BETIS (2): Casto; Isidoro (Israel, min. 85), Roversio, Dorado, Nacho; Beñat, Iriney; Ezequiel (Juanma, min. 78), Rubén Castro, Jonathan Pereira (Salva Sevilla, min. 56); y Jorge Molina.
ALBACETE BALOMPIÉ (0): Navas; Kike Tortosa, Fragoso, Tarantino, Cherfa; Adriá (Sousa, minuto 77), Verza, Miguel Núñez, Antonio López (Pérez, minuto 77); Tato y Calle (De Lerma, minuto 65).
Goles: 1-0, minuto 74: Roversio. 2-0, minuto 84: Jorge Molina.
Árbitro: Amodeo Chas, gallego. Sin amarillas.
Para ganar partidos hay que querer y poder. Hoy el Betis ha vuelto a querer y un adversario muy flojo y una pizca de suerte le han bastado para poder. Esperemos que se retome la línea del final de 2010 y el paréntesis de derrotas haya sido solo un mal sueño.
ALBACETE BALOMPIÉ (0): Navas; Kike Tortosa, Fragoso, Tarantino, Cherfa; Adriá (Sousa, minuto 77), Verza, Miguel Núñez, Antonio López (Pérez, minuto 77); Tato y Calle (De Lerma, minuto 65).
Goles: 1-0, minuto 74: Roversio. 2-0, minuto 84: Jorge Molina.
Árbitro: Amodeo Chas, gallego. Sin amarillas.
Para ganar partidos hay que querer y poder. Hoy el Betis ha vuelto a querer y un adversario muy flojo y una pizca de suerte le han bastado para poder. Esperemos que se retome la línea del final de 2010 y el paréntesis de derrotas haya sido solo un mal sueño.
El equipo ha dado síntomas de mejora, sobre todo en la actitud, aunque sigue mostrando ciertas carencias, en particular de confianza, y que se notaron más curiosamente cuando el marcador estaba ya a favor. Mel sacrificó de inicio a Salva Sevilla para evitar la sangría que le hacían los rivales en la banda por la que, en defensa, jugara este, y también para dar cabida como trío de mediapuntas a tres hombres bajitos y rápidos: Pereira, Castro por dentro, y Ezequiel. El canterano jugó la primera parte en la derecha y la segunda en la izquierda; la razón probable de esas ubicaciones es que Mel quiere tenerlo cerca para darle instrucciones. Por detrás Beñat e Iriney (algo más atrasado éste en ataque) hacían el doble pivote. Mel planteaba pues un equipo simétrico, con extremos, más rápido, y sobre todo más joven y hambriento de fútbol (Ezequiel, Beñat, Pereira...).
El nuevo entrenador del limitadísimo Albacete, el excéntrico David Vidal, proclamaba que estaba enseñando a sus hombres el ABC del fútbol, y a eso correspondió su planteamiento, mezquino, primitivo y más o menos eficiente. La A era de atrás, donde se metían ocho de sus hombres, sin salir jamás de la cueva, dejando arriba a Calle y Tato por si pescaban algún pelotazo. La B era de balonazos, única forma en que intentaban acercarse a la portería bética (colgaban incluso los saques de banda lejanos), y la C del mucho cuento con el que trataban de cortar el ritmo de juego: falsas lesiones, retraso en los saques y resto de trucos tolerados (como es costumbre nacional) por el árbitro. Sin embargo el sistema defensivo visitante no cerraba bien la mediapunta ni apretaba demasiado, de modo que el Betis llegaba con cierta regularidad a portería gracias a la buena distribución de Beñat, a una presión más o menos ordenada e intensa, y a la chispa de Pereira y Ezequiel. Sin embargo le faltaban a los béticos, como siempre, movimientos de desmarque, lo que obligaba demasiadas veces al juego largo.
