuelta) a la derecha pero con ciertas libertades. En el Betis Mel mantiene el plan previsto si el comité no hubiese quitado la tarjeta a Iriney, y también escalona a Beñat, Salva, Emana y Molina, con Castro a la derecha y Ezequiel a la izquierda. El partido a priori se presentaba pues muy abierto, pues ambos equipos parecían hechos para jugar y dejar jugar.

Sin embargo los potenciales peligros de esa alineación no fueron tales para el Betis, y pocos análisis posicionales finos podremos hacer cuando la diferencia de actitud (y física) fue tan grande entre los dos equipos. Todo lo que hizo al Betis vulnerable hace pocas semanas hoy lo puso a su favor: ingreso al partido mucho más enchufado que el rival, presión desde arriba, anticipación defensiva tomando los riesgos necesarios y un estado físico que parece que va dejando atrás la funesta forma de enero y febrero. El marcador se puso pronto a favor porque a los diez minutos el equipo había acumulado ya tres ocasiones clarísimas, y el resto del partido fue un monólogo ante un rival entregado: los béticos siempre veían la jugada antes y llegaban primero.

En el segundo tiempo Mel reforzó el centro del campo al retirar a Ezequiel (con una tarjeta) para introducir a Iriney, quedando Emana tirado a la izquierda y Salva de mediapunta. Pereira sustituyó en la banda zurda a Emana y Palancar a Isidoro en su puesto. Las Palmas, tras la expulsión, acabó en 4-4-1.


Jugador por jugador
Casto: Muy bien con los pies, bien en las salidas, y no tan bien en el gol.
Isidoro: Controló a Quero sin problemas aunque profundizó poco.
Belenguer: Por fin volvimos a ver a un central que sale a morder al centro del campo. Transmite mucho a sus compañeros; en este aspecto la comparación con Arzu es casi ofensiva.
Dorado: En lenta evolución ascendente, aunque sigue mucho más conservador que en la primera vuelta.
Nacho: Cumplió, como Isidoro. Sin problemas defensivos, se proyectó hacia delante sin apurar nunca la jugada.
Beñat: Ante la escasa presión y el bajo ritmo de los canarios se dio un festín. En defensa se anticipó mil veces a las intenciones del rival, pues lee con enorme inteligencia las líneas de pase. En ataque dio un recital de pases en largo y corto, con todas las superficies del pie y con gran visión del juego. Su único defecto es cierta lentitud en carrera con el balón controlado, por lo que debe sobarla poco, o bien hacer mejores cambios de dirección à la Xavi, pero por lo demás dictó una verdadera cátedra de gobierno de un partido desde el mediocentro.
Salva: Poco presionado también en los tres cuartos, repartió una amplia colección de asistencias, no todas aprovechadas por sus compañeros, a los que puso de gol no menos de cinco veces. Su situación de volante le obligó además a correr bastante durante la primera hora, pero lo aguantó bien.
Castro: En un día negado ante el gol metió uno y medio, señal de que empieza a salir de su bajón. Se le vio más metido y mejor situado.
Emana: Sigue muy individualista, pero le va volviendo también la potencia física, sin la que no es nada.
Ezequiel: Menos brillante hoy, porque volvieron algunos errores en la finalización de las jugadas, su ritmo de juego y su desgaste lo hacen titular sin discusión. Como extremo no hay nadie que lo iguale en la plantilla. Si va a jugar a pie cambiado no debe despreciar el punterazo como forma de disparo.
Molina: Anda rápido (en la expulsión de Lequi se marchó por velocidad y con balón de dos hombres). Como es habitual, tardó en entrar en el partido.

Iriney: Su presencia fue oportuna para dar empaque defensivo, pues su ausencia obligó a Salva y Beñat a trabajar demasiado.
Pereira: Acertado y peleón en el poco rato que estuvo.
Palancar: Mostró velocidad y buenas maneras con balón, pero jugó muy poco para valorarlo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Ponferradina 1 - Betis 1 (27ª jornada de Liga de Segunda División)

1 - PONFERRADINA: Alejandro García; Cristian, Cuadrado, José Alcaide, Candela; Acorán (Redondo, min. 82), Toribio, Jonathan Ruiz, Abraham, Del Olmo (Máyor, min. 70; Javi López, min. 77); y Saizar.
1 - BETIS: Casto; Isidoro, Roversio (Emana, min. 40), Dorado, Nacho; Beñat, Iriney; Salva Sevilla (Arzu, min. 60), Rubén Castro, Ezequiel (Israel, min. 72); y Jorge Molina.
Goles: 1-0, min. 7: Saizar. 1-1, min. 50: Jorge Molina
Árbitro: Hernández Hernández. (Comité Canario). Amonestó a Roversio, Ezequiel, Salva Sevilla, Candela, Beñat, Arzu, Jorge Molina. Expulsó a Abrham y a Iriney por doble amarilla.

Aunque frustrante y jugado en los sótanos del fútbol que se merece la afición bética, el partido de ayer estuvo lleno de pasión y, ya en frío, pueden sacarse de él más lecturas positivas que negativas de cara al futuro. El equipo ya quiere; tiene limitaciones, pero ahora son más estrictamente futbolísticas que de voluntad, y es de esperar que con esta nueva actitud fútbol y resultados vayan a mejor.


En una noche fría y ventosa la Ponferradina opuso al Betis un cuadro poco más que voluntarioso, y de muy baja calidad. Peleones pero poco poderosos físicamente, pusieron cuatro atrás y una poblada media que dejaba arriba sólo a Saizar. Trataron de no encerrarse atrás y de presionar en el centro del campo, pero lo lograron sólo al inicio y en tramos aislados de la segunda parte.