Tras una primera parte de dominio absoluto pero infructuoso del Betis, Mel introduce a Salva Sevilla por Pereira, con lo que Castro pasa a ser, en teoría, el hombre obligado a cerrar la banda derecha por delante de Isidoro -si bien Beñat o Iriney hubieron de caer hacia ese lado para defender en varias ocasiones-. La presión bética aumentó y finalmente, gracias a los buenos balones parados colgados por Salva y al juego aéreo de Molina, cayeron dos goles. Entre ellos Juanma sustituyó a Ezequiel haciendo que Castro se cambiara de banda, y finalmente el extremeño se retrasó al lateral derecho por la lesión de Isidoro para dar sitio a Israel como extremo diestro.
El equipo mostró ciertas debilidades, lógicas en las circunstancias atravesadas pero a corregir lo antes posible: inseguridad, falta de confianza con el balón en los pies -que con el 1-0 llevó a no mirar a la portería rival-, exceso de pelotazos verticales, falta de movimientos en ataque para ofrecerse al compañero y poca contundencia defensiva a balón parado, que pudo salir muy cara.
Jugador por jugador
Casto: Salvó el 1-1 en una jugada que él mismo debió evitar antes anticipándose al delantero rival. Bien con los pies, y en general con poco trabajo.
Isidoro: Flojo partido. Trató con escasa consideración a la pelota y subió poco y mal. Bien ayudado por los extremos béticos, sí cerró decentemente y con la justa agresividad, aunque el rival apenas amenazó.
Roversio: Rapidito y anticipativo en defensa, no jugó bien el balón. Debería al menos aprender a pegar sus voleones hacia delante, no hacia arriba. Metió otro gol en una subida al remate, una virtud nada despreciable.
Dorado: Lento y falto de algo -suponemos que confianza-, sus antiguos pasos adelante para anticiparse a la jugada son ahora dudas y pasos hacia atrás. Está pues menos presente y ayuda menos a los compañeros, pero sigue cometiendo muy pocos errores, algo importante.
Nacho: En muy baja forma. Por suerte, al igual que Isidoro, no tuvo delante a un extremo rápido ni de calidad.
Beñat: Afortunadamente Mel lo prefirió a Salva Sevilla como mediocentro. Desmintió categóricamente la especie de que no aguanta partidos enteros, una más de esas mentiras que circulan como verdades por el fútbol a base, simplemente, de repetirse. Bien situado en defensa y en ataque, se ofrece constantemente a los compañeros (algo imprescindible y que muy pocos hacen en el equipo), suele elegir bien la jugada y limpia problemas con un solo toque de balón. Que no sea indiscutible es para mí un misterio. Debería, eso sí, mostrar algo más de diligencia para sacar cuando el equipo tiene el marcador en contra, y no pegar el balón a la línea de fondo en los córneres, detalle que le impide físicamente alcanzar el segundo palo.
Iriney: Hizo su trabajo habitual y, esta vez, le acompañaron más en la presión. En algunas jugadas de ataque estático hizo línea entre los centrales, abiertos, disposición que conviene usar de vez en cuando para evitar la rutina ofensiva.
Pereira: Mostró sus virtudes (voluntad, velocidad, verticalidad, buenos movimientos) y sus relativas carencias técnicas. Mete picante, cosa importante en un equipo que parecía dormido y plano.
Castro: Otro hombre en muy baja forma. No le sale nada, no llega a un remate, no presiona como antes... Tal vez necesite unas vacaciones.
Ezequiel: Hizo uno de sus mejores partidos como bético. Dio al equipo una chispa muy necesaria y obligó al rival a defenderle con dos y hasta tres hombres, provocando así espacios. Cumplió como siempre en defensa, y pareció dosificarse mejor.
Molina: Invisible en la primera media hora, fue ganándole balones a los centrales hasta ser el hombre decisivo (peinó el primero y metió el segundo). El equipo abusa de los pelotazos hacia él.
Salva Sevilla: En su verdadero puesto (mediapunta) tuvo libertad, dio calidad, y metió excelentes asistencias a balón parado.
Juanma: Como extremo toleró de forma imperdonable (recién ingresado) una asistencia que pudo costar el 1-1, por no presionar. Cumplió aceptablemente como lateral.
Israel: Bien, pero jugó muy poco.