El Betis se coloca en su usual 4-4-2 con mediapunta (o 4-2-3-1). Salva es exiliado de nuevo a la banda derecha, Ezequiel es el extremo izquierdo (de inicio, en la banda de los banquillos) y Castro el segundo delantero. En los primerísimos minutos la Ponferradina aprietas más que el Betis y una cadena de negligencias defensivas acaba con el 1-0. A partir de ahí los béticos toman el control del partido e igualan la actitud del rival.

Hay que insistir en recordar que el muy buen Betis de hace dos meses se construyó sobre dos premisas: una fuerte (y temprana) presión sobre la posesión del contrario, y la consigna de jugar la pelota por abajo a toda costa. El equipo va recordando poco a poco la primera, pero comete sin embargo el error, recurrente en las últimas semanas, de abusar del balón largo a Molina. En ese juego de poco sirven Beñat y Salva, que ven pasar el balón sobre sus cabezas una y otra vez. Aunque los pelotazos fueron ayer en general bien dirigidos y Molina ganaba muchos de ellos, las pocas llegadas claras se debieron en la primera mitad a las acertadas carreras de Ezequiel, el mejor en esta fase. Mel se la juega ya antes del descanso: retira a Roversio, retrasa e Iriney al sitio del central derecho, mete a Salva de segundo mediocentro e introduce a Emana en la mediapunta, sitio desde el que se alternará con Castro entre ese puesto y el extremo derecho (lugar que a su vez queda con frecuencia vacío porque ambos tienen querencia al interior y a la punta). Mel tomaba así riesgos, por lo temprano de la decisión y por dejar un mediocampo poco recuperador de balones, pero la jugada le salió bien porque a partir de ahí el dominio fue incontestable. La posición de Iriney es, en todo caso, correcta para partidos en los que hay que arriesgar mucho y los centrales juegan muy adelantados.

Al inicio de la segunda parte Molina logra empatar en una de las -en este partido muchas- jugadas trompicadas en el borde del área berciana. Acto seguido llega la rigurosa expulsión de un hombre de la Ponferradina, rápidamente compensada por el árbitro con la de Iriney, que obliga a Mel a sentar a Salva para meter a Arzu de central derecho. Beñat queda entonces solo como mediocentro, con Ezequiel (luego Israel) por la izquierda, Castro y Emana ante él, y Molina arriba; el cansancio general y la apertura de espacios por las expulsiones hacen que el balón se eche ya al suelo, y, con la Ponferradina metida atrás, Beñat se hace dueño total del mediocampo y el Betis atosiga al rival hasta el punto en que debieron llegar los goles del triunfo, impedidos por el árbitro.


Jugador por jugador
Casto: En el gol erró garrafalmente al hacer un gesto extraño para intentar escupir lejos el balón. Luego compensó parcialmente ese error, sobre todo en una gran parada al final, pero nos tememos que su nivel traerá estas cosas.
Isidoro: Correcto partido, en el que empujó por el vacío carril que se encontró.
Roversio: Sólo aceptable en el rato que jugó. Muestra buena actitud.
Dorado: Sigue desconcentrado (suyo fue un mal despeje que estuvo en el origen remoto del 1-0) y lejos de su mejor momento. Abusa del juego en largo, pero hay que reconocer que lo practica con cierto acierto.
Nacho: Sigue muy mal. Pasó malos ratos al inicio del encuentro en defensa, y luego se empeñó, de nuevo, en colgar balones absurdos desde los tres cuartos que nunca pasaban del central Cuadrado. Si Vega está peor, es que anda fatal.
Beñat: Tras aportar poca cosa en un primer tiempo de pelotazos, se fue adueñando del partido hasta ser el jugador más importante del tramo final, cuando, él solo, controló toda la parcela central. Acabó el partido pletórico. Algunas veces es demasiado conservador de la posesión y juega hacia atrás sin necesidad.
Iriney: Aunque algo inocente en la segunda -cosas de jugar en un puesto poco habitual para él-, recibió dos amarillas muy injustas. Apretó mucho hasta entonces, a su antiguo nivel.
Salva Sevilla: El modo de jugar del equipo y su posición fueron más para el fútbol de un Cañas que para el suyo, así que aportó poco más que sus saques a balón parado; en estos insistió en el primer palo, pero tras los dos goles del último partido la Ponferradina lo cerró bien.
Rubén Castro: Se le nota más participación, más voluntad y cierta progresión, pero sigue a bajo nivel y negado amte el gol. Nos tememos que el banquillazo le llegue justamente cuando recupere la forma.
Ezequiel: Uno de los mejores. Cuando bate línea en el mediocampo y lleva la pelota pegada al pie en carrera es imparable, y además demuestra un hambre de triunfo que ya pueden envidiar los veteranos.
Molina: Otro destacado. Es sorprendente que llegara entero al final del partido después de jugar todo él de verdadero pívot e intervenir en el 80% de jugadas de ataque de su equipo. Metió dos goles, le anularon uno.

Emana: Anda muy lento respecto a su mejor versión, algo normal en un hombre relativamente pesado, que necesita partidos. Sigue demasiado individualista.
Arzu: Tomó riesgos con cierta valentía, pero no es admisible que le gane por velocidad Saizar, un delantero reventado de correr. Ha bajado muchísimo respecto al del curso pasado.
Israel: Bien. Metió mucho empuje físico por la izquierda, importante para encerrar al rival en el último tercio.